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miércoles, 9 octubre, 2024
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■ Cada feria ofrece una nueva experiencia y oportunidad de conexión con la comunidad, resaltan

Familia Herrera, 15 años de tradición recorriendo juntos las ferias del país

■ Su estilo de vida es tanto emocionante como desafiante

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Por: Jaqueline Lares Chávez •

En el vibrante escenario de las ferias mexicanas, donde las luces de neón y los aromas de la comida tradicional crean una atmósfera única, existen historias de perseverancia y éxito. Ramiro Herrera, originario de Puebla, ha sido parte de este entorno durante más de 15 años, como comerciante de un negocio de cosméticos, accesorios, bolsos y productos relacionados que ha recorrido diversas ferias a lo largo y ancho del país.

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La historia de Ramiro Herrera y su familia en el comercio de ferias se remonta a unos 15 años atrás. Desde entonces, han recorrido diversas ferias en el país, adaptándose a las demandas del mercado y a las características particulares de cada evento.

“Somos del estado de Puebla, pero radicamos aquí en Zacatecas”, mencionó. Ramiro explicó que su familia participa en aproximadamente ocho ferias al año, destacando que suelen recorrer los mismos lugares anualmente. Mencionó que no tienen convenios fijos con las ferias, sino que su participación se ha incrementado progresivamente a lo largo del tiempo. Durante la pandemia, señaló que no hubo este tipo de festividades, pero, en general, la cantidad de eventos en los que participan ha aumentado cada año.

La tradición del comercio en ferias es una herencia familiar que Ramiro Herrera ha continuado con orgullo. La historia de su familia en este negocio se remonta a sus padres y a la generación anterior, que sentaron las bases para el emprendimiento actual. Ramiro menciona: “Es tradición familiar, de hecho, la familia se dedica a esto desde hace muchos años. De los papás para acá, ya tenemos una trayectoria en esto”.

El negocio familiar se ha especializado en la venta de cosméticos, bolsos, accesorios y productos relacionados. A pesar de las múltiples facetas que el mercado podría ofrecer, la familia Herrera ha mantenido un enfoque claro y constante en estos productos, perfeccionando su oferta a lo largo del tiempo.

La vida de un comerciante en ferias puede ser tanto emocionante como desafiante. Ramiro describe su experiencia como una mezcla de gratificación y dificultades. “Es bonito porque uno se traslada de un lugar a otro. La parte complicada es la falta de comodidad en el camino: buscar dónde hospedarse y encontrar servicios básicos como sanitarios y regaderas puede ser complicado”, comenta.

A pesar de estos desafíos, Ramiro aprecia la libertad y el dinamismo de su trabajo. “Nos gusta porque vamos a diferentes lugares, no estamos estancados en un solo sitio”, añade. La variedad y el dinamismo del trabajo en ferias son aspectos que valoran enormemente, ya que cada feria ofrece una nueva experiencia y oportunidad de conexión con la comunidad.

Zacatecas, en particular, es un lugar que Ramiro y su familia disfrutan visitar. El clima templado de la región es un contraste agradable con los climas más extremos que enfrentan en otras partes del país. “Aquí en Zacatecas es muy bonito por el clima. Es muy estable, con un equilibrio entre calor y frío”, dice Ramiro. Esta preferencia por el clima local resalta una de las razones por las cuales Zacatecas se ha convertido en una parada recurrente para ellos.

En cuanto al alojamiento, Ramiro y su familia a veces utilizan un camper para facilitar su estadía en las ferias. En otras ocasiones, se hospedan en hoteles o en alojamientos proporcionados por los organizadores de las ferias. La flexibilidad en sus opciones de hospedaje es clave para adaptarse a las circunstancias cambiantes de cada evento.

El desempeño de ventas en las ferias puede variar considerablemente. Ramiro señaló que, mientras algunos días, como los fines de semana, pueden ser más fructíferos, otros días pueden ser más tranquilos. “El sábado y domingo algo salió, pero ayer estuvo muy tranquilo. Apenas estamos comenzando”, explica. Las ventas también se ven influenciadas por el momento en que llegan al lugar y la preparación previa.

En relación con el futuro del negocio, Ramiro es consciente de que las nuevas generaciones podrían tener diferentes intereses y aspiraciones. “A lo mejor sí, y a lo mejor no”, dice sobre la posibilidad de que sus hijos continúen con el negocio familiar. “Si ellos ya tienen otra iniciativa, sería mucho mejor. Pero si no, pues esto continúa”, añade. La posibilidad de que sus hijos sigan el legado familiar depende en parte de sus intereses y aspiraciones personales.

El comercio en ferias es un mundo lleno de retos y oportunidades. La familia Herrera ha demostrado una notable capacidad para adaptarse y prosperar en este entorno dinámico. Aunque el trabajo en ferias presenta desafíos, como la búsqueda de alojamiento y servicios básicos, el entusiasmo por la movilidad y la conexión con diferentes comunidades mantiene a Ramiro y su familia comprometidos con su oficio.

En un mundo que cambia rápidamente, donde las ferias y eventos ofrecen un escaparate para productos variados, la tradición familiar de los Herrera se mantiene firme. Su dedicación y pasión por su trabajo se reflejan en su disposición para enfrentar las dificultades y en su aprecio por las experiencias que el comercio en ferias les brinda.

El legado de Ramiro Herrera y su familia es un testimonio de cómo las tradiciones familiares pueden adaptarse y prosperar en el contexto moderno. A medida que continúan su viaje por el país, su historia resalta la importancia de la perseverancia y la pasión en el comercio y la vida en las ferias mexicanas.

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