14.8 C
Zacatecas
martes, 19 marzo, 2024
spot_img

El demonio que nos habita

[entrevista con Fernando Yacamán]

Más Leídas

- Publicidad -

Por: JÁNEA ESTRADA LAZARÍN •

La Gualdra 558 / Entrevistas / Literatura

- Publicidad -

Fernando Yacamán Neri (CDMX, 1985) estudió Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Cursó diplomados en creación literaria en la Escuela Dinámica de Escritores y en el INBAL. Ha publicado Ya quiero despertar (FOC, 2014), La pócima del diablo (Viernes Editores, 2015), y El cuerpo de la noche (Casa Editorial Abismos, 2017); destacan además La virgen del sado (2021) y Todos mis padres (2019), en Ediciones Periféricas [EP]. En 2021 obtuvo el Premio Nacional Juegos Florales del Centenario de Ramón López Velarde con la antología de cuentos El demonio que nos habita, publicada también en EP en 2022.

Fue en 2021 cuando nos conocimos en Jerez durante el evento de la premiación de los Juegos Florales; ese día comenzamos a imaginar que el libro sería publicado, lo que ocurrió un año y medio después de aquel encuentro gracias a Ediciones Periféricas, su casa editorial, quien pacientemente aguardó a que los derechos de publicación de El demonio que nos habita fueran liberados por parte del municipio jerezano. Hoy, con un ejemplar en las manos, conversamos con su autor.

 

Jánea Estrada Lazarín: Fernando, me gustaría que nos comentaras cómo fue tu acercamiento a la literatura, cuéntanos cómo fue tu infancia y cómo es que decidiste ser escritor, cuáles fueron tus primeros pasos en el mundo de la escritura.

Fernando Yacamán: Desde mi niñez hasta el día de hoy he tenido la suerte de tener una aliada en mi escritura, mi abuela Rita.  Mi vida la recuerdo desde los cuatro años y en mi memoria están las noches que  se acostaba a mi lado, y yo le pedía que me contara un cuento. La escuchaba hasta que el sueño me vencía, pero hubo noches en que contándome alguna historia se quedó dormida, entonces la despertaba porque no podía dejarme con la historia incompleta. Una noche cambié las reglas del juego, yo le contaría cuentos para que ella se durmiera.

Desde niño mi abuela me enseñó a querer más la noche porque ilumina las historias. Desde niño empecé a escribir cuentos, aún conservo “Víctimas”, tres páginas que a mis siete años vi como mi primer libro. Era la historia de una familia donde todos mueren. Le pedí a mi abuela que mi escrito lo pasara a máquina de escribir (ella estudió taquigrafía). Le indiqué los espacios que tenía que dejar en las páginas para los dibujos que yo haría. Uno de los regalos más bellos fue cuando mi abuela me dio mecanografiado mi texto. Le pedí dinero para ir a la papelería, saqué las copias que pude, las engrapé y se las vendí a mis amigos de la unidad habitacional en la que vivía. Unos no quieran comprar pero los obligué.

 

JEL: ¿Recuerdas cuáles fueron tus primeros libros leídos en la infancia? De no haber sido escritor, qué te hubiera gustado ser…

FY: Cuando me preguntaban qué quería ser de grande siempre mencioné escritor. Desde niño disfrutaba ese espacio de soledad y de libertad que te da la escritura. En ese momento no lo veía así, para mí escribir era un juego. En tercero de primaria tuve una amiga-novia, en las clases me sentaba al lado de ella en esos pupitres dobles de primaria de gobierno, las clases nos aburrían y nos la pasábamos haciendo historietas en conjunto. Desde siempre el acto de escribir fue un escape.

El primer libro que recuerdo que leí fue El Principito, nos lo dejó una maestra en segundo de primaria, no entendí todos los significados que tiene la historia, para mí fue un recorrido fantástico. Corazón: diario de un niño me lo regaló mi abuela porque fue el primer libro que leyó ella, recuerdo libros de Julio Verne adaptadas para niños. Me gustaba leer pero no fui un niño lector, lo que más disfrutaba era estar con los amigos vagando por el patio de la unidad.

