Dedico la presente colaboración al ingeniero
Raymundo Cárdenas Vargas, joven director de
La Jornada Zacatecas, y a todas y cada una de
las respetables personas que hacen posible la
Edición, publicación y circulación de este medio
en nuestro estado.
Hoy es Día de la Libertad de Prensa. Es necesario retomar una vez más el origen de esta fecha, para darnos cuenta de su importancia que tuvo. Los actos oficiales en los que participan quienes pertenecen a los medios de comunicación y a las autoridades gubernamentales, se multiplican. En ellos se da la oportunidad para manifestar que en México existe y se respeta el derecho humano plasmado en la Constitución y que se traduce en uno, de la libertad de expresión.
La fecha que se conmemora no es el resultado de las ideas liberales de los iniciadores. Por el contrario, surge como una forma de servilismo y subordinación, que el periodismo mexicano mostró hacia el gobierno, durante el periodo del sexenio de Miguel Alemán Valdez.
Debemos tener presente que en 1948, el coronel José García Valseca, propietario de la cadena periodística que llevaba su nombre y que por ese entonces, contaba ya con 23 diarios, organizó para el Presidente Alemán, una comida en las oficinas centrales de su empresa para agradecerle la apertura que hizo a favor de los reporteros de todas las fuentes oficiales de información.
Poco después, en el año de 1951 se presentó en México una imprevista escasez de papel. Esto provocó alarma para el periodismo mexicano. Algunos diarios corrían el riesgo de disminuir el número de ejemplares; otros, el de disminuir el número de páginas; también se encontraban los que tendían a desaparecer. Sin embargo, la intervención del Presidente Miguel Alemán Valdez, fue oportuna y benévola, porque solucionó el problema, cuando ordenó que los trenes de pasajeros movilizaran furgones cargados de papel desde la frontera de Estados Unidos, salvando con ello a los periódicos de una crisis inminente.
En agradecimiento al señor Miguel Alemán, muchos de los diarios beneficiados se lo manifestaron en sus editoriales. Para García Valseca, esto no fue suficiente, y convocó a los directores a una reunión con el Presidente de la República el 7 de junio de 1951 en la que le entregaron un pergamino. Desde entonces, esa fecha, tuvo como característica el intercambio de elogios y apapachos entre el Presidente en turno y los editores, quienes mutuamente se han disputado la autoría.
A propuesta de José García Valseca, oficialmente “El Día de la Libertad de Prensa” se instituye en el año de 1952. El acto consistía en una comida que los editores de periódicos ofrecían el Presidente de la República en turno. Con estos eventos, y por mucho tiempo, fue muy recurrente la idea de que en México, realmente existe libertad de expresión de la que goza todas las personas.
Con el tiempo esta conmemoración se fortaleció, y a propuesta del entonces Presidente Luis Echeverría Álvarez, en el año de 1976, se incluyó la entrega de premios nacionales de periodismo.
Hace años Elías Chávez afirmó que, la celebración de la Libertad de Prensa sin periodistas, es un festejo sin autenticidad. Cuando los verdaderos periodistas, no los empresarios ni los políticos, dirijan los medios de comunicación colectiva, entonces tendrá validez “El Día de la Libertad de Prensa”.
La opinión de este periodista, tiene sustento, porque la celebración de la Libertad de Prensa en México, en muchos casos continúa siendo un acto oficial como pretexto para rendir pleitesía al gobernante en turno. Inclusive, se ha llegado a considerar que es el Presidente de la República, quien otorga las garantías a las diferentes libertades de expresión, sin advertir que son constitucionales y que los gobernantes, sólo se deben concretar a respetarlas, pero de ninguna manera son concesiones o favores de las autoridades en favor del periodismo, como muchos lo conciben.
Tutelado constitucionalmente el derecho a la libertad de imprenta, dispone el artículo 7 de la CPEUM que es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas a través de cualquier medio. No se puede restringir este derecho por vías o medios indirectos tales como el abuso de controles oficiales o particulares, de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios y tecnologías de la información y comunicación encaminados a impedir la transmisión y circulación de ideas y opiniones.
Ninguna ley o autoridad puede establecer la previa censura, ni coartar la libertad de difusión, que no tiene más límites que: en el caso de que ataque a la moral, la vida privada, los derechos de terceros, provoque algún delito o perturbe el orden público.
En ningún caso, se podrán secuestrar los bienes utilizados para la difusión de información, opiniones e ideas como instrumento de delito.
Se debe tener presente, que la libertad de prensa, es una de las formas de la libertad de expresión. Este derecho se encuentra tutelado en el artículo 6 de la propia Constitución. Tiene las mismas limitantes que la libertad de prensa.
¡¡¡FELICIDADES PERIODISTAS!!!
