■ Es un tecnócrata químicamente puro: Luis Medina Lizalde
“El rasgo que hizo más atractivo” a José Antonio Meade Kuribreña para ser ungido por Enrique Peña Nieto como candidato del PRI a la Presidencia de la República, “es su eficiencia como encubridor. Él ha sido secretario de Hacienda en los periodos más oscuros de esa dependencia, la etapa de los moches y los grandes negocios con las obras de infraestructura; en la etapa en que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha sido administradora de la corrupción de las instituciones de nuestro país”.
Así opinó el líder de la fracción parlamentaria del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en la 62 Legislatura del estado, Luis Medina Lizalde, quien dijo estar convencido de que el ex funcionario federal “es la persona que más seguridades le da al grupo de Peña Nieto en estos momentos que vive el estrés de que muchos de sus negocios oscuros están saliendo a la luz, como son los casos Odebrecht y OHL; una serie de episodios que no están bajo el control del gobierno mexicano”, pues sus expedientes están dirimiéndose en tribunales internacionales o de otros países.
José Antonio Meade Kuribreña es también el primer candidato del “PRIAN, explícitamente declarado” de la historia de México, la suya se expresa como la primera candidatura derivada “de ese proceso que iniciaron el PRI y el PAN a partir del fraude de 1988”.
Cabe recordar que a aquellos primeros acuerdos bipartidistas se les dio el nombre popular de concertacesiones, entre los que se ha señalado como uno de sus primeros episodios, la quema de las boletas electorales de la citada elección de 88; mientras que José Antonio Meade fungió en posiciones clave como funcionario transexenal en los gobiernos del panista Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, y aun se ha señalado por periodistas tan destacado como Álvaro Delgado, que habría habido una acuerdo para esta realternancia entre los dos partidos.
El atributo principal de José Antonio Meade, y que lo hizo obtener la designación, reiteró Medina Lizalde, es su “eficiencia para participar en asuntos oscuros sin abrir la boca”.
A esta característica hay que sumarle su ideario, pues el también ex secretario de Desarrollo Social, “es un tecnócrata químicamente puro”.
Meade Kuribreña forma parte del grupo que ya tuvo un “momento de auge” con Carlos Salinas de Gortari en el poder presidencial y que “se dispone a recuperar la conducción del país una vez que los panistas acreditaron que son muy malos en términos técnicos”, dijo.
El suyo “es un perfil trágico para México” como propuesta para convertirse en Presidente de la República en un país sumido en la violencia, también observó, porque lo caracteriza una total inexperiencia política, ya que “ha sobrevivido obedeciendo, haciendo tareas técnicas y guardando silencio sin que su currículum revele talento alguno para solucionar conflictos o encabezar fuerzas en movimiento”.
“Evidentemente él no tiene la capacidad de encabezar transformaciones pacificadoras de la situación social”.
Esto lo exhibe como un individuo que suma rasgos que lo harían totalmente dependiente del grupo que lo impulsa, expuso.
Luis Medina Lizalde sintetizó la designación de José Antonio Meade Kuribreña como candidato del PRI, señalándola como una manifestación que revela “la desesperación del grupo gobernante”.
Con esta elección se marginó al priismo, quien aparece solo como simple espectador, “como un simple cumplidor de consignas”, ya que el atributo principal del candidato tricolor es precisamente “el de no ser priísta”.
En esta ocasión, el Partido Revolucionario Institucional tiene un candidato “que se avergüenza del partido que lo postura”, así lo demuestra su trayectoria en el servicio público, en la que le ha dado lo mismo ser panista que priista; “Chana que Juana”, opinó.
