Autor: Luis Enrique Mendoza González
Residencia: Puebla, Puebla, México
La Muerte a mi bello México
un día quiso venir a visitar;
andaba con el ojo atento,
no quería la fueran a asaltar.
A la gran ciudad de Puebla
una mañana de octubre llegó.
El frío le calaba los huesos,
así que un tamal se desayunó.
Por la tarde, en Guadalajara,
uno que otro tequila tomó;
estaba la Muerte tan enfiestada
que con todo y mariachi cantó.
Borracha y con ganas de fiesta,
se fue andando hasta la frontera;
despertó a todos de su siesta
y los puso a bailar ranchera.
En cuanto llegó a Zacatecas,
la Muerte al sueño espantó;
desfiló por todas las discotecas
hasta que su zapato le reventó.
Por la noche llegó a Monterrey,
donde se cayó la muy güey;
después se fue para Iguala,
por poco le pega una bala.
Cansada de tanta parranda,
al avión de inmediato subió.
Se despidió de toda la banda
y rumbo a su casa partió.