Nueva York. A una semana de que arranque el proceso de elecciones primarias, otro multimillonario está pensando “rescatar” a Estados Unidos ante la aparente amenaza de precandidatos presidenciales con tintes fascistas (uno potencialmente homicida) y un autoproclamado socialista, lo cual está haciendo hasta más rara una contienda electoral ya de por sí surrealista.
Michael Bloomberg, el ex alcalde de Nueva York y uno de los hombres más ricos del país dejó saber a los medios este pasado fin de semana que está contemplando lanzarse como candidato presidencial independiente. Obviamente como parte de una estrategia para probar las aguas, su gente informó al New York Times y después a otros medios que el multimillonario ha “instruido a asesores a elaborar planes” para una “potencial campaña independiente”, y que ya está evaluando el panorama electoral y que tomará una decisión final a principios de marzo.
Según contaron fuentes del grupo de Bloomberg, el multimillonario está dispuesto a invertir por lo menos mil millones de dólares de su fortuna privada en su campaña.
Bloomberg, indicaron, está preocupado tanto por la posibilidad de que el ultraderechista Donald Trump obtenga la nominación republicana como por el giro hacia la izquierda del Partido Demócrata a causa de la precandidatura del socialista democrático Bernie Sanders. Bloomberg, quien siempre se ha presentado como un empresario y político pragmático “no-ideológico”, supuestamente no tolera ni a Trump ni a su competidor Ted Cruz y sus efectos ultraderechistas entre las filas republicanas como tampoco el ataque frontal contra Wall Street y los intereses del 1 por ciento más rico promovido por Sanders.
Bloomberg es uno de los símbolos más visibles de ese 1 por ciento. No por nada tomó como afrenta personal el movimiento Ocupa Wall Street, al cual acabó reprimiendo. Según sus asesores, Bloomberg está evaluando las posibilidades de capturar el “centro” del electorado ante la posibilidad de que los candidatos de ambos partidos hayan llevado la pugna electoral a “extremos ideológicos”. Bloomberg, quien no oculta su íntima –y personal– relación con los capitanes de la industria financiera, se presenta como un conservador en temas económicos pero un liberal en asuntos sociales.
Como alcalde, defendió abiertamente a Wall Street durante la crisis financiera y promovió la transformación de la ciudad para y por los ricos, implemento medidas de seguridad policiaca denunciadas por minorías, y durante su alcaldía el número de gente sin techo se elevó a niveles récord, atacó a los maestros y es un promotor de las llamadas reformas educativas que favorecen la privatización de la educación pública y batalló a los sindicatos municipales. A la vez se distinguió por su defensa de los derechos gay, su férrea campaña contra las armas, y su loable defensa de los inmigrantes.
Su anuncio no es sorpresa completa, ya que había abierta especulación sobre sus aspiraciones presidenciales para 2016 –y no es la primera vez que ha expresado su interés en ocupar la Casa Blanca. Sin embargo, se suponía que estas las había postergado ante la casi segura nominación de Clinton. Pero parece que el fenómeno de Trump junto con la sorprendente fuerza de Sanders es aparentemente intolerable para él. Otros no descartan que su ambición es el factor principal, y que está viendo, en esta coyuntura, una oportunidad inesperada para una posible candidatura independiente exitosa.
Pero las candidaturas independientes jamás han logrado desalojar al duopolio del poder en Estados Unidos. Aun figuras formidables como Teddy Roosevelt, quien después de ser presidente republicano intentó regresar a la Casa Blanca como independiente en 1912 sólo logró obtener un 27 por ciento del voto. Ha habido otros intentos, en los cuarenta, en 1980 y el más reciente, el del multimillonario texano Ross Perot en 1992 donde obtuvo el 19 por ciento del voto.
Varios precandidatos de ambos partidos reaccionaron en varias maneras, y a su modo. Clinton señaló que, como lo entiende, Bloomberg sólo ingresaría a la contienda si ella no logra coronarse como candidata. Aseguró que, como ella triunfará, será innecesaria la decisión de Bloomberg.
Sanders, por su parte, afirmó, en entrevista en NBC, que “si Donald Trump gana y el señor Bloomberg se suma, tendremos a dos multimillonarios concursando para presidente de Estados Unidos contra mi y creo que el pueblo estadunidense no desea ver a nuestra nación proceder hacia una oligarquía donde los multimillonarios controlan el proceso político”.
Mientras tanto, Trump, el otro multimillonario que dice que quiere salvar al país y “hacer grande a ‘América’ otra vez”, ha dicho que le dará la bienvenida al ingreso de Bloomberg a la pugna. Su ventaja en el concurso para la candidatura republicana sigue creciendo, aunque Cruz y el otro cubanoestadunidense en la contienda, Marco Rubio, siguen ofreciendo evidencia de poder competir contra él por ahora.
Trump, tal vez tan borracho de su propia arrogancia, dijo este fin de semana que podía ser hasta un homicida sin perder ni un voto de apoyo. Hablando de sus simpatizantes en un evento de campaña en Iowa, afirmó: “tengo la gente más leal, ¿han visto eso?. Podría pararme en medio de la Quinta Avenida y dispararle a gente y no perdería a votantes”.
Mientras tanto, todos los precandidatos declarados están intensificando sus labores de campaña en Iowa, donde el 1 de febrero se realizará el primer concurso electoral para seleccionar los candidatos presidenciales de los dos partidos nacionales, y en Nueva Hampshire donde la cita es para el 9 de febrero, seguido por decenas de elecciones primarias más, todo culminando en las convenciones nacionales de ambos partidos (¿y una para un independiente?) en el verano donde se coronarán los candidatos presidenciales.
Si llegará a pasar que Sanders gana la nominación demócrata, Trump la republicana y Bloomberg se lanza para rescatar al “establishment”, la elección nacional sería disputada entre tres neoyorquinos.
