Si las frases perviven, al ponerse en la palestra electrónica, la de hoy sería: 10 de junio (de 1971) no se olvida, por aquello de la represión que tuvo como agresores a los halcones, grupo organizado, entrenado y armado, “extraoficialmente” para intervenir en algo tan temido por la autoridad: no fuera a renacer otro DOS DE OCTUBRE. Los “halcones”, con violencia, se encargaron de eso, ¿disuasión a garrotazos? Vestían playera blanca y se apersonaron a las afueras de la Escuela Normal Superior que había por el rumbo de San Cosme y agredieron con largos bastones blancos, a los estudiantes que, si mal no recuerdo, iniciaban una concentración para manifestarse. En México, esa media tarde, estábamos Efraín Huerta, otras personas y yo, en la Galería AURA Y BRACHO, sita en Mariano Escobedo, a la que daban nombre: Alejandro Aura, poeta y Carlos Bracho, actor libertario, promotor y eventual respaldo económico de la Galería.
Afuera, enfilaban por Chapultepec, hacia Mariano Escobedo, hasta más de sesenta transportes militares ligeros que, se supone, irían hacia el área en donde todavía ocurría o ya se había perpetrado y culminado la represión por los “halcones”, ¿reclutas intempestivos, milicia disfrazada de civil?
Aquel 10 de junio, avanzada la tarde, algo impresionante por aquel rumbo, avenida Mariano Escobedo, desde Chapultepec, enfilaba una caravana de 60, 80 o más, transportes militares, armados, por supuesto, no los fueran a desbordar los normalistas “en fuerza y pertrechos”, y con qué, enfrentarlos, además de la razón; si acaso, con piedras, difíciles de obtener en superficies asfaltadas o en el camellón, tal vez; pero, dispuestos, los normalistas e invitados, a no dejarse agredir y defenderse con lo que se pudiera. La manifestación convocada era pacífica por supuesto y el Ejército uniformado, no entró en acción, en ese escenario, sino fueron grupos de hombres jóvenes, quienes portaban playeras blancas y unos bastones largos del mismo color, a quienes se suponía ser militares entrenados para intervenir sin armas convencionales en el control de multitudes, como los estudiantes, sin repetir o con la orden de no repetir, el dos de octubre, los muertos.
No recuerdo si iba “MIKE” conmigo, pero él era representativo de “la Cueva”, lugar dónde se discutía, con pasión y argumentos, tanto en torno al marxismo como al trostkysmo, avalado éste por Ricardo Reyes Mata qpd, “Rusty”. Aunque en las reuniones luego apareciera lo etílico con desenlaces nada buenos para la anhelada Revolución; ni para esos brillantes universitarios, a quienes su intelecto y pasión los desbordaba aun cuando la revolución deseada, no estuviera a la vuelta de la esquina, ¿menos hoy? Vaya bronca, ¿qué revolucionar hoy, en Zacatecas, en México? ¿AMLO le parece a Usted ser de “izquierda” y democrático? ¿Cómo le fue a AMLO y cómo le irá con Trump, “estadista”, mercader “autoritario”, quien con frecuencia prefiere portar su traje de energúmeno? ¿Cómo revolucionar hoy y qué, desde dentro de las fronteras y de las clases sociales, con provecho para todos, en desarrollo, democracia y paz?
¡Je, Je, ya nada más por fastidiar! ¿Dónde andaba AMLO, en aquél tiempo? ¿Cuál era su actitud, disposición política e ideología? A AMLO se le supone democrático, “de la corriente democrática”, desde entonces. De vuelta, a aquel 10 de junio, Efraín Huerta era un FREGÓN, excelente poeta y persona dispuesta a compartir la ideología de revolucionar el país, ese día no tuvo de otra que mentar madres y tomar la precaución de convertir en arma su poesía y solidaridad con las luchas democráticas, incluidas las de Centroamérica, si mal no recuerdo; recordad Ustedes, ¿a Telma Nava? Hoy, aquí y ahora, ¿cómo ve Usted a AMLO, contribuirá su Gobierno a cambiar a México, a pesar del pulso continuo a sostener con Trump? ¿Dominará al “tigre”, cómo lidiar con la insolencia? Desarrollar serenidad y una vecindad, inteligente y dinámica, como lo intenta, es importante, igual proponer y dar respuestas, como lo hace. ¿No cree?
