Opina que se debe “ir trabajando también para ir metiendo las tecnologías limpias”
México es el cuarto consumidor de gasolinas en el mundo, pero siendo un país productor de petróleo importa en este momento 70% de sus requerimientos de combustibles
Dice que la calidad de las gasolinas que produce Pemex se apegan a los estándares internacionales y por tanto son tan buenas como cualquiera en el mundo
México es el cuarto consumidor de gasolinas en el mundo, pero siendo un país productor de petróleo importa en este momento 70 por ciento de sus requerimientos de estos combustibles. Mientras tanto, la nación de la que depende energéticamente de manera mayoritaria en este sentido, Estados Unidos, obtuvo este 2018 ganancias récord por sus ventas de gasolinas, gracias, justo a las compras que le hace nuestro país.
Así lo expuso en entrevista, Mario Enrique Delenne Cristerna, ingeniero químico, y trabajador de Pemex durante 30 años, 25 de los cuales transcurrieron en la refinería ubicada en Salamanca, Guanajuato.
Delenne Cristerna es egresado de la generación 1979-1984 de la ahora Unidad Académica de Ciencias Químicas de la UAZ. Trabajó en oficinas centrales de Petróleos Mexicanos y en las refinerías de Tula y Salamanca, esta última donde se desempeñó como ingeniero de Laboratorio, Ingeniero de Operación de Plantas, Jefe de Sector de Movimiento de Productos, Ayudante Técnico de la Gerencia, y finalmente Jefe de Control de Gestión, encargándose en este puesto hasta su jubilación en 2015, de atender las quejas y auditorias de la citada planta.
En Zacatecas participó este 29 de agosto en el Primer Encuentro Nacional de Investigación de Ciencias Químicas organizado en el contexto de la 11vas. Jornadas de Ciencias Químicas de la UAZ, donde expuso ante el alumnado su conferencia Los Ingenieros Químicos y la Operación de una Refinería.
Entrevistado desde su experiencia y conocimiento en el tema de las refinerías opinó que México no debe depender energéticamente de otros países “para mover al país”.
“Tenemos el petróleo, tenemos las refinerías, es más, deberíamos tener ahorita” más de ellas, pues lo que producen es lo que mueve al país, reiteró, la gasolina, el diésel y la turbosina.
Mario Enrique Delenne Cristerna se declaró así partidario de la soberanía energética de México y por tanto de la necesidad de que se transite de una dependencia de exterior hacia una autosuficiencia o por lo menos una disminución de las importaciones de gasolinas.
Recordó que el mundo se rige por la ley de la oferta y la demanda, “quien te vende el combustible puede subir el precio”, como en el caso del petróleo, en que aliados la OPEP y los Estados Unidos puedan decidir el precio internacional del oro negro inundando el mercado o reduciendo su producción.
“Yo siento que es de mucho peligro dejar la energía en manos de otras gentes, depender energéticamente de otro país”, refrendó.
Tras su retiro de Pemex hace tres años comentó que sabe por pláticas con sus compañeros que siguen activos, “que el dinero que les ha llegado para reparación de plantas ha sido mínimo”.
En nota periodística de Juan Carlos Miranda aparecida en el periódico La Jornada el pasado 29 de julio de este 2018, y que tiene como fuente a Pemex, se señala que durante el sexenio de Enrique Peña Nieto la producción de gasolina en el país disminuyó un 45%.
Tal como se ha dicho en general de Petróleos Mexicanos que trabaja en números rojos, la situación se traslada al caso de la refinación, ahora llamada “transformación industrial” al interior de la empresa ahora ya no paraestatal, sino “empresa productiva del estado”, dijo.
Este cambio cualitativo que se argumentó era para hacerla competitiva, no ha modificado uno de los puntos que durante la conversación señala reiteradamente Delenne Cristerna, la excesiva carga impositiva sobre Pemex, de la que observa, que si a Petróleos Mexicanos le cobraran impuestos de acuerdo a lo que pagan otras empresas privadas, el 35%, “estoy seguro que tendríamos números negros”.
Con datos del 2012 (antes de la Reforma Energética), recuperados de la nota de Karol García aparecida en El Economista en la fecha 29 de febrero de aquel año, se señala que la todavía paraestatal tenía una carga tributaria de alrededor de 60%, lo que la ubicaba como “la empresa petrolera que más paga impuestos en el mundo”.
Esta carga fiscal, dijo Mario Enrique Delenne se suponía que iba a modificarse con su tránsito a empresa productiva del estado, “se modificó en la ley, en el trato que le están dando, pero los impuestos…no se los han bajado”.
