Ya no hay moral; no se puede confiar en nadie; pareciera ser que ni entre ladrones existe ya el honor. Desde los más altos ámbitos políticos mexicanos, lamentos como estos descienden hasta la pelusa.
Y es que luego de las buenas maneras a lo largo del procedimiento; de que no se tocó a sus allegados con el pétalo de una declaración; de que fueron sus bienes respetados como propios; de que se permitió a los contratistas oficiales, y acaso se les obligó, a distraer sus mejores recursos, humanos y materiales; de que disminuyeron los montos exigidos durante el último proceso electoral; de que, en fin, se le hicieron llegar presentes y parabienes en ocasión de sus bodas y onomásticos. ¿Y todo para qué? Para que pusiera a su benefactor en el peor de los ridículos, justo al volar éste rumbo a la capital de los Estados Unidos Franceses.
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Tal es la indiferencia de los zacatecanos ante la suerte de sus coterráneos que a nadie extraña la frialdad con qué ha sido recibida la noticia del nombramiento como secretaria de trabajo del D. F. de nuestra única ex-gobernadora; haciendo caso omiso, los desaprensivos paisanos, del cúmulo de méritos implicados en el caso, tales como los récords rotos por la agraciada relativos a su inamovible permanencia en el paraíso presupuestal, misma que se prolonga ya por varias generaciones, y asimismo lo espontáneo y desinteresado de su designación, pues de haberse decidido con fines electorales resultaría sencillamente suicida.
En fin, que no resta sino desear la nutrida ronda de viajes que la susodicha está por comenzar culmine en Ginebra, Suiza, en la dirección general de la Organización Internacional del Trabajo. Enhorabuena.
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El sitio desde el cual se practicó el túnel más famoso del mundo, se encuentra sobre la autopista Toluca-Atlacomulco. ■
