Lo pondré como uno de mis libros del año, si es que se me ocurre hacer esa ridícula lista así, a fin de año, cuando los que tienen que fanfarronear las lecturas que hicieron, que no nos interesa, publican sus listitas incluso cuando todos sabemos lo mal lectores que son, incluso cuando todos sabemos que recomiendan el libro de la amiga, del amante, del que les pasó completo lo de la tanda o del que les cuidó al perro o al hijo durante las vacaciones que están por finalizar.
Yo no recomiendo “La noche de Getsemaní” (Anagrama, 2024), porque Massimo Recalcati, el autor, sea mi amigo. Lo hago porque me parece un muy acertado ensayo breve en torno a un tema del que yo al menos no sabía más que unas nociones. No solo eso: hay que seguirle la pista a Massimo Recalcati, qué otros títulos son indispensables, la mayoría de las traducciones del italiano al español están, para fortuna nuestra, en Anagrama, editorial a la que hay que agradecerle porque ya no tiene los mismos tropiezos gramaticales de hace algunos años en las traducciones, ya las cuidan, para quien esté de acuerdo conmigo no me dejará mentir que hubo años en que las traducciones de Anagrama eran ilegibles, necesitabas acompañarte de un de buen diccionario y olvidarte de tu nacionalidad española: luego de la lectura terminabas hablando como Cristóbal Colón.
Para quien así lo crea sí, “La noche de Getsemaní” se trata de un texto religioso en el sentido más amplio y maravilloso de la palabra: se construye un significado especial a través de una de los pasajes más bellos, y con tantas lecciones morales, de la religión católica.
Lo que hace Recalcati es exponer la vida de Jesucristo, al menos en lo que el pasaje, que él como autor ha escogido, le permite, para explicar distintos fenómenos cuyas explicaciones hasta ahora habíamos pasado por alto. A partir de la óptica psicoanalítica, pues Massimo Recalcati es un destacado psicoanalista, por lo que su propuesta y su análisis las lleva a cabo desde esta importante área.
Aquí un breve pero necesario paréntesis: siempre hay lectores atascados de prejuicios que descalifican propuestas literarias incluso sin ni siquiera enterarse bien de lo que se trata, de lo que nos intenta asegurar el autor a través de la obra. Y cuando hablamos del psicoanálisis se cae en este tipo de prejuicios: descartan la lectura porque quien la presenta estudia el psicoanálisis. Me gustaría invitarlos a eliminar esos prejuicios y a leer “La noche de Getsemaní” desde esos grandes canales de comunicación entre el autor, su propuesta y los lectores en un constante diálogo, porque leer, el mero hecho de la complicidad de abrir un libro, implica eso: un diálogo que mantenemos, atentos, durante toda la lectura, y así es como somos capaces de llegar, a través de la lectura, a otras geografías, pero también a distintos significados de la realidad, que no necesariamente tienen que estar en sintonía con nuestros propios significados, con nuestra propia concepción del fenómeno que se está analizando mediante esa herramienta intelectual que es el ensayo bien desarrollado, justo como lo pide don Alfonso Reyes, que de ensayos conocía y bastante, o como lo pide Octavio Paz, tan solo para mostrarle a Massimo Recalcati dos de nuestros mejores ensayistas. No fue tan breve el paréntesis, me disculpo.
A partir de los hechos que ocurren en la Noche de Getsemaní, Recalcati nos propone un análisis alterno al, por así decirlo, religioso. En primer lugar, se encarga, Massimo Recalcati, de señalar la importancia, y más para los que se dicen católicos, de un pasaje bíblico previo a la crucifixión de Jesucristo: la noche de Getsemaní.
Conforme avanza uno en la lectura te das cuenta que tales hechos son cruciales para entender no solo el pasado de Jesucristo, lo que hizo o dejó de hacer, sino para entender, a partir de lo que se desarrolla en el pasaje de la noche de Getsemaní, el futuro de Jesucristo, cómo es que termina por ser tan humano para nosotros, de ahí la importancia del pasaje, cómo es que se relaciona, en última instancia, con su Padre, sí, el mismo que todos conocemos, y cómo atiende o desatiende las peticiones que su hijo realiza desde una parte humana, lejos de aquel hombre religioso y señalado por el destino, así como por los motivos que impulsan lo que a mi juicio es una narrativa perfecta, la del pasaje de la noche de Getsemaní.
