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viernes, 29 marzo, 2024
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Paz

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Por: JÁNEA ESTRADA LAZARÍN •

Editorial Gualdreño 508

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Ramón López Velarde no conoció el mar… este 2021 que está por terminar conmemoramos el centenario de su fallecimiento, ocurrido un mes de junio, justo 4 días después de que cumpliera 33 años. No sé por qué no habrá ido nunca; me gusta imaginar, sin embargo que cuando pensaba cómo sería el mar se llenaba de paz, como yo ahora que, cuando pienso en la paz me da por pensar en el ruido de las olas; concentrarme en ese estruendo del agua chocando contra las rocas me llena por momentos de tranquilidad. Aunque sea momentáneamente.

Cuando finalizaba el año pasado, haciendo el recuento de los daños ocasionados por la pandemia, recordaba aquí mismo a quienes habían partido y exclamaba algo así como ¡qué año!, pero este no ha sido muy amable que digamos tampoco. Perdimos a menos amigos que el año anterior a causa del Covid, es cierto; pero los decesos se incrementaron por otras razones. Recuerdo aquí, con especial nostalgia a Juan Manuel de la Rosa, por ejemplo, quien recurría a la poesía para viajar y crear, como lo hacía también Pedro Coronel, a quien conmemoramos por el centenario de su nacimiento este 2021 y cuya exposición en la CDMX debemos visitar.

Escribo esto después de leer en las noticias que una escultura grande del Santo Niño de Atocha será colocada en el mineral vecino, “para que proteja a los fresnillenses”, “para que nos proteja a todos”, “para que se incremente el número de visitantes”, y que “medirá 7 metros”, han dicho también… veo una de las primeras fotos: el proceso de instalación de la escultura en el lugar desde donde el Santo Niño verá a los peregrinos llegar a Plateros pidiendo por amor, salud y paz… asombrosamente tiene la cara y parte del torso enredados con hules, salven al niño, por Dios; sé que seguramente quienes publicaron la imagen no previeron el impacto que esta pudo ocasionar, o quizá pasó desapercibida y la perturbación solo me sobrevino a mí. La imaginación suele jugar malas bromas, pero es que de tanto ver y escuchar empezamos a normalizar; López Velarde le decía a Fuensanta:¿tú conoces el mar?/ Dicen que es menos grande y menos hondo que el pesar. / Yo no sé ni por qué quiero llorar: / será tal vez por el pesar que escondo, / tal vez por mi infinita sed de amar”, con este pesar -a veces escondido- de saber que cada día se alejan más esos días de paz también me dan ganas, por momentos, de llorar. Vuelvo, sin embargo, a reafirmar, que estamos aquí para hacer lo que a cada uno le corresponde, con responsabilidad y sentido de comunidad. Desde aquí promovemos el arte y la cultura, La Gualdra, en ese sentido, tiene la encomienda de llevar antes ustedes la posibilidad de ver y leer, de reflexionar, de aportar. Seguimos hablando de arte, de belleza, y de las múltiples posibilidades de encontrar la poesía en este mundo. El arte también es paz.

Leí este 2021 más libros de los que imaginaba pudiera leer en tan poco tiempo, debido a mi participación como jurado en dos certámenes nacionales: el de los Juegos Florales Ramón López Velarde y el Premio Nacional de Crónica Literaria Carlos Montemayor. Me quedo con la inmensa dicha de haber conocido el trabajo de cientos de escritores que en toda la República están produciendo textos increíbles de tan bien hechos, y con la enorme satisfacción de que hayan resultado ganadores tres autores encomiables: Aarón Rueda en poesía y Fernando Yacamán en narrativa, en los Juegos Florales; Violeta Santiago, en el de Crónica. Tres grandes libros que espero sean publicados el siguiente año. El primero habla de la muerte de la abuela del autor, el segundo es de literatura queer, y el tercero sobre la labor incesante de un grupo de activistas que buscan a sus familiares desaparecidos.

A propósito del libro de Yacamán, la semana pasada se aprobó en Zacatecas la posibilidad de que unan sus vidas en matrimonio personas del mismo sexo: ¡Bravo! Que sea la igualdad de derechos humanos lo que siga ganando terreno en nuestra tierra, que las desigualdades e inequidades desaparezcan en todos los ámbitos, que el arte siga promoviéndose pese al recorte de presupuestos para cultura, que las iniciativas independientes de fortalezcan, que la salud nos acompañe el siguiente año para poder seguir haciendo lo que más nos gusta y, sobre todo, que Dios reparta suerte -y paz- el 2022.

Nos leemos el siguiente año. Que disfrute su lectura.

Jánea Estrada Lazarín

[email protected] 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la-gualdra-508

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