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martes, 19 marzo, 2024
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Fuego que no muere

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Por: ÓSCAR GARDUÑO NÁJERA •

Les voy a contar algo: cuando le pregunto a mi hermana cuáles son sus preferencias literarias (aunque en realidad no es tan gran lectora) me contesta que le gustan las novelas históricas, lo mismo en las series de televisión. Y hace un apunte que a mi juicio literariamente es importante. Me gusta saber lo que le pasó a personajes que sí existieron. Eso: existir. No es lo mismo cuando hablas de Pedro Páramo que de la reina de Inglaterra. Hay un tenue desliz entre estas dos figuras, porque si bien una de ellas es “real”, también la otra lo es mediante los artilugios de la ficción. 

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“Fuego que no muere” (Planeta 2022), de Claudia Marcucetti Pascoli, nos da, de entrada, una gran lección: si se tiene la experiencia literaria, si se sabe trabajar con el material con el que se cuenta, se puede conseguir un muy buen trabajo narrativo donde lo histórico se entreteje con la ficción a tal punto que a la hora de la lectura el lector se pregunta dónde queda una u otra frontera. Y esto, créanme, no es tan fácil de conseguir en la literatura. Pero Claudia sabe domar la historia, entremezclar con mucho cuidado a los personajes y, sobre todo, recrear las épocas donde sitúa a sus dos personajes principales. 

Hay una pista importante: dentro de todo el andamiaje de la “Fuego que no muere” hay sólidos pilares sobre los que se apoya la historia principal, la de la celebre Tina Modotti y un amor que conforme avanza la novela se radicaliza: si se mira desde distintas ópticas la historia podría ser la de un tórrido romance que se encuentra enmarcado por agresivos movimientos sociales: la lucha, por ejemplo, de los comunistas, con los fascistas son de las escenas más ricas de la novela.  

Hay otro punto: Claudia sabe manejar la novela negra, sus características. De entrada, cuando empiezas la novela tienes algo por seguro: el cadáver de Tina Modotti, la polémica militante comunista italiana, llega a la morgue del doctor Zárate para que le practiquen la autopsia tras fallecer misteriosamente en las primeras horas del 5 de enero de 1942. Por supuesto que su muerte desata todo tipo de escándalos, desde los políticos, hasta los morbosos (ahí están a la entrada de la morgue los tantos y tantos periodistas que lanzan sus propias teorías del asesinato de Tina), y es que Tina pronto se ve envuelta en algunos sucesos políticos de esa incendiaria época, como lo es el asesinato de su amante, Julio Antonio Mella, fundador del Partido Comunista Mexicano; el atentado contra el presidente Ortiz Rubio, y el famosísimo complot contra León Trotski.

Y es aquí donde se produce un efecto metafórico, pues mientras que se busca abrir el cuerpo sin vida de Tina Modotti, también se abren las infinitas posibilidades de su muerte, a las cuales Armando, hijo del forense, y aficionado a la fotografía no deja de cuestionar las posibilidades de la muerte de Tina Modotti y los distintos personajes que estuvieron involucrados en ella. 

Si la novela se hubiese quedado en este nivel quizás habría resultado una muy mala biografía de Tina Modotti hecha por un aficionado a las malas biografías; no obstante, y como en toda buena historia, el amor pronto aparece, pues en sus investigaciones Armando llega hasta Vittorio Vidali, último amante de Tina Modotti y un emblemático líder del Partido Comunista Soviético. Y a partir de aquí, dividida en dos periodos cronológicos primordiales, la memoria y los recuerdos de Tina Modotti se irán edificando tanto de uno como de otro bando. 

Hay una declaración de su autora, Claudia Marcucetti que me gustaría rescatar. Dice Claudia, en la Feria del Libro del Zócalo de la Ciudad de México en 2022: “La historia de Tina fue un largo trayecto que comenzó en 2009. No tenía ninguna intención de que fuera una novela, en esos años un director italiano, originario del mismo lugar del que proviene mi familia materna, llegó a México. La vida de Tina se ha querido hacer película, desde Madonna y mil gentes, sobre esto, hay un cuento que se llama ‘La película imposible’; el director contactó a Elena Poniatowska, autora de ‘Tinísima’. Es así como después del rechazo, da conmigo para escribir el guion de la cinta, que nunca se hizo”. En un mundo como el actual que corre desesperado tras de las zanahorias a mí se me ocurrió, y se me antojó verla en la televisión, la novela de Marcucetti no en una película (para ser sinceros a mí me resultaría anodina), pero sí para verla reflejada en una muy buena serie de esas que Netflix ofrece para que no te levantes del sillón en horas. Y es que, por ejemplo, la historia de Vittorio Vidali es una historia por la libertad y contra el régimen dictatorial italiano, y da para una visión profunda en imágenes, la misma Marcucetti nos entrega imágenes que se te quedan en la memoria, además de que, sobra decirlo, la prosa de Marcucetti es de casi de la misma precisión que la de un cirujano en plena operación. 

Sin duda “Fuego que no muere” es un auténtico canto a la rebeldía y a la libertad en tiempos aciagos donde el fascismo parecía ir ganando terreno. Este punto que acabo de señalar es uno de los más importantes de la novela. Por favor, no crean, como lectores, que se trata de una biografía superficial de Tina Modotti (ya está la de Elena Poniatowska), no: lo que hace Marcucetti es trabajar con personajes históricos, pero darles vida propia, escucharlos, seguir sus pasos, tal y como deben de trabajar los buenos novelistas, y Marcucetti lo es. 

Hay algunos puntos que se me quedan en el tintero no por falta de espacio sino porque me hubiese gustado realizarle una entrevista a Marcucetti, preguntarle acerca de sus procesos de investigación, de cómo es que llegó a Modotti, de saber si no se ha preguntado lo bien que podría funcionar su novela para una serie de Netflix. Es más: casi puedo asegurar (y lo van a hacer ustedes en cuanto empiecen a leer la novela) que ya vi el primer capítulo, que ya sé cómo arranca la serie, que “Fuego que no muere” debe trascender más allá del aspecto literario. Si la autora nos concede una entrevista para aclarar cada uno de estos puntos, la daremos a conocer… por lo pronto, háganse de esta buena novela y entérense no sólo de Tina Modotti sino de uno de los periodos más agitados históricamente de la humanidad, ahí donde Marcucetti no deja de cantarle a la rebeldía, a la libertad. A Claudia Marcucetti Pascoli la pueden encontrar en sus distintas redes sociales, y si quieren saber más de la novela también pueden seguirla en YouTube. Claudia Marcucetti no es una autora que dará de que hablar, ya lo hace, se mueve bien en la narrativa, sabe escribir, y eso siempre se agradece. Háganse de la novela, por favor.  

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