La vigésimo primera Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático ha iniciado el primero de diciembre de este 2015 en Le Bourget, Francia, ante la presencia de 150 jefes de estado que buscan un consenso global que logre preservar la vida de la humanidad presente y futura. La encomienda es, sin duda, digna de una reflexión profunda, honesta y objetiva sobre todo si tomamos en cuenta que la misma ONU, tiene insistiendo desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente Humano de 1972, sobre la necesidad de cambiar nuestra estúpida depredación por la sostenibilidad ambiental y, contrario a todo, nos hemos hecho expertos más en simular que en realizar acciones efectivas para enfrentar al cambio climático. Por ejemplo, en Zacatecas se simula haciendo obras millonarias y de nulo impacto positivo sobre el entorno, tal es el caso del Parque Ecológico que no tendrá ningún fin de mejoramiento ambiental o estrategia de adaptación al cambio climático, tampoco existen acciones que nos conduzcan a enfrentar con éxito la aguda crisis hídrica que padeceremos en el futuro inmediato y, ya para próximas administraciones, que esperamos no sean tan opacas como las actuales, quedará pendiente establecer programas sectoriales o especiales en donde se enfrente con acciones científicamente sustentadas, la lamentable herencia de problemas ambientales que nos dejan tanto la delegación federal de Semarnat como la Secretaría del Agua y Medio Ambiente, que no dibujaron ni siquiera una sola estrategia de adaptación al cambio climático cuyos efectos ya sentimos en nuestro estado, por lo que será necesario que el próximo gobierno elija mejor a sus delegados y secretarios, ya que como se ha dicho, somos la última generación que podemos frenar al cambio climático. A nivel nacional, la reformas constitucionales impulsada por el presidente Peña, violentan los derechos humanos fundamentales en materia de seguridad alimentaria, agua, ambiente y recursos naturales. En materia ambiental, predomina la corrupción, la inexperiencia y la ineficacia; no veo desafortunadamente, un destello de inteligencia en los tomadores de decisiones para conducir a las presentes y futuras generaciones hacia escenarios más equilibrados y sostenibles; en el ámbito internacional, predomina la guerra, la contaminación de mares, suelos y atmósfera; prevalece la indiferencia de las grandes potencias y los nulos compromisos de quiénes históricamente han dañado los ecosistemas y generado el peor desequilibrio ecológico en la historia de la humanidad. Así las cosas, los supuestos líderes y operadores de la COP21, tendrán que tomar muy en serio los siguientes puntos: la Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que cada año hay miles de muertes a consecuencia del cambio climático, motivadas por las alteraciones en los patrones de las enfermedades, las olas de calor, inundaciones, degradación de la calidad del aire, el saneamiento y abastecimiento de agua y la inseguridad alimentaria. De igual forma, es fundamental tomar en cuenta lo que señala en Banco Mundial, instancia que afirma que sin un desarrollo rápido, incluyente y que tome en cuenta el cambio climático, para el 2030 podría haber 100 millones de pobres adicionales, teniéndose además, que los desastres naturales podrían eliminar los avances obtenidos con muchos esfuerzos y conducir a pérdidas irreversibles lo cual, empujaría a mucha gente, nuevamente a la pobreza, sobre todo en Asia y África. En este contexto, la ONU ha presentado una importante cantidad de iniciativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con el propósito de alcanzar la meta de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados centígrados, todo esto, se describe en el informe denominado “Acciones para el Clima Ahora” donde se invita a los gobiernos de los países a implementar políticas más ambiciosas, reconociéndose que los avances de las naciones presentados hasta hora, no son suficientes para una reducción considerable del calentamiento global. Ante este lamentable escenario, concluimos que la situación mundial del clima es preocupante y que se requiere desde ya, de una acción global inmediata que se aleje de la simulación y de un sinnúmero de improvisados que lucran con el patrimonio natural que nos es común. ■
*Representante de Zacatecas ante el Consejo Consultivo Nacional para el Desarrollo Sustentable
