El Issstezac nació el 27 de agosto de 1986, de modo que este año cumple ya 35 años desde su creación, para sustituir al entonces Seguro del Empleado. Dicha institución se hizo cargo del pago de prestaciones de trabajadores que ya laboraban en los entes públicos, aún cuando no hubieran cotizado. Es decir: desde un principio, el Issstezac se arrogó obligaciones sin tener para ello una reserva técnica ni aportaciones suficientes para enfrentar un compromiso que es de ley, pero que reclama visión a largo plazo.
La primera pensión fue pagada por el instituto en 1987 (a sólo 6 meses de creado el organismo), mientras que al primer año se pagaron 174 pensiones.
El problema del ISSSTEZAC es en esencia estructural, pues la principal causa de su descapitalización es precisamente el incremento de pensionados en los últimos 10 años, debido al cumplimiento de la edad de jubilación de sus primeros afiliados, así como los déficits históricos de las áreas empresariales, inadecuados manejo de inversiones, reserva técnica mal determinada, incorrecta determinación y uso del salario regulador, deficiencias reglamentarias y un crecimiento en los gastos de operación.
Así, de 2011 a 2021 el número de pensionados ha crecido de 1,395 a más de 4,500, y el pago destinado a pensiones ha pasado de menos de 200 a más de 1,100 millones de pesos. Todo esto, sin considerar que, para este año, cerca de 1,500 derechohabientes cuentan ya con el derecho a pensionarse.
El número de derechohabientes, por su parte, ha crecido en mucho menor proporción, provocando que la tasa de dependencia haya pasado de 31.5 trabajadores por cada pensionado, en 1987 a 7.2 en 2021.
La persona que diga que tiene la solución rápida a los problemas del Instituto, miente. Es inadmisible e irresponsable que un candidato o candidata hile mentira tras mentira únicamente para ganar una elección. Los falsos castillos en el aire que se construyen a la luz de las campañas suelen desplomarse sobre la ciudadanía, transformados en malas decisiones que afectarán en la calidad de vida de las personas.
Estamos a tiempo de evitar nuevas calamidades en el Issstezac, en el manejo de las políticas públicas de desarrollo económico, agropecuario, turístico, cultural. Si la ciudadanía exige seriedad de sus gobernantes, con esa misma seriedad debe tomarse el sufragio y lo que éste conlleva. Una campaña construida con mentiras no le ayuda a Zacatecas. No las alentemos.
¿Cómo abordar, entonces, el problema de Issstezac?
Debemos reconocer, en primera instancia, que en todo el mundo, los sistemas de pensiones están colapsados, lo mismo en Japón que en Brasil o en México. Por otra parte, la problemática de los sistemas de pensiones como el del Issstezac no tienen una solución definitiva; requieren procesos diversos para mitigar la crisis gradualmente y sobrellevar la gestión financiera en el mediano y largo plazo.
Sin duda uno de los mayores retos a los que se enfrentará mi gobierno será lograr que se cumpla con el propósito máximo del Issstezac, que es el pago de pensiones y compromisos con los trabajadores. Sin embargo, para alcanzarlo se requiere la unión y trabajo de todos los actores involucrados desde las siguientes aristas. Por ello, tengo claros los siguientes criterios a seguir:
1. Las decisiones se tomarán con base en información técnica y financiera sobre la situación actual emitida por los actuarios especialistas.
2. Se debe hacer una revisión de la normatividad vigente, así como emisión de las leyes y reglamentos pendientes que son necesarios para regular las funciones del Instituto.
3. Mantener diálogos permanentes entre el Poder Ejecutivo, los sindicatos, los movimientos alternos y, los más importante: con los trabajadores pensionados y activos. ■
