En algunas entidades de la región centro occidente del país se estuvo señalando a finales del siglo pasado, que ante la pobreza, la marginación y la falta de oportunidades para el desarrollo, la intensa emigración había conducido al despoblamiento de las mismas. Es el caso, principalmente, de Zacatecas, donde desde hacía varios años venía documentándose el decrecimiento absoluto y relativo de la población.
Los datos disponibles nos indicaban que el despoblamiento en Zacatecas había llegado a un punto preocupante: en 2005 41 de un total de 57 municipios tenían tasas de crecimiento demográfico negativas, dato mayor a los 21 de 1990 y a los 34 del 2000. Algunos especialistas pronosticaban, incluso, una tasa estatal negativa para 2010, después que en 2005 había sido de 0.18%. De hecho, solo el municipio de Guadalupe presenta una capacidad de atracción neta de población, con tasas de migración neta positivas y tasas de crecimiento demográfico total altas.
Este dato constituye un cuestionamiento al modelo económico neoliberal implementado en México desde hace dos décadas y media, con la reinserción regional en la economía nacional y mundial en el contexto de la apertura comercial. Parece que la infraestructura urbana, moderna y de servicios beneficiaba, en primer término a la ciudad de Zacatecas-Guadalupe y en menor grado a localidades como Fresnillo y Calera con la localización de la actividad industrial. Para el resto de la entidad, la reinserción de sus economías locales y regionales había sido un fracaso, configurando contextos de alto deterioro social y de mayor pobreza.
En este marco, resulta obvio que la emigración a los Estados Unidos haya sido la principal alternativa de sobrevivencia para amplios grupos de población. Este autor ha mostrado que en todas las regiones y municipios de Zacatecas se da el despoblamiento, sin importar el grado de marginación y desarrollo, aunque si ocurre menos donde sea mayor el bienestar social. Entre 1990 y 2000 el monto de zacatecanos residentes en los Estados Unidos pasa de 350,276 a 513,810, y en 2005 a 579,441.
También resulta relevante que en tales regiones y municipios se da una mayor intensidad migratoria y, por ende, una mayor dependencia de las remesas migratorias.
Podíamos decir, en suma, que en Zacatecas y en el país, no existían oportunidades económicas para nuestra población que generen un nivel de ingreso comparable al que representan las remesas. Esto es, el problema del despoblamiento que registra Zacatecas es reflejo de las limitaciones propias de la economía estatal, pero también de la nacional.
Ahora preguntémonos que ha ocurrido durante los últimos diez años.
El despoblamiento sigue dándose, para el año 2015 21 municipios tienen tasas negativas de crecimiento, y esto ocurre sobre todo en las regiones tradicionales de migración internacional, como Jerez, Jalpa y Tlaltenango.. Los dos municipios de mayor crecimiento relativo son Guadalupe (con 3% anual) y Calera (2.3) y los de menor aumento El Plateado de J. Amaro (-5.8) y Moyahua (-2.6). Lo anterior según cálculos propios con datos del Inegi. Se advierte que se tomó como la población inicial la correspondiente al Censo general de 2010 y la población final según la Encuesta sociodemográfica del Inegi con datos del 8 de diciembre último
Para 2010 esperábamos algunos que la población fuese menor a la de 2005 (1,367692), nos equivocamos pues ascendió a 1,490668, al 1% promedio anual, y solo en 6 municipios hubo decrecimiento; y para la fecha referida pasa a 1,579209, según estimación del Inegi. Los Estados Unidos fueron quienes ocasionaron el despoblamiento pues ellos admitieron la emigración, de una u otra forma, y cuando la estalló crisis. ■
*Universidad Autónoma de Zacatecas
