■ Llamativo, que agresores sean jóvenes nativos, participantes del Islam, dice el historiador
■ Una sociedad que no tiene humor va directamente hacia la dictadura fascista, opina
Una de las lecciones derivadas del atentado contra la revista Charlie Hebdo en París, que dejó un saldo de 12 personas muertas a quemarropa, y fue perpetrada como una “venganza a nombre de Mahoma” por extremistas religiosos, “es entender que nadie está a salvo de este tipo de niveles de intolerancia”, dijo el historiador José Enciso Contreras.
El académico ubicó a la intolerancia “como un virus que en ocasiones, aunque parece dormido, se encuentra enquistado en la mente, las instituciones y las ideas de la sociedad”.
Los acontecimientos recientes en París, dijo, revelan cuestiones que sorprenden, entre ellas, el hecho de que se diera en uno de los núcleos de la civilización contemporánea, cuyo problema principal no es la subsistencia cotidiana ni está acostumbrado como nación a matanzas tipo Ayotzinapa, o niveles de corrupción como los vistos en América Latina y concretamente en México.
Igualmente llamativo dijo, es que los agresores sean jóvenes nativos, participantes del Islam, que accedieron según la información disponible, “a los beneficios de una sociedad de primer mundo, en el país cuna de las libertades de occidente”.
Añadió, en este sentido, aun cuando en las constituciones y leyes de los países se mantiene un espacio para el ejercicio de la libertad de expresión y otro tipo de libertades fundamentales, algunas de estas últimas no son todavía bien valoradas.
Y advirtió sobre el hecho de que las religiones deben sujetarse a estas leyes, pues dijo, “no están ahí gratis” sino surgidas de conflictos terribles en la historia de las sociedades. Son, precisó, una herencia que “sirve para contener este tipo de avances fundamentalistas”.
Enciso Contreras refirió entre las libertades fundamentales, a la voluntad de creer o no, y como inmanente a las mismas destacó dentro de la línea de la libertad de expresión, “el derecho a reír, el humor social”.
Al respecto señaló que una sociedad que no tiene humor va directamente hacia la dictadura fascista, cualquiera que sea su naturaleza, pues esta capacidad humana es una forma de recrear con ironía la crítica, y por este medio, “refrescar la conciencia social moralina y las formalidades absurdas”.
“Creo que el expresarse con humor y con ironía debe ser visto como uno de los derechos más sagrados del ser humano”, sostuvo.
José Enciso destacó al humor como un factor que diferencia al homo sapiens “de nuestros primos y parientes en la evolución”, de quienes dijo, no han alcanzado esta dicha, “sobre todo cuando uno se ríe del poder, y eso implica reírse de quienes lo tienen”.
En este sentido reconoció en los humoristas de la revista Charlie Hebdo a practicantes de un humor “clásicamente cáustico”, hecho no para agradar al poder, sino para “moverle el tapete”.
Su trabajo dijo, está destinado a criticar a ese poder cuando en su carácter religioso se endurece en las mentes de algunos ciudadanos, por lo que su humor debe verse “como un baño de frescura”.
No obstante añadió, no fue así entendido por quienes practican el fanatismo yihadista presenciado en este atentado.
Advirtió sobre el hecho, convoca a cuidarnos de cualquier tipo de extremismo y fundamentalismo.
El lamentable acontecimiento, subrayó, “nos debe hacer reflexionar en torno a la propia realidad mexicana”.
