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Hoy me vi en el espejo largo rato,
y cuánto lamenté lo que he cambiado,
las huellas que los años han surcado
mi rostro, y mis cabellos se han plateado.
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Mis manos deformadas y rugosas
por todos estos años que he vivido
me hicieron meditar en tantas cosas
que nunca recordar había querido.
Mis labios ya marchitos y resecos
no saben sonreír ni decir nada
mi voz es un sonido ronco y hueco
que se escucha, pero jamás agrada.
Mis ojos lastimados nada expresan,
ni distinguen tan bien como hace tiempo,
mi espalda esta encorvada porque pesan
los años, y es confuso el pensamiento.
Mi pobre corazón que enamorado
fue hotel universal de tantos sueños
hoy sólo es una ruina del pasado
con miles de recuerdos, y sin dueño.
Autora: Ma. Belem Rodarte Guardado
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