La descomposición de todo gobierno,
comienza por la decadencia de los
principios sobre los cuales fue fundado.
Montesquieu
Continuando con el recuento de los daños ocasionados al Colegio de Bachilleres del Estado de Zacatecas, diría que, a partir del año 2012, se vivió una especie de complicidad –maridaje-, entre autoridades gubernamentales, institucionales y sindicales, dieron muestras de toda una serie de arbitrariedades y atropellos hacia un número considerable de trabajadores, asignaban nombramientos tanto académicos como administrativos donde solo beneficiaban a unos cuantos y, varios, fuera de la ley. El Cobaez debió de haber cumplido con toda una serie de aportaciones a diferentes instituciones particularmente de seguridad social –a partir del año anteriormente mencionado, lo dejó de hacer-, incluso, recurso enviado por la federación para un fin determinado, este tomaba otro rumbo, ni siquiera se aplicaba para otro rubro.
Al hacerse notorias las arbitrariedades, se le practicaban a la institución auditorías tanto federales como estatales, se hacían ver las irregularidades encontradas y, no se procedía legalmente en contra de nadie; ello evidenció la enorme complicidad que históricamente ha existido y, que a la fecha no estamos exentos de ella. Era sorprendente la manera de cómo se comportaba el colectivo institucional, solo lamentaban lo sucedido, muy por encima de que, a algunos trabajadores se les violentaban de manera arbitraria sus derechos laborales, no actuaban de ninguna manera para reclamar lo que por ley les correspondía; no tenían para donde hacerse puesto que, contaban con tres patrones: El jefe inmediato, el director general y el sindicato.
Entre los años 2013-2015, las confrontaciones eran el común denominador, la institución se convirtió en tierra de nadie, imperó la anarquía, la indiferencia y la indolencia; esto trajo como consecuencia, la renuncia del entonces director general, a quién, por cierto, como resultado de las innumerables irregularidades que le encontraron durante su administración, terminaron por inhabilitarlo para ejercer cargos públicos por un espacio de diez años. Hubo saqueo, pero no hubo reparación del daño institucional; las irregularidades consistían en la designación a manera discrecional de recursos económicos para el sindicato, gastos exacerbados en viáticos y otros menesteres que, para nada, favorecían a la institución.
Un tanto para no perder la sistematicidad en cuanto a lo sucedido en el Cobaez, enlistaré las irregularidades que, por su magnitud al daño institucional, merecen ser mencionadas:
I
En el año 2015 se hizo el intento de federalizar la nómina de Cobaez, pero, al hacer el estudio de factibilidad, encontraron tantas irregularidades que, el gobierno federal no quiso asumir la responsabilidad dado que el impacto presupuestal era demasiado elevado. Encontraron irregularidades de diferente índole, lo más impactante fue que, tenían un gran número de plazas académicas que no se justificaban, con gran desproporción en las categorías que asignaban a docentes que no cumplían con los requisitos para ostentarlas. A grado tal que, existen académicos que hoy día ya están jubilados y, lo hicieron con tabuladores salariales que, por ley, no les pertenecían.
II
Se mostró gran predominancia de parte del sindicato, su comportamiento era como de un patrón; entre el sindicato y la autoridad institucional disponían de manera arbitraria del presupuesto que por ley les correspondía a los trabajadores, dejaban de darle a un número considerable de trabajadores prestaciones que se habían ganado de manera legal; mencionaré solo una; la designación de un bono que debía de darse a los trabajadores por cumplir 10, 15, 20, 25 y 30 años de servicio, este se asignaba a contentillo de la autoridad y el sindicato –lo único que daban a los trabajadores que reclamaban, eran viles argucias-.
III
Cada semestre se presentaba el estira y afloja en la asignación de horas académicas, como siempre, de manera ventajosa, primero complacían a los “académicos” más allegaos al sindicato y autoridades –ambos, eran uno solo-, dejando las horas sobrantes a aquellos docentes que, por lo general se caracterizaban por su alto grado de profesionalismo y vocación a su función como tal, incluso, con sus hechos, daban a entender que no les interesaba poner su vocación en nómina.
IV
En el año 2017, el director general en turno, despojó a cerca de 90 trabajadores de confianza de la prestación denominada “prima de antigüedad”, misma que, por los años de servicio que estos trabajadores tenían, repercutió en merma a su salario de casi el 50%. Algunos afectados demandaron a la institución por la manera de cómo ilegalmente se les había arrebatado ese derecho ganado.
V
Actualmente -2022-, el rezago en cuanto a pagos pendientes por parte de Cobaez es tal que, para ponerse al corriente, no cubrirían ni siquiera la cuarta parte de la deuda con el presupuesto que se le asignará para este año. Son millones de pesos los que adeudan a instituciones como el Issstezac, IMSS, SAT, y otras más. Quienes han resultado mayormente perjudicados, son los jubilados y pensionados puesto que, a la fecha no se ha cubierto el pago del aguinaldo, incremento salarial del 2021, bono de retiro por cesantía y vejez, pago de la prima de retiro por parte de Gobierno del Estado.
Estas y muchas irregularidades, anomalías e ilegalidades se han cometido con el colectivo de trabajadores de parte de quienes históricamente han tenido bajo su responsabilidad al hoy destartalado y desvalijado subsistema, es motivo suficiente para exclamar…. ¡¡¡¡¡¡Ay hermoso Cobaez, mira cómo te han dejado!!!!!!
