Nueva York. La elección más larga, costosa y peligrosa en la historia moderna de Estados Unidos está a dos meses de culminar, y su resultado será definido por la pugna entre los dos candidatos más despreciados jamás, un mapa electoral y cambios demográficos que favorecen a los demócratas y una ola antimigrante, racista y antineoliberal encabezada por un multimillonario insurgente que pone en riesgo al sistema político del país.
La elección por ahora está caracterizada por los candidatos presidenciales de los dos partidos nacionales en una competencia entre quién es el menos reprobado; nunca antes ambos candidatos habían sido percibidos negativamente por la mayoría del electorado.