Los últimos dos meses, un grupo plural de académicos y personas interesadas en el desarrollo de Zacatecas, nos hemos reunido con el propósito de elaborar un documento que recoja los resultados de investigaciones muy importantes en la materia realizadas en la entidad, que sirva para iluminar el debate de las autoridades que están en proceso de elaboración y aprobación de los presupuestos de egresos de la Federación y del estado. Pues bien, el ejercicio ya logró su propósito y ayer se puso a la disposición del presidente electo durante su visita a nuestra ciudad capital; antes se hizo llegar a los diputados federales, especialmente al presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública. El hilo conductor del documento es el siguiente:
Después de la crisis económica mundial de 2008, una gran cantidad de países se cuestionan sus respectivos proyectos nacionales y su forma de inserción en la economía mundial. México no es la excepción, y ello no cambiará con la ratificación de la firma del acuerdo de libre comercio de américa del norte (NAFTA por sus siglas en inglés), con lo cual parece probable que, por lo pronto, se mantendrá encendido el motor del mercado externo, mientras el nuevo gobierno encuentra la fórmula para encender el del mercado interno y logra disminuir la grave dependencia que tenemos de las importaciones de alimentos, energéticos, fertilizantes, medicamentos, y muchas cosas más. Durante siete lustros los gobernantes neoliberales aplastaron el mercado interno, olvidaron las políticas públicas para el desarrollo económico regional y sectorial, dando prioridad a la desregulación financiera, privatizaron la energía, las telecomunicaciones, los recursos mineros, las vías de comunicación, y se traicionaron los principios históricos de la Constitución mexicana, poniendo en el centro únicamente los intereses de las grandes corporaciones mexicanas y extranjeras.
Una de las conclusiones que debemos sacar del resultado electoral de este año es que, ante la población, el modelo neoliberal está agotado, lo que se expresa en el crecimiento económico mediocre con generación insuficiente de empleos y en la enorme cantidad de mexicanos excluidos del bienestar, y una porción creciente de población eliminada o cooptada por los grupos criminales fortalecidos por el propio modelo económico y los vicios mayores del régimen: corrupción, impunidad y degradación generalizada de todo el Estado mexicano, todo lo cual favoreció el voto a favor del cambio.
Como resultado de 35 años de neoliberalismo, Zacatecas reproduce la matriz primario extractivista en su funcionamiento, con depredación de recursos naturales y expulsión de la población por la inexistencia de políticas públicas para el empleo y bienestar para toda la población estatal. Durante más de 450 años, Zacatecas ha sido objeto de la explotación creciente de sus recursos mineros y de la destrucción de sus ecosistemas en varias zonas; este proceso se intensificó con la llegada de las grandes corporaciones mineras con explotaciones a cielo abierto, que generan miles de millones de dólares de beneficios y enormes daños ambientales irreversibles, principalmente por la explotación abusiva de los mantos acuíferos en el estado (35 millones de metros cúbicos de agua anualmente), que destruyen las condiciones materiales de vida de las comunidades y de la población de Zacatecas.
Las estadísticas oficiales informan que 22.5 % del territorio estatal está concesionado a la minería y que Zacatecas es uno de los tres principales productores de oro, plata, plomo, cobre y zinc; aunque el aporte al PIB estatal formalmente ha crecido de 3 % a 17.8 % en cinco lustros, su impacto en la economía estatal es irrelevante en términos de efectos económicos multiplicadores y en el desarrollo local y regional. Es la actividad económica con mayor peso en el PIB estatal y con menor repercusión en el empleo. De los poco más de 4 mil millones de dólares que genera este sector, apenas 0.0081 % se queda en Zacatecas como producto del poder político de las corporaciones que han impuesto un sistema impositivo diseñado por las mismas empresas y aplicado según su reporte de actividades.
Con idéntica profundidad, el documento analiza problemas como la inseguridad, la soberanía alimentaria, la educación, la migración, las energías renovables y otros igualmente importantes, para concluir en un llamado a la acción convergente de los zacatecanos.
Frente al atraso, la marginación económica y social centenaria de Zacatecas y su discriminación presupuestal, es urgente la elaboración de un proyecto de desarrollo integral para la entidad, que refleje un acuerdo en lo fundamental de quienes vivimos en este territorio, para exigir unidos un nuevo trato presupuestal y fiscal como el que el presidente electo propone para la zona Norte del país. Para revertir el rezago centenario y reducir la brecha de desarrollo humano entre nuestra entidad y las regiones más favorecidas, es importante asumir plenamente la experiencia en la construcción de la unión europea, creando la figura presupuestal de fondos compensatorios o de cohesión social, como el de Desarrollo Regional que tuvo una existencia efímera, el Fondo de Infraestructura, el Fondo de Intensidad Migratoria, Remesas y Retorno, así como una reforma constitucional y legal en materia Minera para una lograr una distribución más equitativa de la renta de esa actividad, que asegure contar con los fondos necesarios para el desarrollo y la remediación para enfrentar los enormes daños ambientales causados por la actividad minera, y que permitan financiar líneas estratégicas del desarrollo estatal como la autosuficiencia alimentaria, educación, ciencia, tecnología e innovación, para hacer posible, por fin, que la emigración de zacatecanos sea una opción voluntaria. ■
