A diferencia de la zona conurbada, en Estación Camacho, localidad de Mazapil, ubicada en el semidesierto, no ha caído una gota de agua y no sólo del cielo, tampoco de la red de distribución de agua potable del ayuntamiento, señala Jaime Zúñiga Teniente, habitante de la comunidad.
Hace dos semanas, al igual que decenas de habitantes, fue la última vez que recibió agua en su domicilio. La orden de que no se les diera el servicio, dicen los que ahí viven, fue de la regidora Guadalupe Cruz Pacheco y del delegado de la localidad, Mario Solís.
Supuestamente, se suspendió el servicio a los habitantes por falta de pago, sin embargo, el precio que paga cada habitante por el servicio es de 40 pesos al mes.
El servicio de pipas es exclusivo para los familiares de Solís, a quienes se les dota gratis de agua, denunciaron los habitantes, mientras que a la gente que pide pipas y que no es familiar del delegado ni de la regidora, se le cobra.
Zúñiga lamentó que se politice el problema, pues sólo se beneficia a quienes conocen o tienen parentesco con el delegado o la regidora, quien tiene un hermano viviendo en la comunidad, y que es beneficiario de pipas de agua.
Ante la falta de atención, los habitantes no tienen otra opción que hacer un desembolso extra para comprar las pipas, expone.
Esto, porque existe un bordo, pero en el estanque se acabó el agua y los animales de las personas de la comunidad no tienen con qué alimentarse. Sólo se han registrado lloviznas aisladas en la región que no ayudan a los campesinos o a los ganaderos.
“El presidente municipal, Gregorio Macías, debe estar enterado del problema porque debe darse cuenta de la salida de pipas de agua. Por lo que exigimos que se nos regrese el servicio de manera normal”, dijo Zúñiga.
En este sentido, se plantea interponer una queja por retirarles este derecho humano ante la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Zacatecas (CDHEZ) para que intervenga en esta problemática.
