Para cuando estas líneas salgan a la luz, el festival cultural se encontrará en sus últimos días que representan el final de la SEMANA DE PASCUA.
Y los resultados, como lo predijimos en este mismo espacio, no se hicieron esperar, una fiesta sí debemos decirlo, pero para los capitalinos, y de ahí nada más, porque el turismo no se incrementó ni se cumplieron las metas que gobierno y hoteleros se plantearon ni hubo una bonanza económica y todo se quedó en un tibio y triste evento “cultural”.
Yo tuve la oportunidad de acudir eventualmente, pero aunque elegí lo que me pareció más adecuado, lo que me encontré fue, tengo que decirlo, bastante malito. Dejando de lado la PLAZA DE ARMAS, que estuvo ocupada por espectáculos para jóvenes – supongo – de personajes que en realidad ni yo ni muchas otras personas reconocíamos, aquellos que, como un servidor, forman parte de la tercera edad, disfrutábamos en el pasado de ir a escuchar lo que dan por llamar LA MÚSICA DEL MUNDO en la PLAZA MIGUEL AUZA, y que hoy en día nada tiene que ver con este título. En esta ocasión, fuera de los artistas locales – que tengo que insistir, dejan mucho qué desear – fui a escuchar a un conjunto de la ciudad de México conocido como BASURA y su nombre lo dice todo, lo que ahí tocaron no era más que basura musicalmente hablando, claro – insisto – desde mi particular punto de vista, porque el conjunto logró con su entusiasmo – que no con calidad – animar a los jóvenes ahí presentes, pero lo que sí no tiene madres, como dirían por ahí, fue unos días después ocupando el sitio principal de la MIGUEL AUZA, y en la hora estelar de las 10 de la noche, un conjunto procedente de SONORA de la costa que hacía fusión, es decir, combinaba la música de sus raíces con el ROCK, lo que hacía una mixtura de sonidos bastante desagradable, porque los jóvenes piensan que entre más estridente, es decir, entre más volumen alcancen sus sonidos disonantes, mejor, pero claro NI AL CASO, como dirían las nuevas generaciones.
Algunas cosas afortunadas pude disfrutar, como la música de los sones huastecos provenientes de VERACRUZ en la PLAZA DE ARMAS, y por qué no decirlo – con sus limitantes – el REQUIEM de BARTOCK en el TEMPLO DE SANTO DOMINGO, donde el llamado CONJUNTO DE CÁMARA DEL ESTADO DE ZACATECAS dio un buen espectáculo, cuando en la primera parte del concierto nos deleitó con una SINFONÍA – la 30 si mal no recuerdo – de HAYDN, pero con la PASCUA RUSA DE RIMSKY KORSAKOV dejó mucho qué desear, y acompañados por el CORO DEL ESTADO DE ZACATECAS el réquiem nos permitió disfrutar de la música, aunque reconociendo que estamos lejos de lo que se puede escuchar, por ejemplo, en VERACRUZ, impulsado por la maravillosa UNIVERSIDAD DE VERACRUZ en XALAPA y ya no se diga, en la CIUDAD DE MÉXICO, fundamentalmente por la mejor de las orquestas sinfónicas del país, la de la UNAM, y disfrutarlo en el hermoso espacio cultural donde se encentra la SALA NEZAHUALCÓYOTL.
El STABAT MATER, composición sinfónica para manifestar el dolor de MARÍA frente a la crucifixión de su hijo, y que ya es costumbre en el TEMPLO DE FÁTIMA, mostró un STABAT MATER moderno, que nos hizo sentir nostalgia por las composiciones de PERGOLESI o de DVORAK, pero reconocemos que se abra espacio a nuevos compositores que, con música de un sintetizador y una batería y un pobre coro de no más de 12 personas: 6 hombres y 6 mujeres, que hacían su mejor esfuerzo, nos hicieron disfrutar, pero también reconocer las limitantes cada día mayores del lugar donde nos tocó vivir, frente a lo que realmente se pudiera disfrutar fuera de nuestra tierra.
