La Gualdra 265 / Río de palabras
Me pregunta que por qué la busco si tiene más dudas que certezas, le digo que por las palabras. Que basta con ver uno de sus gestos, oír su voz, que se ría, para que en mi cabeza se levante una horda de palabras, una revolución de sintagmas. Le digo que ignoro la razón, que más menos pienso que ella es algo así como la causa, el motivo, -aparentemente-. La razón quién sabe porque somos una bola de irrazonables e irresponsables. Una bola de células desorganizadas que no tienen ni puta idea de qué hacen en el mundo. Se queda pensativa, luego damos vuelta en una calle. Ves, las palabras, a esas palabras me refiero, le digo mientras detiene el carro y yo señalo una barda. Luego le cuento cuando una pared me habló en Oaxaca, yo tenía 33 años, la pared me dijo: Yo nací a los 33 años. Y ella vuelve a sonreír. Me gusta que me conviertas en palabras, dice. A mí sobre todo me gusta cuando palpo su desnudez junto a la mía, pero no lo digo y la beso.
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