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viernes, 29 marzo, 2024
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La lucha por la soberanía energética continúa

EL PÉNDULO

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS HERNÁNDEZ •

Ayer terminó un episodio más de una lucha que, sin duda, marcará el destino de México y el legado de la 4ª T. Por ello es importante recapitular sobre el significado profundo de lo ocurrido en materia de energía eléctrica en nuestro país. No debemos olvidar que la transición energética del mundo es ineludible, la actividad humana en los últimos dos siglos ha aumentado de manera exponencial la temperatura de la tierra. Si no se detiene ya con muy bajas emisiones de gases causantes del efecto invernadero, en dos décadas será imposible detener el aumento a 2 grados centígrados, lo que será catastrófico para el planeta con su atmósfera y ecosistemas, poniendo en riesgo la vida entera. Hoy, detener el cambio climático es un imperativo mundial y existe consenso de que la causa principal, es el sistema energético del mundo, 84% fósil, que debe ser sustituido en los próximos 30 años por electricidad renovable y nuclear. El presidente Andrés Manuel López Obrador está comprometido con ello y así lo ha expresado ante los organismos internacionales y en la Cumbre de Líderes de América del Norte celebrada el año pasado en Washington. Es fundamental que el presidente incluya en su intervención en la reunión que próximamente tendrán en la ciudad de Los Ángeles, la idea de que nos parece impropio que Estados Unidos hable de energías limpias, cuando con 5% de la población es causa principal del cambio climático del mundo, generando un 20% de las emisiones acumuladas de 1950 a 2021, mientras que México generó sólo un 1%. Las energías renovables en México representan el 10.3% del total de la matriz de energías primarias, y en Estados Unidos es el 6%, y China también el 6%, y ambos se retiraron del acuerdo de París.

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También será importante señalar que las grandes potencias deben programar y conducir su propia transición, y que no pueden, ni deben, intervenir en otros países. Cada nación debe hacerse cargo de su propia transición, y que la reforma del Pacto por México de 2013 impide la transición energética soberana de México, pues será muy difícil sustituir 87% de nuestra energía fósil, con instituciones y normas cuyo único fin ha sido garantizar la propiedad y el control extranjero del sistema eléctrico, que se diseñó para desaparecer gradualmente a la Comisión Federal de Electricidad y despojar a la nación de su mercado y de un millón de kilómetros de red eléctrica construidos por los mexicanos. Sólo garantiza un sistema de subsidios, como tributo a empresas, fondos y potencias extrajeras.

Hay que explicar a Joseph Biden y a Justin Trudeau que el nuevo Gobierno Federal modificó la esencia de la Ley de la Industria Eléctrica para beneficiar al pueblo de México, recuperó el servicio público, instruyó el cobro de tarifas que no superen inflación, planificó la producción y transmisión de la electricidad, denunció delitos y canceló abusos. Pero las empresas extranjeras se ampararon y las minorías parlamentarias interpusieron acciones de inconstitucionalidad, y cientos de amparos, para detener las políticas del Gobierno Federal, llegando hasta inventar que la libre competencia económica es un derecho humano. Tratan de impedir el servicio público sin fines de lucro y para beneficio del pueblo, como mandato fundamental de la CFE. Afortunadamente, hace casi dos semanas, la Suprema Corte de Justicia de la Nación debatío y votó la acción de inconstitucionalidad más extensa y no declaró inconstitucional ningún artículo impugnado, manteniendo su vigencia. Con ello, abrió la puerta a la transformación integral del sistema de la reforma de 2013, por insostenible e injusto y por que vulnera la soberanía del pueblo, hace dependiente a México de poderes extranjeros e impide la transición energética soberana. De la transición energética soberana depende el futuro de México, pues la electricidad es la base de toda actividad humana moderna. México no acepta ni necesita algún tutelaje extranjero, el Estado a través de la Comisión Federal de Electricidad debe llevar a cabo la transición energética como un servicio público sin fines de lucro.

No debemos dejar de denunciar, porque la lucha será larga, que de lo que se trata es de impedir el despojo del valor histórico del sistema eléctrico mexicano, y también el despojo de la economía renovable que será necesario desarrollar en los próximos 30 años en México, que se ha calculado en un billón 500 mil millones de dólares en 30 años. De eso se trata y por eso es indispensable que AMLO no desmaye en la transformación de ese sistema de despojo, para evitar el control político y económico total de México. Ese es el reto.

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