La revisión salarial, la negociación por llamarla de alguna manera entre el SNTE y la SEP de este año ha resultado inédita por el hecho de que desaparece la negociación secundaria en las entidades en relación con bonos y prestaciones complementarias al salario inauguradas a partir de 1992 con la puesta en marcha del federalismo educativo y su política descentralizadora. Eso ya se acabó. El centralismo vuelve por sus fueros y se consolidara cuando a partir del primero de enero de 2014 comience a operar la centralización de la nómina y el pago de los salarios desde el centro del país. Cuando la SEP y Hacienda se conviertan en una pinza burocrática. A partir de este año entra en operación la llamada “automaticidad”, que no es otra cosa que eliminar las negociaciones con el sindicato en las entidades. En lo sucesivo la negociación salarial anual en la que el Día del Maestro o en la víspera se anuncia el aumento a los sueldos de los maestros, será una y esta se hará entre el SNTE, el titular de la SEP y los gobernadores de los estados quienes previamente cuando los juntan ya conocen las demandas locales de sus maestros y llegan con acuerdos amarrados. En lo sucesivo, la negociación se hará y se cerrara como una sola.
Por supuesto que “automaticidad” más allá de lo que la palabrita significa o de la connotación que le den las partes, no es equidad ni homologación de las prestaciones y bonos conseguidos en los 14 años que tiene el ya muy madreado federalismo educativo. En razón de este federalismo cada estado en la medida de los caudales de que disponía en sus tesorerías más lo que lograba conseguir con la Federación, concedía a sus maestros bonos y prestaciones o aumentos en éstos. De esta forma de manera indistinta las burocracias sindicales fueron arrancando bonos y compensaciones complementarias a los sueldos como las de actuación y productividad, adscripción localidades pequeñas y dispersas, adscripción en comunidades de bajo desarrollo, gratificación por jubilación, defunción pago de marcha, ayuda para transporte y otros bonos como el de inicio y fin de ciclo escolar, fin de sexenio y demás. Estas prestaciones resultado de las negociaciones posteriores a la del aumento salarial anual se consiguieron de manera muy dispar y heterogénea. Cada estado negociaba y conseguía lo que podía arrancar y le daban. Uno de los retos actuales del sindicato será unificar y homologar bonos y prestaciones. La constitución establece que a igual trabajo igual salario. Esa debería ser una de las demandas del magisterio. Las compensaciones que ya se han venido cobrando será difícil suprimirlas, pues el maestro como todo asalariado se rige por el principio de que si no me dan no me quiten lo que ya tengo. Chuayffet y la cúpula sindical formada y heredera de Elba Esther Gordillo han salido a declarar después de la firma del convenio de la automaticidad, que las prestaciones vigentes se conservan, “algunas tendrán incrementos, otras se van a quedar con los montos anteriores, pero ninguna desaparece” (La Jornada, 15 de mayo de 2014).
Por lo que hace al aumento de este año, como siempre tramposamente se anuncia que es de 6 por ciento cuando en realidad el que impactara en el sueldo base es de 3.5%, la suma del seis se alcanza sumando los porcentajes que aumentan otras prestaciones.
En Zacatecas como en el resto de las entidades los gobernantes deberán de informar cuales son las prestaciones que sufrieron el minúsculo e insignificante incremento de 1.9%; el restante 0.75% va al fortalecimiento salarial.
El aumento al sueldo base es casi simbólico, como una limosna lo ha calificado la CNTE, ante el embate de la inflación y aumento de los productos de la canasta básica, el gas y la gasolina que no paran de aumentar mes con mes.
La doble negociación ha pasado a la historia del sindicalismo magisterial. Se ha eliminado como consecuencia de la reforma fiscal de 2013 con la que desaparece el Fondo de Aportaciones para la Educación Básica (FAEB), que no fue capaz de implantar la equidad financiera en apoyo a la educación, pues los estados más ricos eran los que más recursos recibían de la federación.
Chano. El Spauaz tiene nuevo dirigente en la persona de Crescenciano Sánchez, Chano, Chano el de Morelos. Llega a la dirigencia sindical cuan ha aflorado la enésima crisis financiera de la UAZ. Viejo y discreto militante del PCM, el buen Chano llega respaldado por el grupo hegemónico de la institución, el mismo que ha llevado a la crisis que ya tocó o está por tocar fondo. Chano y su equipo de trabajo, quienes conforman el nuevo comité, están obligados a presentar propuestas que contribuyan a sacar a la UAZ del hoyo financiero en el que se encuentra. ■
