“La violencia actual es consecuencia de muchos elementos que se van arrastrando. Es consecuencia de la desigualdad social y la impunidad en la que vive el país. Todo esto es producto de la acumulación de poderes facticos. No es coincidencia que el narcotráfico se ha afianzado en países tan desiguales como Colombia, Brasil o México”, dijo Juan Martell Muñoz, docente investigador de la Unidad Académica de Psicología de la BUAZ.
La concentración de la riqueza provoca carencia de oportunidades y esto trunca el cumplimento de los objetivos vitales dejando como producto una serie de emociones que al finalizar deja esta serie de violencia y si a esto le agregas que estos grupos delincuenciales entrenan a través de manuales militares de guerra a seguidores da como resultado individuos no empáticos, sádicos y tortuosos.
“Así los mentalizan para soportar y ser indiferentes de la desgracia ajena. Esta falta de empatía, de sentido de lo colectivo, esta indolencia forma parte de la conciencia del capitalino y que además va debilitando los vínculos y lazos sociales y la vida en sociedad y esta desensibilización lleva a la normalización e incluso la glorificación de la violencia”, dijo.
Martell Muñoz afirmó que esta situación de violencia que está padeciendo el país es multifactorial, pero podría revertirse generando un ambiente de justicia social, de dotar oportunidades a ala mayor parte de la población para que los diferentes objetivos vitales se cumplan.
Otro de los campos de acción en los que se tiene mucho que trabajar es tener cero tolerancia a la impunidad, puesto que este ambiente que se vive de que no pasa nada y al final si pasa algo se crea esta idea de que no pasa nada y genera la violencia que se está viviendo.
