Los accidentes vehiculares han ido en aumento en Zacatecas, y dentro de esta problemática, los motociclistas ocupan una posición alarmante. Erika Anel Loera Rojero, jefa del Departamento de Urgencias y Medicina Crítica del Hospital General de Zacatecas, expone que los ingresos por accidentes de tránsito ocupan el primer lugar en las emergencias atendidas en dicho hospital. destacó que las cifras son preocupantes llegando a considerarse un “problema se salud pública”, con un impacto particular en la población económicamente activa, es decir, personas entre los 15 y 50 años.
El aumento de motocicletas, especialmente entre los jóvenes, es uno de los principales factores que contribuyen a esta crisis.
«Zacatecas tiene un grave problema con una población muy alta de motociclistas, muchos de ellos menores de edad, sin licencia para conducir, y sin respetar las normas de seguridad vial», señala Loera Rojero. Según la especialista, uno de los problemas más graves es la falta de regulación y el escaso cumplimiento de las leyes, especialmente en cuanto al uso del casco y la conducción en un solo carril. La mayoría de los motociclistas no utilizan los equipos de protección adecuados, lo que aumenta el riesgo de lesiones graves, como traumatismos craneales.
Loera Rojero explica que, lamentablemente, muchos de los pacientes que llegan a urgencias no solo presentan lesiones graves debido a la falta de protección, sino que también se encuentran en estado de ebriedad. Esto, junto con la velocidad excesiva, agrava considerablemente el pronóstico de los pacientes y aumenta la mortalidad. Los traumatismos craneoencefálicos severos son comunes, y la mayoría de los sobrevivientes quedan con secuelas permanentes que alteran su calidad de vida para siempre.
Las secuelas de estos accidentes son devastadoras, tanto para las víctimas como para sus familias. Loera Rojero describe casos de personas que, tras sufrir un traumatismo craneoencefálico severo, quedan en estado vegetativo persistente, dependiendo completamente del cuidado de otros. Otros pacientes pueden quedar con discapacidades físicas o intelectuales permanentes, como parálisis parcial o total, o dificultades para realizar actividades cotidianas como comer o vestirse.
“Esto no solo afecta al paciente, sino a toda su familia. La mayoría son hombres jóvenes que, además de quedar incapacitados, dejan de ser los proveedores para sus hogares. Es una crisis familiar que se extiende más allá de la persona accidentada”, lamenta la especialista.
En el Hospital General de Zacatecas, los ingresos por accidentes de tráfico son constantes. Loera Rojero menciona que, al menos 3 o 4 pacientes al mes ingresan a terapia intensiva debido a accidentes vehiculares, de los cuales, la mayoría presentan signos de intoxicación alcohólica. Este dato resalta la relación directa entre el consumo de alcohol y la ocurrencia de accidentes graves, lo que incrementa el riesgo de secuelas fatales.
La rapidez en la atención médica es un factor crucial para reducir las secuelas de los accidentes, especialmente cuando se trata de traumatismos cerebrales. Sin embargo, Loera Rojero advierte que los tiempos de traslado en Zacatecas son un reto significativo.
“El territorio zacatecano es extenso y si un accidente ocurre en una zona alejada, como Mazapil o El Salvador, el tiempo que tarda en llegar la ambulancia y el posterior traslado al hospital de segundo nivel pueden retrasar la atención vital”, explica.
El Hospital General de Zacatecas y otros hospitales de la región están capacitados para tratar este tipo de emergencias, pero las distancias y las condiciones de las carreteras dificultan la pronta atención. Loera Rojero señala que «tiempo es cerebro», y que los retrasos en el tratamiento de pacientes con traumatismos craneales pueden tener consecuencias devastadoras.
Ante esta situación, la especialista hace un llamado urgente a la prevención. Loera Rojero considera que las campañas de concientización sobre seguridad vial son fundamentales para reducir la cantidad de accidentes, especialmente entre los motociclistas. «La mejor medicina es la preventiva», afirma. Sin embargo, también destaca que la aplicación más estricta de las leyes de tránsito es esencial.
En Zacatecas, muchos motociclistas circulan sin casco o con múltiples personas a bordo, violando las normativas básicas de seguridad. «Las autoridades de tránsito deben ser más rigurosas con las multas y hacer que las leyes se cumplan», subraya Loera Rojero. Asimismo, propone que se exija a los conductores de motocicletas tomar un curso de seguridad vial antes de obtener una licencia de conducir, una medida que actualmente no se aplica de forma rutinaria en el estado.
La especialista también aboga por una mayor colaboración entre diversas entidades, como Protección Civil, los servicios de emergencia, y los clubes de motociclistas, para fomentar la educación vial. Además, destaca que los legisladores deben trabajar en crear leyes más estrictas y, sobre todo, en garantizar que se cumplan.
En última instancia, Loera Rojero hace un llamado a la reflexión: «Cada vez que salgamos a la calle, pensemos en los riesgos que corremos. No solo los motociclistas, sino todos los que estamos en la vía. Cada accidente es una vida perdida y un futuro truncado». La prevención y el cumplimiento de las normas son la única forma de cambiar esta alarmante tendencia y evitar que más jóvenes pierdan sus vidas o queden discapacitados de manera irreversible.