■ El 4 de diciembre de 2010 inició la destrucción de esta comunidad de Mazapil
■ Roberto de la Rosa, representante de la localidad, dice que ahora se enfrentan a PC estatal y su director Antonio Caldera “sigue al servicio de la mina”
El 4 de diciembre de 2010 comenzó la pesadilla. Una explosión fuerte cimbró la comunidad
Salaverna en el municipio de Mazapil y con ella daba inicio un destino jamás pensado por sus habitantes, la destrucción.
Han pasado casi 9 años de aquella primera explosión y la resistencia de unos cuantos persiste. La lucha es día a día y aunque parece que las fuerzas de las cinco familias que quedan flaquean, aún se niegan, sobre toda condición, a abandonar el lugar que los vio nacer aun cuando ese huésped incómodo que es la minería avanza paulatinamente en la explotación.
La lucha reciente de los habitantes de Salaverna ahora se concentra en un estudio de geofísica ha informado Roberto de la Rosa, habitante del lugar, un estudio que la Secretaría de Economía a través de su dirección de Minas está haciendo por propia solicitud de las familias que quedan y mientras los resultados llegan, se enfrentan, por otra parte, a Protección Civil porque argumenta De la Rosa, Antonio Caldera sigue al servicio de la mina, cercando supuestamente el área dañada del cerro pero extendiéndose más hacia donde no es su propiedad.
“Nos pasamos a un lado y van y se meten por otro. Nosotros ya somos muy poquitos y tenemos necesidad de trabajar, entonces ellos ven que no hay nadie y avanzan. Andaban pegados ya a la carretera y los apedreamos y los sacamos. Nos querían poner unos postes que porque así se los mandaron, a ver si los que los mandan les quitan los ‘chingazos’. De aquí a adelante así va a ser, a trancazos”, dice quien se ha convertido un símbolo de la resistencia en Salaverna.
Luego de que se culpara a las familias de no permitir que se realicen los estudios de geofísica, ahora son ellos, dijo De la Rosa, quienes piden que éste se haga. Para tal motivo informó que fueron a la Secretaría de Economía a la Ciudad de México y obligaron al personal de la dependencia a entablar un diálogo, posteriormente los funcionarios vinieron a Salaverna en mayo pasado y en compañía de personal de la dirección de Minas del gobierno de Zacatecas se acordó que se iba a hacer el estudio.
De salir con inconsistencias, Roberto de la Rosa comenta que seguirán en lucha porque siempre han favorecido a la mina. “No nos pueden convertir en parias. ¿Por qué? Es nuestra matria, tenemos el derecho de defenderla, no vamos de paso, somos nativos por eso es la defensa”, exclama.
Los resultados, a decir del habitante de Salaverna, estarían listos para esta o la próxima semana, y esperan que en el dictamen vaya incluido el historial que ellos han acumulado, porque de no traer esa secuencia de daños no lo aceptarán, porque todo lo que han documentado es lo que ha ido fracturando la corteza de la tierra que parece, asegura, que ya hay un circulo alrededor de la comunidad.
Por su parte, dice don Roberto, bajo ninguna condición se moverá del lugar: “tenemos derecho a unas regalías de las afectaciones que se han hecho, pero es que la tierra, como madre de nosotros, no debe ser puesta en negociación. Sería como tratarla, está mal la palabra, como una prostituta. ‘Te la vendo, exprímela, explótala. Hasta que ya no te sirva me las regresas’. A mí, mi madre biológica me amamantó los primeros meses, pero la tierra me ha dado de comer todo el tiempo de más. Es mi madre, como tal no debe ser negociable. Para mi recibir dinero a cambio de eso es hacerme cómplice de su destrucción y para mí no va”, concluye.
