■ Es ejemplo de la capacidad de formarse de manera autodidacta: Reyes
Aunque se le incluye en la currícula de las escuelas de arquitectura más importantes de México como un referente de esta disciplina en el interior de la República, tanto por el volumen de su obra que llegó a los más de 100 inmuebles diseñados, ejecutados o ambas cosas por él mismo, como por su combinación armoniosa de diversos estilos definida como “ecléctica”, Refugio Reyes Rivas “no ha sido propiamente estudiado” y se tienen de él sólo algunos datos citados en breves párrafos de diferentes fuentes.
Así lo explicó Andrés Reyes Rodríguez, investigador del Departamento de Historia de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, quien estudia su vida y obra desde hace alrededor de un año y medio.
“Determinó en más de un sentido la fisonomía urbana de la ciudad de Aguascalientes en su Centro Histórico”, y como aportación al arte de la construcción en la región se le reconoce la incorporación a las edificaciones, del metal como elemento estructural, que luego era revestido por muros y cubiertas, y a veces utilizado ornamentalmente.
“Me parece que se inicia un reconocimiento importante de esta figura zacatecana que cuando yo la busco en los libros de los hombres ilustres no la encuentro, y me parece injusto”, agregó.
Al respecto de esta omisión agrega que “debe haber algunos académicos que saben muy bien quién es, pero me parece que en el ánimo colectivo no está muy presente”.
El historiador publicó en 2012 el libro “Adiós, arquitecto sin título” (Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura, 2012), que involucra parte de la vida de Reyes Rivas y el impacto de su obra arquitectónica y urbanística en la ciudad de Aguascalientes, pero anuncia para este fin de año un segundo volumen, dedicado esta vez, fundamentalmente a su periodo formativo, que dice, se desarrolló plenamente en Zacatecas pues arribó al estado vecino a los 34 años de edad “como un constructor consumado”.
“El se graduó a sí mismo como arquitecto en Zacatecas, es decir, no se dio un título, me refiero a que aprendió el arte, los secretos, el ABC de la construcción en Zacatecas, entonces, lo que estoy estudiando es cómo fue que aprendió eso”.
Nacido en Zacatecas en el entonces municipio Sauceda de la Borda en 1861, Reyes Rivas se trasladó a los 9 años a Guadalupe, donde a la postre realizó en el convento franciscano de este lugar la llamada Torre del reloj. En la ciudad capital del estado participó al parecer durante los dos años que duró su edificación, en la construcción del Mercado de Zacatecas, edificio en el que se inaugura localmente la utilización del metal y cristal, elementos que luego incorporaría en Aguascalientes.
Edificó también en Zacatecas el Santuario Diocesano de Guadalupito. Actualmente existe una controversia entre los historiadores para atribuirle o no la realización de una casa ubicada frente al Templo de Santo Domingo, en el
Centro Histórico de esta ciudad, presunción que se basa en la afinidad arquitectónica con el templo citado, al compartir el detalle de rematarse sus muros con un diseño de grecas.
No hay lugar a dudas, sin embargo, de que la autoría de la escultura dedicada a Cuauhtémoc que se ubica en el frontispicio de esta construcción, misma que recientemente sufrió la pérdida de la cabeza del personaje, sí corresponde al constructor autodidacta.
El Templo de San Antonio es considerada “desde el punto de vista estético la obra más acabada y mejor terminada de Refugio Reyes”, y se encuentra en la ciudad de Aguascalientes.
En opinión de Reyes Rodríguez, la formación del arquitecto zacatecano se vio propiciada por el Porfiriato, aunque la segunda mitad del siglo 19 no es la mejor época de prosperidad de Zacatecas, persiste en ella la inercia de la actividad minera con su actividad comercial y su tránsito en aquel momento de un tiempo de paz social “donde los gobiernos construyen”.
A Refugio Reyes “le toca un momento apropiado y una ciudad que inspiraba” pero también la influencia de su cercanía desde los 9 años de edad al Convento de Guadalupe, donde habría aprendido la sensibilidad religiosa y mística pero también las enseñanzas de personas “que sabían el arte de la construcción”.
Además, el personaje inició su camino en este arte como peón y tuvo oportunidad de participar entre los 14 a los 19 años de edad en las obras del ferrocarril, donde se presume aprendió lo fundamental del uso de materiales como el metal y el cristal, mismos que también tuvo oportunidad de manejar en la construcción de El Mercado de Zacatecas, ahora Mercado González Ortega.
El eclectisimo en la obra de Refugio Reyes incluye la armoniosa combinación de estilos barroco y neoclásico, preponderantemente, pero también el art noveau, mozárabe y prehispánico, entre otros que involucra en detalles. “Muchos lo llaman una arquitectura ecléctica, me parece que es un poco más porque no se tiene una forma clara de definir lo que hizo”, apunta el historiador.
Refugio Reyes, destaca Andrés Reyes Rodríguez como lo más asombroso que puede encontrarse en él, “demuestra la capacidad que tienen los seres humanos para aprender por su propia cuenta”. Además de sus capacidades técnicas y sus aportaciones urbanísticas, su carácter de autodidacta lo hace en muchos sentidos “más moderno y contemporáneo que muchos de nosotros”, asevera.
“Debo confesar que entre más sé de Refugio Reyes y Zacatecas, me siento más ignorante (…) La verdad es que podría ser un objeto de investigación de una generación con distintos expertos: historiadores, antropólogos, urbanistas, sociólogos y desde luego arquitectos”, afirma.
El historiador también anunció que este 2013 se publicará en la ciudad de Aguascalientes un catálogo comentado del arquitecto zacatecano, en el que confluyen varios autores, entre historiadores y arquitectos, mismo en el que participará con un texto, y otro libro dedicado al Templo de San Antonio, su obra más destacada, del que no refirió autor.
