El tema de la libertad religiosa y el Estado laico no es sencillo, concurren una serie de factores que hacen de la cuestión un planteamiento siempre abierto, incluso después de la reforma constitucional al Artículo 24 en el que se establece como derecho constitucional de todos los mexicanos la libertad religiosa. El cumplimiento de dicho derecho sólo es posible con un Estado laico consciente de los alcances y límites de su situación de laicidad. Un estado moderno y democrático como el nuestro requiere un Estado respetuoso de su carácter laico.
La sana separación entre la Iglesia y el Estado es buena y provechosa para la sociedad, sobre todo una tan plural y distinta como la nuestra. Evitando los extremos y entendiendo correctamente la cuestión no debería haber conflicto, sino diálogo y colaboración en pro del bien común. Sin embargo, no siempre es así. Muchas veces no hay correspondencia entre lo establecido en la Constitución y la práctica de políticos, gobernantes y líderes religiosos. No es mi intención abordar exhaustivamente el tema, considero que un espacio como este no es suficiente. Mi intención es llamar la atención sobre la tentación de los candidatos de hacer un uso político y faccioso de lo religioso como factor de legitimidad.
Llama fuertemente la atención que ahora resulta que todos los candidatos y candidatas son buenos católicos, vienen de familias tradicionales y fueron educados en los valores. Algunos de ellos incluso usan en sus spots imágenes religiosas, me llamó fuertemente la atención ver un spot en las redes sociales de una de las candidatas a la presidencia municipal de la capital en donde, según el contenido del video, sale de su casa y al hacerlo se persigna frente a una imagen del Sagrado Corazón. Hace algunos días uno de los candidatos a gobernador manifestó a los medios de comunicación la ayuda económica que en otros momentos de su vida como servidor público hizo llegar a algunos templos católicos. Basten estos ejemplos para mostrar como a los candidatos les resulta provechoso mostrase como buenos católicos, acaso porque en Zacatecas más del 80% de la población reconoce profesar la fe católica. Por lo demás estoy convencido que todos en su momento alegarán su pertenencia a la religión católica, recordarán las oraciones que rezaban con su abuelita y se pronunciaran respetuosos de las demás creencias.
Muchos de los candidatos y candidatas de ahora han sido legisladores, dirigentes de partido o de movimientos sociales, sería interesante saber cuál fue, en su momento, su posición respecto a temas como la familia, las uniones entre personas del mismo sexo, aborto y otras cuestiones que necesariamente tienen que ver con su formación ética y moral. Resulta notorio que cuando se propuso la reforma constitucional del 24 a las legislaturas de los Estados en Zacatecas no se aprobó, pero a la hora de la foto y del spot todos quieren salir con el obispo, todos presumen su amor a la Iglesia y su formación en los valores morales.
No se vale utilizar el tema religioso para ganarse simpatías, si de verdad se reconocen católicos y pretenden vivir como tales sean congruentes y manifiesten en todo momento esas convicciones. Sean menos pragmáticos y un poco más leales a sus principios y valores, respeten el carácter laico del Estado y no pretendan cobijarse con una bandera que no les pertenece. Los hay de todos los estilos, pero algunos en Zacatecas han llegado al cinismo de peregrinar a santuarios católicos y de proclamarse files devotos del Santo Niño, otros más presumen fotos de su visita al Vaticano y entrevista con el Papa.
Indistintamente del partido político en general los candidatos utilizan el tema religioso para despertar simpatías y sumar votos, lo mismo hacen los gobernantes en turno. Por eso propongo una sencilla pregunta a los candidatos y candidatas: ¿Perspectiva de género o perspectiva de familia? ■
