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miércoles, 24 abril, 2024
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Nómina del estado: Menudo problema

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT • Admin •

La lucha por el pago de salarios de los maestros y empleados del estado sigue. La llamada megamarcha del pasado martes podría no ser la última manifestación de protesta, descontento y exigencia porque se liberen los recursos y se paguen lo salarios retenidos. Si siguen sin pagarse, seguirán las manifestaciones con marchas multitudinarias y demás acciones de protestas tendientes a ejercer presión sobre el gobierno monrealista y las autoridades (in) competentes. Mientras no se pague seguirán las marchas, bloqueos de calles y carreteras federales en los accesos de la ciudad de Zacatecas. Amén del paro de labores en las escuelas del nivel básico, Telesecundarias y Colegio de bachilleres

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El gobierno del flamante gobernador David Monreal, que recién se estrena en el cargo no pudo tener peor comienzo de su administración. Su primera semana en funciones fue de terror. Se encontró con las arcas del tesoro estatal exhaustas, por no decir que vacías y a sus empleados y burócratas en paro exigiéndole sus pagos. Sin dinero le fue imposible pagar a los maestros y empleados que dependen de su nómina.

La crisis de no pagos a maestros y empleados estatales pudo evitarse si en desde 1914 se les hubiera incorporado al Fondo de Aportaciones para la Nómina educativa y Gasto Operativo (Fone). Al estar dentro del Fone los pagos están garantizados y la incertidumbre y zozobra son menores al estar respaldados por el presupuesto federal que administra la Secretaría de Hacienda.

Se tuvo la oportunidad de incorporar al magisterio del estado al Fone, pero, por omisión, irresponsabilidad, negligencia, incapacidad de la autoridad educativa en ese momento o corrupción; o todo junto con pegado, se dejó a los maestros estatales a la deriva, sujetos a las miserias y carencias de las finanzas del estado. Todo porque en la revisión de la nómina el gobierno de Miguelito Alonso y su secretario de educación en turno, en la revisión de la nómina magisterial no se incluyó a los maestros del estado. Ocurrió esto muy probablemente por la enorme cantidad de plazas asignadas a aviadores que no se justificaban por no estar adscritos a una institución educativa ni desempeñarse frente a grupo.

La fuente de donde proceden los recursos para pagar a los maestros estatales proviene de los impuestos que recaba el gobierno de la entidad, los remite a la federación y este los regresa a los estados como parte de las famosas participaciones con las que opera nuestro defectuoso federalismo.

Al asumir el cargo David Monreal se encontró con un atávico déficit que entre 2016 y el año actual fluctuó entre 2754 millones de pesos y 2901 en relación con los más de 5 mil millones que recibía Zacatecas para el gasto educativo antes de la creación del Fone. Eso es lo que nos ha venido costando el no haber justificado las plazas educativas para su incorporación al dichoso Fondo. Un gravísimo error histórico sin duda. El reto ahora, que representa un gran desafío es como remontar lo perdido y volver a tener un presupuesto equilibrado que se perdió al incurrir en un esquema en el que se ha estado viviendo de fiado pidiendo por adelantado las participaciones del año venidero cada que se agotan los dineros para pagar salarios.

Posdata. Este 27 de septiembre próximo se cumple el bicentenario de la independencia de México. Independencia que está entre los procesos históricos más relevantes de nuestro santoral cívico. Proceso histórico que inicia con el Grito de Dolores llamando a defender nuestra santísima religión, vivas al monarca Fernando VII y muerte a los gachupines de quien Hidalgo como buen criollo agraviado por el cobro de los bonos reales a él y a los de su clase, se quería independizar. Lucha y movimiento que inicia como autonomista más que independentista. Su consumación estuvo a cargo de un militar realista que combatió y persiguió con saña a los insurgentes y que luego terminaría como el gran libertador de México que se autonombró emperador, estableciendo un efímero imperio de opereta sostenido por una monarquía constitucional, forma de gobierno a la que se oponía la mayoría de los caudillos y territorios de la nueva nación que clamaban por un régimen federal. El de nuestra independencia es otro capítulo de la que José Agustín llamó la tragicomedia mexicana.

Un proceso histórico cargado de paradojas e ironías. ■

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