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viernes, 29 marzo, 2024
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■ Narra el deseo de una niña de 9 años de tener una hermana

Presenta Citlaly Aguilar su libro “La fabulosa historia de Anémona y Durazno”

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Por: ALEJANDRO ORTEGA NERI •

Érase una vez una niña de nueve años que soñaba con tener una hermanita para jugar, pues sentía que no tenía cabida en los juegos bruscos de sus hermanos, por lo que comenzó a escribir historias en las que ella imaginaba que tenía una hermana con quien jugar. Y escribió y escribió, historia tras historias en la que ella y su hermana tenían muchas aventuras, hasta que un día, en la vida real, llegó por fin su tan esperada hermanita, a quien ella comparó con un pequeño durazno, pues era “una bolita naranjada” parecida a esa frutita con la cual, la niña mayor, quien se sentía una flor de nombre Anémona, comenzaría a jugar.

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Esa niña que tenía nueve años de edad es hoy la escritora zacatecana Citlaly Aguilar, quien decidió convertir esa historias que comenzó a imaginar a esa cortada edad en un libro de carácter infantil que lleva por nombre, precisamente, “La fabulosa historia de Anémona y Durazno”, que narra las distintas aventuras de dos niñas y el cual está ilustrado además por la artista visual y también escritora, Jael Alvarado Jáquez, y que se presentó en el marco de la edición 36 del Festival Cultural Zacatecas en su último fin de semana de actividades en el foro infantil, la Plazuela 450.

El libro está ilustrado
por la artista visual
y también escritora,
Jael Alvarado Jáquez

El libro, que fue además ganador de la segunda emisión de la convocatoria “Publicación Literaria Infantil y Juvenil 2020”, es, a decir de su autora, una publicación para que la lean mamás, papás a e hijos y en sus páginas puedan dibujar sus propias historias y sus personajes, porque los libros, dijo, no solamente son para guardarlos en el librero, sino también para reconstruir cosas y crear a partir de ellos.

La autora estuvo acompañada por el pequeño lector André Martínez Delgado, “devorador de libros”, la niña Leah Michelle García Valenzuela, una lectora muy aguda, y el mediador de lectura Adolfo González Juárez, quienes destacaron las bondades de la obra de Citlaly Aguilar, como la característica de los personajes, las ilustraciones y facilidad que da para echar a volar la imaginación en cada uno de sus 13 capítulos.

Sin embargo, fue la niña Leah, quien con una lucidez y elocuencia envidiable, opinó que los niños deberían leer este libro para aprender a desarrollar su imaginación, porque el libro “no contiene muchos dibujitos”, por lo que es necesario imaginar. Pero también lo recomendó “para que aprendan y profundicen sobre el valor de la amistad” y se diviertan leyéndolo igual que ella.

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