Varios son los personajes que con su paso por la Máxima Casa de estudios influenciaron ideológicamente y definieron el rumbo académico, administrativo y político de una cambiante institución educativa que trataba de adecuarse a la reestructuración política del país y a la intensa oleada filosófica generada principalmente en la Europa pos guerra. La Escuela Preparatoria, la simiente de la formación universitaria, fue semillero de mentes de gran visión como la del Lic. Lázaro Rivera Hernández, quien fue Secretario General del Instituto de Ciencias Autónomo de Zacatecas (ICAZ) y el primer Director de la Escuela Preparatoria electo mediante un procedimiento democrático.
Esta investigación muestra fragmentos de la trayectoria y reflexiones del Lic. Lázaro Rivera, sin lugar a dudas su filosofía, la forma en que concebía el mundo y su manera de pensar fueron determinantes en la edificación ideológica de la Escuela Preparatoria. Como ejemplo citaré lo acontecido a inicios de los años setenta del siglo pasado, en esa época no era usual que las autoridades universitarias asistieran a las asambleas de estudiantes, el Lic. Rivera Hernández rompió con ese esquema. El 18 de octubre de 1971 como director de la Escuela Preparatoria acompañado del Rector de la Universidad, el Lic. Magdaleno Varela Luján se presentó en el Auditorio Miguel de Cervantes Saavedra para escuchar las demandas de unos sorprendidos estudiantes reunidos en asamblea.
El 26 de octubre del mismo año la Sociedad de Alumnos de la Escuela Preparatoria decidió no participar en el tradicional desfile del 20 de noviembre, como se venía haciendo año con año, así como suprimir la materia de Educación Física por considerar que no aportaba nada a la formación de los estudiantes, acordaron apoyar la iniciativa del Director Lázaro para la creación de un Centro de Promoción Deportiva que fomentara el deporte entre los estudiantes. El 8 de noviembre fue aprobada su instauración gracias a la amenaza de un estallamiento de huelga por parte de los estudiantes.
El siguiente es el mensaje que en su calidad de Director dirigió a los alumnos egresados de la Escuela Preparatoria de la UAZ, Generación 1970 – 1972. Inicia enfatizando a los egresados que no es una despedida, que aquellos que migran a otros centros de cultura superior continuaran arraigados, asidos a la UAZ. Y para los que continuaran sus estudios en la Universidad, es un pequeño respiro en el maravilloso papel que han elegido en la vida “ser primero estudiantes para llegar a ser rectores de la sociedad. Pero este respiro no es de descanso, es de reafirmación”. “Reafirmación en el trascendente papel del universitario, en el derecho que le asiente de promover, de motivar el cambio en el estado actual de cosas; de debilitar la influencia de lo caduco, de lo inservible, para después crear y transformar”.
“Los jóvenes universitarios saben también que la democracia se da en la mayoría y mayoría significa en nuestro país, juventud. Juventud campesina, obrera y universitaria. De acuerdo con la tesis de Marcuse, solo hay un grupo resuelto a la oposición tajante: la juventud, sobre todo la universitaria a cuya rebeldía se dirige en todos sus aspectos –sexuales, morales, intelectuales y políticos–, contra el sistema entero porque tiene repulsión a la sociedad de la abundancia y se siente en la necesidad vital de infringir las reglas de un juego hipócrita y cruel”.
“También es momento de revisar lo que se entiende por Universidad y por universitario, ya que después de cincuenta años de intentarlo, parece vigente lo que en 1918 se proclamaba en la Universidad de Córdoba, Argentina: las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, universitariamente la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y lo que es peor aún, el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron cátedra que les dicta; los universitarios han llegado a ser así, fiel reflejo de esas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil; por lo que la ciencia, frente a esas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entre mutilada y grotesca al servicio burocrático”.
“Piensen los que se van a quedar aquí, que la UAZ es una Universidad sana y limpia, que no requiere ni debe ser campo de experimentación a lo negativo de otras universidades, que repelerá con todas sus fuerzas la entrada a sus recintos de fuerzas de choque disfrazadas de estudiantes; piensen como Humberto Cuenca, que no podemos concebir la universidad como una isla frente al Estado, pero tampoco podemos admitir su intervención ejecutivista sino su comprensión y ayuda, pues la mejor forma de la autonomía universitaria aconseja cohesión y no separación”.
“Que no sea la autonomía, ni un instrumento para el libertinaje estudiantil, ni instrumento de las fuerzas reaccionarias para apoderarse de la universidad. Y la UAZ está en el justo momento de decidir una u otra. En ustedes compañeros que se van a las aulas profesionales está el destino de la universidad. Ustedes podrán hacer algo o mucho para que se cumpla este axioma de nuestro tiempo”.
Aquellos que sienten, entienden y viven a la UAZ, reconocerán que el Lic. Lázaro Rivera Hernández tuvo un papel determinante en el Simposium para la Reforma Universitaria de 1971, ese fue el punto de partida para que la Escuela Preparatoria experimentara una verdadera transformación integral, de actualización amplia y profunda en planes y programas de estudio, en la relación maestro – alumno y maestro – maestro. Se pretendía cambiar la mentalidad, la manera de ser de maestros, estudiantes, autoridades y trabajadores. Se puso especial interés en el enfoque filosófico con la incorporación de materias que coadyuvaron a una formación integral del alumno. En próximas entregas compartiré más detalles.
Sé parte de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia (LUMAT). Informes: http://lumat.uaz.edu.mx/; https://www.facebook.com/LUMAT.UAZ; https://twitter.com/LumatUaz.
*Docente Investigador de la Unidad Académica
de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia. LUMAT.