Desmitificando
En la conversación Delenne Cristerna va desmontando uno a uno los mitos de un discurso mediante el cual en los últimos 35 años, se han metido en la cabeza de millones de mexicanos ideas como que México no tiene capacidad tecnológica para hacer refinación en el país, que su gente no está capacitada para hacerlo o que ya no vale la pena invertir en refinerías porque lo necesario es dirigir todas las baterías hacia la generación de energías limpias, así como que las gasolinas de Pemex son de mala calidad o que las empresas del Estado son una carga para el mismo y deben ser privatizadas, entre otras que se han erigido como argumentos contra la construcción y mantenimiento óptimo en el país de las refinerías.
“Siento que fueron campañas de desprestigio hacia la empresa para lograr un fin”, dijo el ingeniero químico.
El tema es pertinente en este momento en que se ha constituido en uno de los planes estratégicos del gobierno del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
El ingeniero químico dijo respecto del primer punto que las refinerías en el mundo, también las plantas de Pemex son de tecnología extranjera, aunque la planta primaria más grande de la refinería de Salamanca fue hecha con tecnología generada por el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP).
Observó sin embargo, que las compañías extranjeras invierten muchos más recursos que Pemex en la investigación y el desarrollo de tecnología, mientras que en México “nunca se ha llegado al grado de ellos”.
No obstante de su propia experiencia señala que dentro del personal “de Petróleos Mexicanos hay gente muy capacitada. Tan es así que desde 1938 que tomaron el mando, siempre fue para arriba para arriba la producción y la calidad de los productos”.
Dijo haber compartido su tiempo laboral con “compañeros mucho muy valiosos, muy buenos trabajadores, ingenieros muy capacitados”.
Y adelantó que llegará el momento en que empresas privadas busquen aprovechar estos conocimientos y experiencia.
“Un ingeniero de producción de la refinería es una persona de las que hay muy pocas en el mundo, o sea, cada proceso es diferente, entonces lo más seguro es que llegue un momento en que empiecen a captarlos las empresas extranjeras”.
Agregó ahora sobre el proceso de sustitución de energías fósiles a limpias, esto en relación a lo dicho por algunos críticos, respecto de que ya no valiera la pena o fuera pertinente la inversión en refinerías, que justo porque México es el cuarto consumidor de gasolinas en el mundo, y que tiene correlacionado el hecho de un parque vehicular muy grande, que hacer este cambio de estos vehículos a los impulsados por tecnologías de energías limpias, “va a tardar muchos años”.
Aún en el contexto de la problemática generada por el Cambio Climático la realidad es que el mundo sigue moviéndose en base a los combustibles fósiles, lo ideal dijo sería dejar de utilizarlos pero “la dependencia –energética de ellos- es muy grande y aquí en México no podemos dejar eso en manos de otras gentes”.
También para ilustrar como no está sucediendo una reducción de las refinerías sino que siguen construyéndose y utilizándose a nivel global, trajo a colación el caso de Japón, país donde pasó una temporada.
En este momento según un registro del Portal Informativo Industrial, el país asiático suma una treintena de plantas de refinación.
Delenne Cristerna precisa respecto de su experiencia en aquella nación, que no siendo productora de petróleo es la tercera exportadora de gasolinas en el mundo luego de Estados Unidos y China, que coexisten en el mercado refinerías privadas y del Estado, en una proporción prácticamente igual, lo que también desmonta el mito de que la privatización es “el” paradigma a nivel global.
De misma forma los Estados Unidos son más de 150 las plantas de refinación y apenas en marzo del 2017 se anunciaba la construcción de dos más con el objetivo específico de elevar la venta de gasolinas a México, esta información aparecida en El Financiero en nota de Sergio Meana.
Respecto de la calidad de las gasolinas que produce Pemex, precisó que se apegan a los estándares internacionales y por tanto son tan buenas como cualquiera en el mundo.
El proceso para esta verificación implica la certificación por la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA) “que hace exámenes muy fuertes”.
“La EMA verifica que las pruebas estén bien hechas, no hay trampa, todo se da legalmente, la gasolina magna sale en 87 y la gasolina Premium sale en 92”; se refiere a índices de octano mediante los que se mide la antidetonancia de la gasolina.
Explicó que “una gasolina de bajo octano es muy violenta su explosión”, mientras que una de alto octanaje como la Magna y la Premium, son gasolinas en las que la explosión se da pero no daña los motores.
“De hecho en una gasolina, su característica más importante es el índice de octano, y para lo ambiental obviamente el azufre, y allí estamos bien”.
Antes de la Reforma Energética y los “gasolinazos” se comparaba a la economía mexicana con un “mesa de tres patas”.
De esta mesa recordó Mario Delenne Cristerna, una de ellas se refería a la aportación que al erario hacia Pemex y que representaba entre el 30 a 35 por ciento de los recursos, por lo que se decía que “de tres hospitales uno era sustentado con lo que producía la paraestatal”.
En este reintento del próximo gobierno por reactivar la refinación, una parte fundamental del consumo energético de los mexicanos, observó, “espero que todo sea para bien del país. Yo en lo personal pienso que es bueno invertir ahorita en refinerías, obviamente ir trabajando también para ir metiendo las tecnologías limpias”.