Hay un punto extra para leer a Recalcati: la brevedad. “La noche de Getsemaní” no pasa de las cien páginas y esto se agradece y se admira: Massimo no necesita de mil páginas para hablar de una figura tan importante como Jesucristo. Tampoco necesita de una bibliografía suntuosa de más de cien mil libros. No, hace su trabajo, y lo expone de una manera concisa, va por lo que va y no pierde 500 páginas en contarnos historias inútiles.
Qué difícil es dar con ensayistas que confíen y sepan trabajar desde la brevedad. Les voy a dar un ejemplo: junto con la lectura de Recalcati hice una lectura de un autor francés, no me tomaré la molestia de mencionarlo, cuya propuesta son siete ensayos en torno a la obra de Octavio Paz, de un punto en específico, aunque en realidad se centra mucho en la posmodernidad, los recursos literarios de los que se vale el Nobel de Literatura para hablar de un tema tan importante. Y el libro tiene más de 200 páginas y es soporífero. Hay muchos puntos que se podrían señalar en una reseña, y quizás lo haga, pero de entre los más importantes es que el autor francés no sabe escribir y punto. Tal vez él esperaba que sus traductores al español le hicieran el enorme favor de volverlo al menos más entendible, pero la realidad es que escribe mal porque la concepción que tiene de un género literario con tantas posibilidades como el ensayo es la de complicarse la vida y complicar la vida de los lectores. Hay en ese libro párrafos completos que se podrían explicar en no más de tres líneas. Lo peor de todo es que se dice experto en la obra de Octavio Paz, pero cuando intenta acercarse se tropieza, se cae, se nota la ausencia de preparación para escribir los que supongo que él llama ensayos.
Con Massimo Recalcati no ocurre lo mismo. Respalda de manera brillante cada información que proporciona. Y lo mejor de todo está, también, en la bibliografía, Massimo invita al lector a continuar en un camino paralelo con títulos que son lecturas indispensables para entender el pasaje de Jesucristo, claro, pero que lo son, de hecho, para entender buena parte del mundo actual.
No les voy a mentir: en cuanto terminé con la lectura de “La noche de Getsemaní” entré a la tienda de e-books y me hice de otros dos títulos que ya leo con toda tranquilidad y admiración. Esto solo lo provocan, la comparación no es gratis, autores que saben expresarse mediante el ensayo. Habrá quienes en sus intentos se justifiquen, y me queda claro que hasta miles de lectores deben de tener, a través de ensayos mal estructurados y peor escritos. Los hay, en cambio, como Massimo Recalcati, que, sin ser un autor literario, en el sentido estricto de la palabra, sabe expresarse en un ensayo breve, pero conciso.
Quiero hacer una observación general antes de terminar. Sí, Massimo, se respalda en los trabajos más destacados del psicoanalista Jacques Lacan. Conviene señalarlo porque me he encontrado con lectores que seguramente descalificarán la propuesta de Recalcati con el pretexto de que “yo no soy lacaniano” y que hasta hagan observaciones a las “imprecisiones” de Recalcati. Son como parte del Club de Tobi y no permiten que un autor ajeno a sus altos vuelos intelectuales se atreva a desafiar el conocimiento que a ellos les ha costado mucho trabajo (el trabajo extenuante sí lo puedo asegurar). Son los que aseguran: “ah, pero es lacaniano”, y con tales frasecitas (porque hay más) descalifican lo que su ignorancia no les permite conocer, analizar, hasta debatir, si es que así lo quieren. Para ellos no es “La noche de Getsemaní”, porque Recalcati exige otro tipo de lectores. Inviertan su dinero, el del libro, en otro de grandes teorías del pensamiento occidental (se me ocurrió). Y sean felices. Les aseguro que ni Recalcati ni yo los vamos a extrañar. También les aseguro que el libro tiene muy buenas ventas y que a mí me gustaría entrevistar a Massimo y así se lo he hecho saber a la editorial, espero pronto les pueda dar la noticia. Cualquier comentario: [email protected]