El presidente Enrique Peña Nieto puso en operación los primeros 10 kilómetros del denominado Túnel Emisor Oriente cuyo objetivo es mitigar los riesgos de inundación en esta zona de la ciudad. Durante su discurso subrayó que con esta “magna obra” se duplicará la capacidad de desagüe que se tiene actualmente en la zona metropolitana y en la ciudad de México para ubicarla en 315 metros por segundo.
Acompañado por el gobernador del estado de México, Eruviel Ávila y del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, Peña Nieto sostuvo que las inversiones canalizadas en este túnel forman parte de un ambicioso programa para mejorar el manejo de las aguas residuales y pluviales, y pretende también incrementar la capacidad de abastecimiento de agua potable en el Valle de México.
Poco antes el director de Conagua, David Korenfeld, dio a conocer que las proyecciones iniciales de inversión para el Túnel Emisor Oriente eran de 32 mil millones de pesos –financiados por los tres gobiernos involucrados–, pero que en la actualidad han sido ya rebasadas. Por ello Peña Nieto instruyó realizar los estudios de ingeniería y financieros para actualizar los costos de esta obra, cuya dimensión total es de 62 kilómetros.
El presidente mencionó que esta longitud supera los 50 kilómetros que mide el eurotúnel que conecta a Gran Bretaña con Francia, lo que da idea de la magnitud de esta construcción. Precisó que las diversos canales de desagüe que tiene la ciudad de México tiene una capacidad actual de alrededor de 165 metros por segundo, de ahí la necesidad de la construcción del Túnel Emisor Oriente y la importancia ante las inundaciones que se han registrado en el oriente de la ciudad.
Subrayó que el gobierno federal en colaboración con el del estado de México y el capitalino impulsarán un conjunto de obras de drenaje para lo cual se creará un organismo metropolitano para el manejo de aguas pluviales y residuales que permitirá tener una operación integral que mitigue los riesgos de inundaciones en la zona.
En este contexto, anunció que el gobierno federal invertirá en la construcción de una tercera línea del Cutzamala para ampliar las fuentes de abastecimiento en el Valle de México. Al mismo tiempo se pretende lograr el “embovedamiento” del Río de los Remedios para mitigar el riesgo de inundaciones de los municipios de Ecatepec y Nezahualcóyotl, al tiempo que anunció obras paralelas para enfrentar desbordamientos de ríos que afectan los municipios de Chalco y Valle de Chalco.
