…Son daños eternos, sus consecuencias son fatales,
la contaminación es de generación en generación,
se habla de niños que nacen sin cerebro,
de niños malformados, ¿Eso es lo que
dejaremos a las futuras generaciones?
Por el futuro de nuestras generaciones,
la defensa de nuestra patria empieza
por la defensa de nuestros pueblos y
las comunidades, son los intereses mundiales y
debemos sacarlos adelante aunque
pongamos en riesgo nuestra propia vida…
Roberto de la Rosa, habitante de Salaverna, Mazapil, Zac.
Usted tiene un importante tesoro en el patio de su casa, constituye un patrimonio que pertenece a sus hijos y nietos; un día, llega un extranjero invitado por un vecino y con una autorización amañada, lo pone a escarbar su oro y su plata junto con su familia y, le entrega a cambio, 8 centavos por cada mil dólares que obtiene por el aprovechamiento de su riqueza, usted que siempre ha estado en pobreza, se deslumbra con la primera cifra de dinero que nunca soñó ver junta más que en películas de ciencia ficción. Al final, Usted y su familia se quedarán con problemas de salud, con el agotamiento del agua o con mantos acuíferos contaminados y con sus especies de flora y fauna extintas o enfermas y, tal como lo dijo Don Roberto de la Rosa, hay más daños que beneficios con la industria minera; así, sus próximas generaciones, estarán condenadas desde el momento en que son concebidas, a emigrar o padecer pobreza extrema y marginación, por lo tanto, Zacatecas será por siempre un territorio sin oportunidades para su gente pero un paraíso terrenal para la industria minera que como desde hace 478 años, ha encontrado los modos y los gobernantes adecuados que se consideran dueños y señores del presente y el futuro de las comunidades zacatecanas para lograr el saqueo de la riqueza que nos es común. En este contexto, Usted y yo, tenemos dos caminos: 1. Ejercer el derecho a la indiferencia y dejar que las autoridades de visión corta, decidan sobre la riqueza natural de nuestro territorio. 2. Pasar del diagnóstico a la acción y, ejercer solidariamente con los pobladores del semidesierto, estrategias y acciones para la defensa de sus intereses que son los mismos de todos los pobladores de este bendito estado. Ante este escenario complejo y lamentable, se llevó a cabo el día de ayer 16 de Noviembre, el foro: “Megaminería, recursos naturales y el futuro de Zacatecas”, impulsado por la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo y la Sexagésima Segunda Legislatura del Estado, donde tuvimos la oportunidad de interactuar y coincidir con el Dr. Rodolfo García Zamora, el Dr. Federico Guzmán, la Dra. Alejandra Moreno, el Dr. Raúl René Ruiz Garduño y la Lic. Grecia Eugenia Rodríguez Navarro; por el sector legislativo, se contó con el respaldo del Dip. Samuel Reveles Carrillo y la Diputada María Elena Ortega. En este sentido, hemos establecido compromisos muy concretos y que seguramente van a consolidar acciones y mecanismos conciliadores entre los intereses económicos con los ambientales, ya que sin duda, las más de 100 mil almas que habitan en el semidesierto zacatecano, están a la espera de la solidaridad de los zacatecanos, en el entendido de que lo bueno y lo malo que hagamos hoy por el semidesierto de Zacatecas, repercutirá en la calidad de vida de las presentes y futuras generaciones. Hasta hoy, debemos tener la inteligencia y encontrar los cauces adecuados para lograr que la actividad minera deje de trasgredir el derecho humano al agua, a la salud, a la alimentación, al ambiente y al desarrollo sustentable, de lo contrario, estaremos condenando (por acción o por omisión) a Zacatecas como un lugar de devastación ambiental, de pobreza extrema y retroceso permanente. Así las cosas, el equipo de trabajo antes mencionado hemos acordado reunirnos en los próximos días con la finalidad de delimitar los términos y condiciones para constituir una asociación civil multidisciplinaria integrada por académicos, investigadores, ciudadanos de las comunidades afectadas y todos aquellos interesados en lograr equidad, libertad y justicia para el semidesierto de Zacatecas, donde los pobladores que han recibido varios millones de pesos, hoy se quejan de problemas de salud, falta de escuelas, caminos, desabasto de agua, contaminación y destrucción de sus tierras. Hoy, tenemos la oportunidad de exigir al gobierno y a las empresas mineras, reglas claras, condiciones justas, parámetros sostenibles de explotación, planes y programas de protección ambiental, de manejo de residuos, de adaptación y mitigación al cambio climático y, en conjunto, una adecuada política ambiental que oriente el progreso de nuestra tierra, de nuestra patria chica que es parte fundamental de nuestra patria mexicana. ■
*Integrante del Consejo Mundial para la
Defensa de los Derechos Humanos
