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sábado, 20 abril, 2024
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Ellas lo cuentan: Digan no al piropo callejero

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Por: LA “GÜERA” RODRÍGUEZ •

Desde la antigüedad el piropo a las mujeres se ha entendido por los hombres como una forma de dominación sobre nosotras, una forma de validar nuestra forma física frente a lo que muchos hombres piensan sobre nuestra apariencia. Para ninguna mujer es novedad que en algún momento de su vida se reciban piropos de alguien desconocido cuya principal manifestación es el acoso callejero que para muchos zacatecanos siguen siendo visto como una cuestión de galantería hasta que algún extraño se lo dice a una hermana, a la madre o a la pareja de un macho empedernido, ahí la cosa ya no es graciosa ni galante.

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El piropo callejero está tan normalizado que, como nos platica una lectora, cuando le haces frente al acosador y manifiestas tu rechazo a estos falsos halagos, la mayoría de las ocasiones nos señalan como exageradas o locas y así nos lo cuenta Martha: “A lo largo de mi vida he escuchado muchísimos comentarios sobre mi apariencia física y en especial al caminar por las calles de Zacatecas desde que voy a la secundaria, con el pasar de los años me he acostumbrado a estos gritos y con la ayuda de los audífonos se hace mas llevadera la caminata por el Centro Histórico o el trote por el parque Arroyo de la Plata donde a parte de esquivar el excremento de las mascotas, una debe de evadir a un montón de hombres que no se limitan a verte de forma lesiva, sino a gritarte semejantes cosas que una no se explica cuál es la razón de expresarse de esa manera o si algún día decirle a una mujer desconocida “tienes un culo delicioso” sirviera para llevársela a la cama”. 

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares sabemos que 7 de cada 10 mujeres mexicanas han sido víctimas de violencia y el segundo ámbito donde mayor violencia sufre la mujer es en la calle, el parque y el transporte donde 38.7% de las mujeres fueron víctimas de actos de violencia por parte de desconocidos. Entre las acciones violentas más frecuentes destaca la sexual, misma que 34.3% de las mujeres de 15 años y más ha vivido en algún momento de sus vidas, ya sea por intimidación, acoso, abuso o violación sexual.

Si bien muchas personas no asocian el acoso callejero con la violencia sexual, este espacio revolucionario e independiente les viene a decir que sí y que por eso es necesario visibilizarlo y erradicarlo, ya que el acoso callejero es la antesala de otras formas más graves de violencia sexual y aquí van algunos ejemplos de lo que no debe de pasar en las calles:

Miradas insistentes: a ninguna mujer le gusta que la sigan con la mirada, es incómodo, da miedo e incluso son más agresivas que las mismas palabras.

Silbidos: No conocemos a ninguna mujer que por un silbido regresa a pedirle el nombre y concretar una cita con un desconocido.

Llamadas insistentes como el llamarte güerita, a mí siempre me molesto y disculpen que insista tanto, pero eso no es del agrado de ninguna mujer, en serio no lo haga querido lector.

Saludos verbales: Eso de decir “Buenas tardes” a quien pasa a un costado tampoco sirve para ligar y es muy incómodo.

Los piropos halagadores, ofensivos, ingeniosos, bromistas tampoco ayudan, mucho menos gritar palabras altisonantes, tocarnos en el transporte público y ni que decir actos asquerosos de exhibicionismo como la masturbación o la eyaculación en público. 

Para muchos hombres el piropo sigue siendo un sello cultural que nos caracteriza como zacatecanos e incluso, para algunas mujeres, es la legitimación de que son bonitas, ya que el sexo opuesto nos aprueba. De ahí la idea equivocada de que los piropos son “simpáticos” o una expresión divertida característica del pueblo zacatecano que por mucho tiempo se consideró como una práctica normal y cotidiana que se hereda a hijos, sobrinos o seres cercanos y eso debe de parar.

Esa es la lección del día de hoy y me ayudarían mucho si comparten esta columna con su hermano, amigo, padre, tío, pareja o cualquier hombre que necesite deconstruirse. Por último, no olviden compartirnos sus denuncia o historias al correo [email protected] o al whatsapp 492 870 59 40.

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