Quiero pensar que lo mejor del festival fue la música de guitarra o de piano en los museos FELGUÉREZ, RAFAEL Y PEDRO CORONEL, pero el cartel principal, el de la PLAZA DE ARMAS, a como están las cosas, tendría en un futuro que entregarse a empresas como la MODELO para que organizaran conciertos para chavos como los que se dan en el FORO NUEVO SOL de la CIUDAD DE MÉXICO, porque como lo ponemos en el título de estas reflexiones, si bien no podemos negar que eso sea cultura, no es la que se tendría que apreciar en un festival que pretende ser cultural, sino conciertos para los chavos y nada más.
Esto es a lo que me refiero con las TRAMPAS DE LA CULTURA, como aquellas de llamar al festival como uno de corte internacional, cuando la verdad le llaman música de Argentina o de Senegal o de cualquier otro lado cuando uno de los miembros de las bandas, cuyos integrantes son básicamente de origen local – viene de lejos, pero tiene tiempo de radicar en nuestro país, ¿¿¿y así el JAZZ del SENEGAL y de ARGENTINA??? Del fin de semana previo (sábado y domingo de resurrección) también dejo mucho qué desear.
Con ese cartel todo podían esperar, menos atraer turismo, el Señor Roy Barragán se animó, a inicios de la semana mayor, a mencionar que se había alcanzado un 40% de ocupación hotelera, lo cual, claro, era una mentira, como es mentira cuando la secretaria de Economía de la capital, Laila Villasuso, habla de un 35% de ocupación en la ciudad capital como resultado del festival cultural MIENTE TAMBIÉN; los hoteleros que ya hicieron las cuentas correspondientes declaran que nunca se superó el 30%, sino que la ocupación en la capital osciló entre un 27 y un 29%, por debajo de la ocupación en los tiempos de la PANDEMIA.
El festival falló: para hacer algo importante hay que invertir, pero eso no le interesa a la nueva gobernanza, o es que alguien vio al gobernador en alguno de los eventos culturales, no lo creo y tanto el turismo, como la economía y todo – absolutamente todo – lo demás sigue descendiendo en cascada; nuestro buen amigo en su columna de los JUEVES, el OSO MEDINA menciona que se trata de un asunto de la mala política local y la compara con ACAPULCO, donde la ocupación hotelera llego prácticamente al 100%, con todo y que hubo 10 personas asesinadas en SEMANA SANTA – aquí 10 es el número de asesinados diariamente – de los cuales 5 eran turistas, LO QUE NO MENCIONA ES QUE A ACAPULCO LLEGAN VUELOS POR DECENAS, si no es que centenas, diariamente, de la capital del país, pero de muchos otros estados y otros países, EN ESO ESTÁ LA DIFERENCIA.
Un turista de Chihuahua con el que tuve la oportunidad de platicar, me comentó que, siendo una familia de 4, cada boleto de avión de su lugar de origen a Zacatecas – a donde querían venir – les costaba casi 9 mil pesos vía la Ciudad de México, y que por carretera nunca se atreverían, por lo que para hacerlo tuvieron que sufrir la incomodidad de un autobús, con todos los peligros que ello implica, pero que llegaron y disfrutaron del lugar – más que del festival –.
Me están oyendo inútiles – como diría PAQUITA – mientras no inviertan Y SI ES NECESARIO, SUBSIDIEN – lo repito por enésima vez – un vuelo de bajo costo de la Ciudad de México a Zacatecas y publiciten a nivel nacional un verdadero Y REAL programa de patrullaje carretero – y no de retenes que no sirven para maldita cosa – en los medios a nivel nacional, el turismo y con él la economía, y todo lo demás, seguirá descendiendo en perjuicio de todos los zacatecanos.
