La primera demanda social es la presentación inmediata con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Hasta este momento el gobierno de Peña Nieto ha tratado únicamente de cuidar su imagen internacional, del falso estadista número uno en el mundo y dos, administrar la inconformidad social en el país, ambos objetivos contundentemente derribados por la indignación social de un hecho atroz y vergonzoso de las fuerzas represivas del Estado, demostrando con ello el desdén y burla de la sensatez e inteligencia del pueblo mexicano, nadie les cree que después de cerca de dos meses no se tengan resultados contundentes, cuando fueron fuerzas del Estado quienes se llevaron vivos a los estudiantes, queriéndolos involucrar con el narcotráfico y con grupos guerrilleros, lo que resulta ser una vil patraña del Estado para desviar la verdadera realidad de la descomposición social y de la alta corrupción de los cuerpos policiacos y de todos los órdenes de gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto, resultado de un gobierno parido por la corrupción y, siendo ella misma la que se lo está tragando.
Quisieron decirle al pueblo que ya habían capturado al chivo expiatorio de los hechos delictivos de Ayotzinapa, pero el pueblo tampoco les creyó, pese a tener a todo vapor su aparato desinformativo de Televisa y TV Azteca; el pueblo ya no se distrae, sigue con su demanda primera: presentación ya con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
El hartazgo de la sociedad es de tal magnitud que obliga a que la sociedad inicie una trasformación de fondo, Ayotzinapa es el punto crítico para reflexionar de cómo los cambios en beneficio del pueblo deben ser de raíz, el simple castigo no es ya suficiente sino una reconstrucción de la nación, la democracia simulada y prostituida por las fuerzas políticas, el Estado y los grupos empresariales obligan a repensar una nueva nación, con cambios desde el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, si la sociedad es capaz de organizarse e iniciar una transformación del país sería un verdadero avance social, donde el entendimiento dialógico de consensos pueden ser una vía antes que las fuerzas sociales se desborden con consecuencias impredecibles.
Por otro lado el Estado mexicano está obligado a decir la verdad a los padres de familia de los estudiantes y desechar las múltiples hipótesis; ¿los estudiantes son rehenes del narcotráfico para negociar la liberación de alguno de sus jefes encarcelados?, ¿están detenidos en cárceles militares por supuesta seguridad nacional? ¿o es rebeldía de algún grupo militar?, si fueron asesinados también que lo demuestren con evidencias científicas no con suposiciones como la pantomima que hizo Murillo Karam; el Estado tiene las pruebas, si teme a la reacción de la sociedad, eso es un punto ya sin retorno, ante ello la sociedad no tiene otro camino más que la organización en un frente común y, con acciones para cambiar el estado de cosas que suceden y urge cambiar:
A la sociedad lo que le corresponde es: iniciar ya la construcción de un nuevo proyecto de nación: 1) Un Pacto Social, donde la ciudadanía proponga sin la participación de miembros de las cúpulas de partidos, empresarios y gobernantes un plan para el nacimiento de una nación nueva donde estén presentes las garantías de: derecho a la vida digna, alimentación, vestido, vivienda, salud, educación y trabajo para todos; 2) Un tribunal social popular que vigile y haga cumplir tales planes y acuerdos y, que sancione todo acto de corrupción, mal ejercicio de gobierno y el incumplimiento de los planes de trabajo; 3) Que se vayan todos los gobernantes iniciando con Peña Nieto y todas las cúpulas de los partidos políticos, el Poder Judicial y el Legislativo, por estar corrompidos y coludidos con bandas de narcotraficantes; 4) Castigo total a los que hayan cometido actos de corrupción e enriquecimiento ilícito y, prohibición de por vida en funciones públicas y políticas a quienes hayan cometido actos delictivos y ejercicio público indebido; 5) Todo funcionario público deberán sujetarse a un ejercicio ciudadano sin prerrogativas ni salarios, salvo la garantía del cubrimiento de todos los gastos para el ejercicio de su función y el sostenimiento de su familia, con límites y auditoría de gastos, igual que llega igual se va. 6) Para los partidos políticos cero prerrogativas un auto sostenimiento, donde el máximo valor sea la honestidad, la preparación académica y un interés por su pueblo debidamente probado. 7) Ningún miembro de la Iglesia debe participar en política o funciones públicas, por obedecer mandatos del Estado Vaticano, su fundamento es de fe y no de ciencia, tampoco los empresarios pueden participar en la administración pública ni judicial, sus intereses son opuestos a los públicos, son personales, incompatibles con el interés público y colectivo del pueblo.
La educación trascendió los espacios áulicos y la sociedad requiere cambiar, el castigo no es suficiente, urge una transformación del país desde la raíz. ■
*Profesor y miembro de la CNTE
