Septiembre es el mes patrio en los Estados Unidos Mexicanos y también es una de las frases más celebres en la historia de nuestro país. Septiembre es también el mes de todos los informes de gobierno.
Los informes de Gobierno han dejado de ser un espacio de debate y de cuestionamiento, hoy en día los informes son entregados al Poder Legislativo por los secretarios de Gobierno.
En el caso del Ejecutivo Federal el informe se realiza el día primero de septiembre, este informe es entregado por el secretario de Gobernación y analizado por una recién instalada Cámara de Diputados.
El análisis de los informes se realiza de manera posterior y generalmente es intrascendente, al parecer en México nos gusta tener un espacio de locución en primera persona donde los mandatarios simplemente se rigen por un guión y dejan fuera cualquier tipo de interacción.
En el caso del estado de Zacatecas la próxima semana tendremos los informes del gobernador Miguel Alonso Reyes el día 8 de septiembre, del presidente municipal de la capital, Carlos Peña Badillo, el día 11 de septiembre y por último el día 10 de septiembre el del presidente municipal de Guadalupe, Roberto Luévano Ruiz.
En el caso de los informes, la patria no es primero; decía ya se convierten en un discurso monótono, en un espectáculo mediático y despliegue de tecnología que busca deslumbrar y no informar. Se entrega un paquete de miles de hojas a los legisladores para que lean entre líneas las acciones del año de trabajo que se presenta.
La clase política mexicana es responsable en gran medida del descontento y desconfianza en el trabajo que realizan los servidores públicos.
Debe existir un gobernante que cambie la dinámica y busque informar en realidad su desempeño. Asimismo, que permita una crítica responsable de acuerdo al análisis de los resultados presentados. Y que se presente ante el Poder Legislativo para recibir retroalimentación por parte de todas las corrientes de partidos en México.
Los indicadores que más buscan los gobernantes son el aplausometro, la cantidad de invitados, los personajes importantes, las porras y la rechifla. Lamentablemente estos son los indicadores que se evalúan de manera posterior a cualquier evento de este tipo.
Los mexicanos no somos patriotas, dejamos de lado el amor a México, el respeto a nuestra historia, el cariño a nuestros símbolos patrios, el respeto a nuestros compañeros y principalmente la honestidad y rectitud que debemos mantener durante cualquier tipo de encargo en el cual nos desempeñemos.
Debemos limpiar la casa, seguir el ejemplo de países como Guatemala que inician ya un proceso en contra del Presidente de la República.
México debe exigir y despertar.
Los ciudadanos somos los culpables de que el sistema de acceso a la información no funcione bien y de que la mayoría de los políticos se conviertan en millonarios y en la clase aristocrática de nuestro país.
La patria es primero, recordémoslo siempre, el primer pensamiento debe ser, ¿cuál es el México que queremos?
Nos leemos la próxima semana, no olviden enviar sus comentarios al correo [email protected] o seguirnos a través de Twitter como @JoshJasso. ■
