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jueves, 28 marzo, 2024
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La tres de tres: un ejercicio de plena gobernanza

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Por: Carlos E. Torres Muñoz • Admin •

Recordemos: la gobernanza es la dinámica de relación gobernante-gobernado, en la que la coparticipación de ambos, hace posible la solución de diversos problemas, involucrando los instrumentos propios de cada cual, a fin de lograr mejores resultados, en coordinación de esfuerzos, volviendo práctico el concepto de democracia; con transparencia y sobre todo, diálogo participativo, lo que permite, a su vez, el fortalecimiento del Estado a la hora de ejercer la autoridad, y el empoderamiento de la ciudadanía, al participar de las decisiones y acciones de las instituciones políticas, teniendo como elemento de relación permanente, la credibilidad y confianza de los gobernados en los gobernantes.

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La corrupción es un problema que nos perjudica, involucra e indigna a todos. O casi todos, los que aún podríamos jactarnos de tener un nivel consciente de dignidad pública, no infectada por el cinismo de unos cuantos. En México hemos venido ejerciendo cada día más nuestro rol de ciudadanos. La transición política partió, luego de varios acontecimientos, de una convicción común en crecimiento de nuestra posibilidad de ser agentes activos del cambio que esperábamos. Sin embargo, sostengo que las redes sociales han vuelto este compromiso uno cómodo, que por lo mismo ha caído, no pocas veces,  en el simplismo y el aislamiento de quejas sin acciones que representen más que la denuncia, que si bien es un avance, no representa la articulación de esfuerzos que vayan más allá del momento y la movilidad coyuntural. No me detengo más en esto, solo aclaro y reconozco que las manifestaciones cibernéticas han hecho lo suyo, no lo suficiente aún.

Hemos ya abordado con antelación en estas mismas páginas, la iniciativa ciudadana para una Ley General de Responsabilidades Administrativas, mejor conocida como la Ley del tres de tres,  impulsada por el Instituto Mexicano para la Competitividad y Transparencia Mexicana, principalmente, junto a un sólido grupo de activistas y académicos.

Dicho proyecto requiere de ciento veinte mil firmas para que pueda ser presentada como iniciativa ciudadana y el Congreso de la Unión, deba darle trámite. El reto representa para los mexicanos el cliché oportuno en esta ocasión: dejar de ser eco de la queja, ser parte de la solución. Nuestra firma, sin duda sería un mínimo paso para aportar a una alternativa de prevención para la corrupción, en la que coincidimos cada día más, es el principal mal de este país, y cuyos estudios en la materia nos dan la razón.

Esta propuesta no solo nos permite la participación, le permite a las instituciones de este país poner en práctica un ejercicio de gobernanza que le devuelva credibilidad y confianza de la ciudadanía, luego de los desgastes que en recientes fechas han sufrido, a causa de la indignación causada por las respuestas a casos de escándalo por la mecánica jurídico-política, que poco ha permitido el combate efectivo a la percepción de impunidad por parte de los mexicanos.

Ha sido claro que nuestra legislación poco funciona para prevenir, combatir y erradicar, en la medida de lo posible y real, a la corrupción e impunidad. En parte porque las leyes en la materia son elaboradas por quiénes son los sujetos potencialmente a los que van dirigidas. Sí, son a priori más que juez y parte, son: legisladores y posibles sujetos de los supuestos jurídicos que están creando.

Una de las principales fortalezas del proyecto elaborado, es la diversidad y el prestigio de las instituciones de dónde provienen sus redactores: el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM); el Instituto Mexicano para la  Competitividad  (IMCO); y el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), con la participación de un grupo de expertos de Transparencia Mexicana, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey, México Evalúa, Barra Mexicana y Colegio de Abogados de México, la Red por la Rendición de Cuentas, el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, entre otros más.

La oportunidad de participar tiene garantía en la calidad de la propuesta que juntos podemos impulsar, y con nuestras firmas, no solo hacer posible que se convierta en la primera iniciativa ciudadana de estas dimensiones, sino que la mayor parte de su contenido sea aprobado por nuestros legisladores, dada la presión que nuestra participación otorgaría para su aprobación. ■

 

*Coordinador de Impacto Legislativo, capítulo Zacatecas.

@CarlosETorres_

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