Nueva York. El presidente-electo Donald Trump indicó que su gobierno no procederá con su amenaza de investigar a Hillary Clinton y de retirar a Estados Unidos del pacto sobre cambio climático, y hasta puso en duda su promesa de emplear la tortura, sorprendiendo a fuerzas derechistas y provocando más especulación sobre cuáles serán sus posiciones como presidente sobre una amplia gama de temas, desde migración a seguridad nacional.
Los giros de Trump están mareando tanto a sus propias filas como la amplia oposición que ha generado. En una entrevista con directores y periodistas del New York Times realizada en las oficinas del rotativo que tanto ha criticado, Trump aparento ‘suavizar’ varias de sus posiciones de campaña.
Afirmó que no ordenaró investigaciones contra su ex-contrincante en torno al asunto del uso de un servidor privado de correo electrónico cuando era secretaria de Estado o sobre el comportamiento de la fundación de la familia Clinton. “No quiero dañar a los Clintons, de verdad no”. Agregó que deseaba “proceder hacia adelante” después de la contienda, reiterando que no el asunto no le importa tanto ahora y que la batalla electoral fue “muy dolorosa”.
Fue un giro dramático después de que en debates y actos de campaña, Trump prometió promover una investigación a fondo de los Clinton, y frecuentemente provocaba que sus seguidores corearan “que la encarcelen” en sus eventos. Algunas voces derechistas de inmediato expresaron su desilusión con las declaraciones de Trump. “Promesa rota” declaró el sitio derechista Breitbart de donde el nuevo asesor en jefe de Trump, Steve Bannon, había sido director general. Otros comentaristas y organizaciones ultraconservadores influyentes expresaron su extrañamiento.
Trump también sorprendió a sus seguidores al rehusar reiterar su posición durante toda la campaña de abandonar el acuerdo sobre cambio climático logrado el año pasado en París, sólo comentando que lo estará evaluando al afirmar que “tengo la mente abierta” sobre el tema.
Sobre el uso de la tortura en la llamada “guerra contra el terrorismo”, algo que repetidamente defendió durante la campaña, indicó al Times que podría haber cambiado de opinión después de entrevistas con el general retirado James Mattis, ex jefe del Comando Central. “Él me dijo, ‘nunca he encontrado que sea útil’”, comentó Trump en torno al uso de tortura contra “terroristas”. Aseveró que sigue contemplando a Mattis para el puesto de secretario de Defensa.
Sobre sus amenazas de perseguir a medios – incluyendo al Times – con demandas legales y nuevas leyes de difamación, hoy aseguro a los presentes, incluyendo al director de la empresa del rotativo, que “creo que ustedes estarán contentos”. Bromeó que “desafortunadamente” si leía el Times, pero que “viviría otros 20 años más si no lo hiciera”.
A la vez, aseguró que no violaría leyes sobre nepotismo si decide nombrar a su yerno, Jared Kushner, a un puesto. Más aún, sostuvo que Kushner podría ser clave en promover negociaciones de paz entre Israel y Palestina. Indicó que “me encantaría ser el que logre la paz con Israel y los palestinos, eso seria un gran logro”.
Defendió a su asesor en jefe Bannon ante acusaciones de que es un ultra derechista racista y anti-semita, afirmando que “nunca lo habría contratado” si eso fuera cierto, y que es un tratamiento “injusto” en su contra. También defendió a Breitbart, el sitio ultraderechista antes dirigido por Bannon, como algo no tan diferente del Times, solo “mucho más conservador”.
Preguntado sobre las expresiones de apoyo que ha recibido de agrupaciones supremacistas y racistas, sobre todo una que se realizó en Washington este pasado fin de semana con tonos nazi, Trump declaró que “claro que los repudio y los condeno”.
Este pasado fin de semana en Washington se realizó una conferencia de la llamada “derecha alt” (por alternativa, o sea, para distinguirse de grupos conservadores establecidos), que en esencia es el movimiento nacionalista blanco, donde casi 300 participantes de varias partes del país hablaron sobre sus principios de un “estado de etnia blanca”, de como la raza blanca es la de los creadores y conquistadores, atacaron a los judíos, emplearon frases nazi en alemán y celebraron la elección de Trump con un saludo nazi y concluyeron con la traducción en inglés de “Sieg hiel”. Todo en una sala de conferencias en el edificio público nombrado por Ronald Reagan a unas 5 o 6 cuadras de la Casa Blanca.
Voceros de Trump aseguraron este lunes que el presidente electo repudia a todo grupo relacionado con “mensajes de odio”. Sin embargo, organizaciones de monitoreo de extremistas de derecha como de defensa de derechos civiles judios y afroestadunidenses han documentado el apoyo de Trump por estos grupos – algunos neo-nazi, otros como el Ku Klux Klan y sus dirigentes, a lo largo de la contienda electoral como la renuencia del entonces candidato de condenarlos firmemente.
Trump continuó este lunes, junto con su equipo en la Torre Trump en esta ciudad, con el trabajo bastante público de entrevistar a potenciales candidatos para su gabinete y otros aproximadamente 4 mil puestos que son designados por el presidente en la burocracia federal. Esta tarde viajó a su mansión en Mar-a-Lago en Florida con su familia donde pasará el puente del Día de Acción de Gracias.
Mientras tanto, a falta de anuncios concretos, se intensifica la especulación sobre los próximos nombramientos, sobre todo los encargados de asuntos domésticos y económicos, que ofrecerán indicaciones sobre que dirección tomara Trump al inicio de su mandato. La incertidumbre sobre todo para la comunidad inmigrante y la musulmana, junto con una amplia gama de sectores preocupados por derechos civiles y laborales, los derechos de la mujer, los gay y mas siguen en estado de alarma.
A la vez, con señales cruzadas en la retórica del presidente-electo, periodistas y analistas buscan claves sobre la dirección del nuevo gobierno a partir de integrantes nombrados a puestos temporarios para guiar la transición, desde el anti-migrante Kris Kobach que genero alarma entre la comunidad migrante a Mauricio Claver Carone, quien es una de las figuras mas ferozmente opuestas a la normalización de relaciones con Cuba.
