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jueves, 28 marzo, 2024
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Los estudiantes y la autonomía universitaria (23 mayo 1929)

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Por: SOCORRO MARTÍNEZ ORTIZ •

Para: Daniela; Leonardo y Regina.

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     El pasado lunes se festejó el Día del Estudiante. Esta fecha tiene un origen trágico. Bajo el gobierno de Porfirio Díaz, el 22 de septiembre de 1910 se inauguró la UNAM, lo que antes fue la Real y Pontificia Universidad de México, cumpliendo un mandato del mismo año, el cual formalizaba la Ley Constitutiva presentada por Justo Sierra.

     Hasta 1929 dicha Ley señalaba al ministro de instrucción pública como Jefe de la Universidad, y el rector era nombrado por el Presidente de la República. Ese año, los alumnos de la Facultad de Derecho organizaron un movimiento estudiantil, que buscaba la autonomía universitaria. El 5 de mayo llamaron a huelga y colocaron la bandera rojinegra en la puerta de la Escuela, que dos días después, por órdenes del Presidente Emilio Portes Gil el rector la clausuró; luego, el 9 de mayo, la huelga fue declarada oficialmente.

     Después de varios días de negociaciones inútiles, el movimiento universitario derivó en violentos enfrentamientos entre estudiantes y fuerzas del orden público. Los estudiantes iban armados con garrotes y se enfrentaron a la policía cerca del Edificio de San Ildefonso, y cuando trató de dispersarlos con potentes chorros de agua y en las calles, se enfrentaban a bomberos y policías, quienes a fuerza de hachazos buscaban derribar las puertas de las instituciones, donde se habían refugiado los estudiantes. El enfrentamiento terminó cuando el Jefe del Departamento del Distrito Federal, ordenó la retirada de policías y bomberos.

     No obstante, la represión continuó y, la del 23 de mayo, hizo que muchas otras Facultades y la opinión pública, apoyaran el movimiento estudiantil. Seis días después, Portes Gil, concedió oficialmente la autonomía de la casa de estudios, adquiriendo su nombre: Universidad Nacional Autónoma de México.

     Actualmente, y no obstante el problema que generó la pandemia covid-19 particularmente los años 2020 y 2021, México tiene una gran población estudiantil. Son considerados estudiantes los hombres y mujeres que realizan actividades en el cultivo del conocimiento, aprendizaje y práctica sea en espacios científicos o artísticos. Ellos fueron los que lucharon en favor de la libertad de cátedra y para demandar autonomía. La celebración de este día, debe ser un espacio para entender la diversidad de personas que se encuentran inmersas en los cambios de la actualidad. Ahora, ya no buscan autonomía, muchas libertades están garantizadas. Hoy las luchas, son porque las instituciones les conozcan y les abran espacios para ser escuchados y saber qué piensan. Alguna vez la Universidad Metropolitana se preguntó: ¿Quiénes son nuestros estudiantes? Hoy es menester saber cuáles son sus características, actitudes, motivaciones, expectativas y problemáticas, para poder con ello contribuir a su formación integral, para tratar de fomentarles aquellas capacidades que desarrollan más en esta etapa de la vida, el pensamiento abstracto, la aptitud creadora o el espíritu científico y crítico.

     Los estudiantes son parte sustantiva en la vida universitaria, y es menester inculcarles en su aporte diario, a la experiencia educativa en un contexto social y político, en que los valores son poco claros, donde las culturas están cambiando, los medios de comunicación y las redes sociales alteran sus resoluciones, y cuando las estructuras familiares se han modificado sustancialmente, y son estas circunstancias las que afecta la transición de las diferentes etapas de la vida.

     Por consecuencia, los estudiantes no son materia prima, son el sentido de las instituciones, son fuente del conocimiento, escucharles y entender sus luchas y demandas diarias, fortalecen el futuro tanto de esas instituciones educativas como de México. Son capital humano que soporta el mayor potencial de conocimiento de los pueblos, de las democracias y de los sistemas sociales que los agrupan.

     El 23 de mayo de 1929, los estudiantes lucharon por lograr la autonomía universitaria, esto es, la independencia política y administrativa de una universidad pública respecto de factores externos. El principio de autonomía sostiene que la universidad debe ser propiamente autónoma, autogobernada y que debe elegir sus propias autoridades y programas de estudio.

     Así entendida, la autonomía está fincada en la necesidad de evitar que los vaivenes políticos, se traduzcan en cambios arbitrarios de la universidad y de las autoridades universitarias. La autonomía, es un principio de organización de las más antiguas universidades europeas. Con autonomía, los diferentes colectivos universitarios: profesores, alumnos y personal no docente, se controlan de manera directa mediante elecciones internas, para elegir a los diferentes órganos de gobierno.

     De este modo la autonomía universitaria, pretende preservar a la universidad de las luchas partidistas del poder político. Sin embargo, las autoridades académicas y los miembros de los órganos de gobierno pueden llegar a defender los intereses de sus colectivos (llámense profesores, alumnos o trabajadores no docentes), de la propia institución o de la sociedad.

     Luego de los trágicos acontecimientos del 23 de mayo de 1929, los alumnos de la Facultad de Derecho agredidos exigieron que la Plaza de Santo Domingo en la Ciudad de México, fuera llamada Plaza 23 de Mayo, o Plaza del Estudiante.

     Con posterioridad, muchas universidades públicas del país lograron su autonomía. La UAZ, en 1968.

 

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