 

JEL: Vivimos en un país de habitantes que leen poco… además de ser escritor te dedicas a la docencia ¿cómo ha sido tu experiencia en este ámbito? Desde tu punto de vista qué podríamos hacer para que las infancias lean más…

FY: He tenido la oportunidad de dar clases desde primaria hasta universidad. He aprendido de mis alumnos y de todos los grados. No soy experto, pero hablaré desde mi experiencia. Creo que el desinterés por la lectura se debe a que en muchas familias no existe el hábito, ni el interés, o el conocimiento por la literatura. También pienso que el “sistema de lectura” en las escuelas no funciona por la selección de textos, por las dinámicas, y sobre todo por los profesores que imparten sus clases sin pasión. Por ejemplo, en primaria el estudio de la poesía se limita a aprenderse un poema para la kermés, para el día de la madre, para Benito Juárez. En las aulas se limitan a identificar rimas, a contar versos a poemas cursis y aburridos. Esos alumnos llegan a secundaria pensando que la poesía habla de amor, toda tiene rimas y versos y es aburrida, los entiendo perfectamente, yo pasé por lo mismo. El problema son los profesores que no tienen pasión por la materia, podría ser suficiente con seleccionar un libro que sea interesante para los alumnos, que el maestro lea bien en voz alta, porque leer bien hechiza. Lo aprendí a los 22 años ante esta escena, imagina: un grupo de 40 adolescentes, después de la clase de educación física, llegaron a mi clase, en primavera, un día antes de salir de vacaciones. Me sentí en medio de una jungla, lo que tenía planeado les valió madre, se me vino a la mente el cuento de “El abanderado” de Eusebio Ruvalcaba, lo busqué en internet y así logré captar su atención. Desde entonces tengo una selección de cuentos y textos dramáticos de emergencia, nunca fallan. La lectura tiene que ser intercalada con la del maestro para mantener un ritmo, se deben hacer preguntas que propicien el diálogo, el debate. Estoy convencido que es lo mejor que puedo hacer, porque disfrutamos el presente (no todos, pero sí la mayoría) y espero que en algunos se quedé algo más de estas experiencias.

 

JEL: Además de tu pasión por las letras, eres una persona muy interesada en las artes plásticas, en el teatro, en otras disciplinas artísticas… en una época como la que nos ha tocado vivir, ¿qué papel podríamos conferirle al arte?

FY: Pienso que es una época decadente, violenta, absurda y que nos llevará a nuestro fin. Hace años pensaba que el arte podía ser una esperanza, ahora creo que es un aliento. Pienso en la película Noviembre, de Achero Maña, en el diálogo que el protagonista dice: “Quiero hacer teatro porque creo que puede ser un camino hacia el entendimiento y hacia la comprensión, me encantaría cambiar este puto mundo”; y al final de la película el protagonista ya de viejo afirma: “Hago teatro para que este puto mundo no me cambie”. Así pienso. Me interesan todas las artes porque en ellas descubro otros mundos que nutren mi manera de ver el mundo, y por supuesto, mis letras. Hay artistas con los que me he llegado obsesionar porque en ellos encuentro vasos comunicantes con mi manera de pensar, algunos de ellos son: David Wojnarowicz, Bas Jan Ader, Nahu Ollin, muchísimos artistas surrealistas, varios artistas plásticos mexicanos del siglo XX. El cine de Xavier Dolan, Jaime Humberto Hermosillo, Ripstein. El cine mexicano de oro me parece alucinante. Ignacio, mi compañero cósmico, se dedica al teatro y a la danza, entonces he podido acercarme a esta disciplina desde otras perspectivas. Yo no escribo sin música, me encanta las posibilidades que tiene la electrónica, la desfachatez del punk, la fiesta de la cumbia. Podría seguir con más referencias que me apasionan…

 

JEL: Cuando leí El demonio que nos habita, en plena pandemia, me soprendió la musicalidad de esa serie de cuentos tan extarordinarios; de hecho, y ahora que lo mencionas, puse unas cumbias para disfrutar más la lectura. Coincido contigo cuando dices sobre este libro que “es una celebración a la sexualidad”; recuerdo ahora cuando en el cuento “Orilla del sueño” el demonio se le metía a Bernardo y buscaba a su compadre para gozar y despertar triste otra vez al día siguiente… o la historia de Orión con su primo… historias llenas de una sensualidad potente y nostálgica. ¿Es este tu libro más reciente un tributo a la nostalgia también? ¿La Virgen del Alcantilado es un abrevadero para las soledades?

