Si bien es cierto que México requiere fortalecer su Sistema Educativo, también lo es el hecho de que las vías y estrategias que históricamente se han utilizado no han sido del todo adecuadas, dejan mucho que decir y que desear; por lo general las “transformaciones” que se han implementado son consecuencia de la imposición de reformas educativas mal estructuradas, carentes de sentido y, lo que es peor, descontextualizadas. Debe ser reprobable el hecho de que una reforma educativa que incluso pase a grado constitucional derive en leyes que a todas luces contraviene el mismo mandato constitucional dado que atentan contra las garantías de los profesionales de la docencia. Sirva esto de preámbulo para enlistar solo algunas incongruencias de este fenómeno llamado reforma educativa:
I Primero cocinan la propuesta de reforma educativa considerando solo a la élite intelectual, a los garbanzos de a libra, a las vacas sagradas de la educación; luego imponen la reforma de una manera artera tomando como arma algo que para los mexicanos es sagrada, La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Ello implicó querer garantizar que los docentes, directores y supervisores se vieran indefensos ante tal imposición. Intervino el congreso de la unión aprobando algo de lo que ellos mismos son unos legos además de leguleyos; lo que no saben es que a las leyes hay que honrarlas y una manera de honrarlas es violándolas cuando éstas sean injustas.
II Al hablar de una reforma educativa, por lógica se entiende que será eso, educativa, el fundamento de esta reforma, es laboral, tiende a lesionar los intereses y garantías laborales de los profesionales de la educación y a vulnerar la condición humana de los mismos; esta reforma no tiene propuesta pedagógica alguna ni vislumbra cambios innovadores en los procesos y prácticas de enseñanza y aprendizaje. ¿Cuál es la intención de todo esto?, simple, lograr el control de la enseñanza y/o educación en el país con el objetivo de ponerla al servicio de los intereses y necesidades del modelo económico imperante. Reitero, este problema se presenta toda vez que el estado se asume como educador y rector del sistema educativo, las condiciones cambiarían si el magisterio tomara riendas de la educación quedando el estado solo como promotor de la misma.
III Estamos frente a una reforma educativa injusta dada la terrible desigualdad social en la que México se encuentra, existe una pobreza extrema en una gran parte de la sociedad, incluso sociedad magisterial, no se asigna presupuesto para construcción de escuelas dignas, para equipamiento y, lo que debería ser punta de lanza, para la formación y actualización de los docentes y directivos; miles de millones de pesos se han gastado en la implementación de una vituperada reforma, reforma que no llevará a buen término dado que ello podría desencadenar una desobediencia civil generalizada por parte del sector magisterial. Todo este estado de cosas solo da muestra de la falta de interés por fortalecer el sistema educativo de parte de quienes rigen los destinos de nuestro País, llevando con ello el descrédito al trabajo docente y un ataque frontal al sector magisterial.
IV El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), es un organismo que se comporta como dependencia y que es apéndice de la Secretaría de Educación Pública, que por norma debería ser autónomo, descentralizado y con personalidad jurídica propia, quienes lo conforman son los “garantes” de hacer que se cumpla con una ley denominada del Servicio Profesional Docente, y que tienen por cometido imponer exámenes estandarizados justificándolos como los que ayudarán a que la calidad de la educación mejore por parte de los docentes examinados; esto es completamente falso, no son los exámenes los que determinan la calidad de la educación. El INEE recurre a argumentos y propuestas que en mi opinión están sesgados utilizan una retórica para omitir o evadir las causas reales de los problemas del sistema educativo, culpan a los docentes de este desastre educativo, incluso, a las propias instituciones formadoras de docentes. El colmo, este instituto tiene como responsabilidad vigilar el cumplimiento y periodicidad de las evaluaciones, diseñando instrumentos que a decir de ellos son requeridos para contar con “un docente ideal”.
V Hoy día estamos viendo en los centros educativos una verdadera preocupación y angustia por parte de docentes que resultaron “agraciados” para ser evaluados en esta primera etapa, docentes que asumen su labor desde una perspectiva eminentemente social pero que en su mayoría desconocen lo que hay tras bambalina, en conclusión se hace necesario que los profesionales de la educación se informen acerca de cuál es realmente la intención que se tiene ante la implementación de esta reforma. ■
