Blues
La música, desde sus orígenes, siempre ha venido acompañada del sentimiento que sólo son capaces de sacar los personajes que tienen entre sus venas la tristeza, la melancolía y las grandes raíces del azul casi morado, de los colores del alma. De esta forma, se han mostrado al mundo personajes de color que vinieron a cambiar las estructuras, para fusionar todo un historial de ritmo y sentimiento, a fin de dar origen al rocanrol. Los King, Mudy Waters, Jimmy Reed abrieron el camino para que gente como John Mayal, Eric Clapton o Alexis Corner adoptaran esa música para dar vida al blues blanco. En México, aún vive, y derrocha notas cargadas del blues en cada presentación, Javier Medina Núñez “El Brujo” Bátiz, ídolo de los pocos músicos zacatecanos que han hecho propio este género como forma de expresión e inspiración para transmitir su poesía y sentimiento al mundo.
Luis Díaz Leaños
Zacatecas ha contado entre sus filas con grandes personajes que han destacado a lo largo de la historia de su fundación. El arte, la pintura, la música, el deporte o la política han sido las vertientes que hacen de la ciudad de la cantera y la plata un paraje singular, singular como aquel chavo que cantaba con todo el sentimiento acumulado desde la adolescencia, aquel personaje que con el correr de los años se ha vuelto parte esencial del devenir urbano; de andar lento, como quedado en los 70 también; de figura peculiar, ‘jeans’, chaleco y camisa a cuadros, gorra y una enorme sonrisa de satisfacción que sólo los artistas poseen. Luis Alberto Díaz Leaños, nacido en 1963 en el mero corazón de la ciudad, en la calle Aguascalientes, ha sido un músico netamente familiar que en los inicios de su carera fundó el grupo Four Winds, época en la que se usaban los nombres en inglés. 1980 estableció la ruta que le dio reconocimiento por tocar las piezas del Hit Parade. Lograron trascender en la escena local con Marco en la batería, David en el bajo y Luis en la guitarra; el proyecto duró mientras sus hermanos menores se fueron casando y dejaron de lado la agrupación. Con el correr de los años, los otros hermanos fueron creciendo e integraron La Asociación, con César en el bajo, Israel en la batería y Luis en la guitara y voz; el proyecto duró como cuatro o cinco años, etapa en la que comenzaron a realizar composiciones con letras más elaboradas, dejando de lado las piezas melosas de la adolescencia y llenando los espacios emotivos desde sus orígenes. Grabaron un disco de larga duración que, a nivel subterráneo, se escuchó en casi todo el territorio nacional; en algunas estaciones de radio aún se programan a pesar de estar agotado. El disco se llama ‘Dejaría de ser humano’, grabado en 1996 con los mismos elementos pero ahora con el eslogan de Bajo Protesta. La grabación lleva ese nombre por el título de una de las rolas. ‘El blues triste’, ‘Momentos mágicos’, ‘No lloraré’, ‘Busca libertad’, ‘Dulce’, ‘Mujer etérea’, ‘Quiero vivir’, ‘Monarca sin reino’, ‘Mi pequeña dama’, ‘Lucero’ y ‘La iniciación’ conforman el material. Este trabajo constituye una de las obras más importantes de Luis Alberto que, bajo las influencias del “Brujo” Javier Bátiz, ha recorrido un sinfín de líneas por su cercanía con personajes como Huízar, Arturo Meza -considerado el Dylan mexicano-, el imprescindible Eric Clapton -su influencia más cercana-, los clásicos Elmore James, BB King, John Lee Hoocker y todo ese tipo de gente con la que creció escuchando su música y aprendiendo al oír el arte de tocar el blues.
En los 90 continuó con Bajo Protesta, con sus hermanos más chicos, con quienes mantiene viva la llama del blues, por medio del arte construido con letras en español, aunque éste pase por un bache existencial. Luis continúa aferrado al sentimiento del blues. De fraseo claro, preciso, sus letras se inclinan hacia tendencias políticas definidas en el sentir zacatecano; le entra al blues sin apoyo de alguna institución o patrocinador, aunque de todas formas ha incursionado en el terreno de las grabaciones. Tiene fe en su propio desarrollo y actualmente graba un disco independiente que, poco a poco con sus propios recursos, ha ido concretando, recursos que le proporciona la actividad a la que se dedica, la artesanía; últimamente, el Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) lo está involucrando en sus eventos. Tiene infinidad de composiciones que fácilmente podría conformar 15 discos, piezas que ha escrito desde adolescente; las piezas que interpreta han gustado enormemente en los foros donde se ha presentado, razón por la cual considera que está en una época de plena madurez musical. Su situación en solitario le ha dado grandes satisfacciones, como el hecho de haber ganado un concurso de música popular; ha recibido invitaciones para tocar en diferentes ciudades de la República Mexicana, incluyendo la Feria del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México, donde expuso su segundo disco independiente, ‘Yo soy el blues’, con piezas que retratan perfectamente el acontecer estatal, piezas de contenido político social y de denuncia, piezas que tratan la problemática del planeta y la ecología, los problemas urbanos y de identidad. Este material fue grabado en 2006 en Studio 3 de la capital de Zacatecas. Los temas que integran la producción son ‘Vestigios de tu amor’, ‘Busca en ti’, ‘Yo soy el blues’, ‘Dame tu amor’, ‘El blues de Down’, ‘Político podrido’, ‘Tiempo terminado’, ‘Sin tu amor’, ‘Cuando me voy de casa’, ‘A nuestro hermano mayor (el planeta)’. Todas las composiciones son de Luis, así como arreglos y producción; también ejecuta todos los instrumentos y los distribuye en las tocadas. Una de las satisfacciones más grandes para el Colectivo Zacatecano de Rock fue el haberlo nominado para que ocupara el lugar de homenajeado en el sexto ‘Día Estatal del Rock’, celebrado en el domo de las instalaciones de la Feria Nacional de Zacatecas (Fenaza) el 30 de noviembre de 2008, donde le entró, con todo, al blues de coraza. Luis es otro de los artistas importantes de Zacatecas que abandera causas nobles que enaltecen al ser humano; su interés por la ecología y la conservación del planeta no tiene límites y participa de modo activo en eventos que ameritan la denuncia pública de los ecocidios y las innumerables violaciones a los derechos humanos.