FY: Hace unos días tuve un sueño en el que escuché la frase “una infinita melancolía”. Al despertar absurdamente sentí esa “infinita melancolía” por lo que todavía está, por lo que tengo y que en algún momento se acabará. Creo que en mis cuentos podría estar la melancolía y la nostalgia en el sentido que los personajes desean regresar a los encuentros que fueron trascedentes en su historia, pienso sobre todo en los sexuales, porque en este libro el sexo está unido con el cosmos, con imágenes relacionadas con fenómenos naturales, como los huracanes y las tormentas. Estos encuentros marcan a los personajes, algunos buscan repetir el momento cumbre de sus relaciones, por ejemplo, la virgen del acantilado al no poder hacerlo, al no poder seguir con su amada, se suicida.  La virgen del acantilado podría ser un abrevadero para las soledades, en el sentido que los hombres le rezan para recuperar a un amor “prohibido”.  En mi narrativa he creado a dos vírgenes, la del sado y la del acantilado. Hay imágenes religiosas que llaman poderosamente mi atención, independientemente de mi pensamiento, en el que creo que la iglesia, la religión ha sido y es la causa de ignorancia, de hechos violentos y de miles de muertes inocentes. A la virgen del sado se encomiendan los hombres que buscan el placer sexual en el dolor, en el sometimiento. A la virgen del acantilado le rezan los hombres que desean reconquistar un amor prohibido. Mis vírgenes son la antítesis de las que existen, porque es mi manera de ir en contra de un sistema corrupto como lo es la iglesia. Además que me parecen personajes poderosos, irónicos, y únicos que espero queden grabados en el lector.

 

JEL: Este libro resultó ganador en los Juegos Florales Ramón López Velarde, en Jerez, Zacatecas, el año en que conmemoramos el centenario de su fallecimiento. Jerez es la ciudad en la que nació el poeta, pero entre otras cosas es el lugar en donde todavía los charros andan a caballo… un libro de literatura gay, con tanta calidad como el tuyo, premiado en una ciudad en donde los machismos suelen ser exacerbados de cuando en cuando, se convirtió en un remanso en donde abrevan también las libertades. ¿Qué significó para ti recibir este premio?

FY: Un triunfo. Que la voz de la diversidad siga resonando en donde la heteronorma y el machismo aún persiste. Admiro la poética de Ramón López Velarde, es imprescindible en la literatura mexicana, me da orgullo que su nombre de alguna manera quedará grabado en este libro. Recibir el premio en Jerez fue una experiencia que no olvidaré, la ciudad es bellísima, la ceremonia fue en el increíble Teatro Hinojosa, me dio mucho orgullo hablar ahí, justo expuse la emoción que sentí de haber ganado el premio, con este libro que expone cuentos homoeróticos. Es ningún momento pretendo aleccionar, pero en nuestra enferma sociedad es necesario exponer estos temas, visibilizar la diversidad en las artes.  En México hay mucho trabajo que hacer respecto al respeto a la diversidad de pensamientos y manifestaciones e identidades. Fue fascinante salir del teatro y efectivamente ver los charros en caballo después de haber ganado con un libro de literatura gay. No olvidaré esa experiencia.

 

  

El demonio que nos habita, de Fernando Yacamán, cuyas historias, de acuerdo con las palabras de Élmer Mendoza incluidas como texto introductorio,  “No son historias inocentes, o piezas cuyo objetivo estilístico sea impresionar. Nada. Están cargadas de vida, desde una visión realista, hasta fantástica, pasando por el sentido surrealista, el bizarro y un definido aspecto joyceano que sube la calidad de este conjunto de nueve cuentos desarrollados en un pueblo costero…”. Este libro, así como La virgen del sado y Todos mis padres, pueden ser adquiridos en línea en la página de Ediciones Periféricas: https://edicionesperifericas.com/product/el-demonio-que-nos-habita/

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/lagualdra558

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -spot_img
- Publicidad -spot_img