El Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, que tiene presencia en 20 de los estados del país, 12 de los cuales concentran 80 por ciento de la producción nacional, está realizando un recorrido por las Legislaturas de los estados para instarlas a elevar un punto de acuerdo al Congreso de la Unión, exigiendo la exclusión del sector lechero mexicano del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), mismo que iniciará sus renegociaciones este 16 de agosto.
“Queremos que los representantes del pueblo estén convencidos de que lo mejor es generar los empleos aquí no allá, que comamos sano”.
Álvaro González Muñoz dijo, en representación de la organización, que desde la entrada en vigor del acuerdo comercial en 1994 empezaron las violaciones a la desregulación arancelaria paulatina, que presuntamente, permitiría a los productores nacionales insertarse en el mercado de los Estados Unidos y Canadá.
De esta manera desde el principio del acuerdo se importó leche al país, lo que les implicó competir en condiciones desfavorables.
El saldo fue la desaparición de entre 1994 a 2016, de 631 mil productores mexicanos, y como derivación, la de un millón de empleos, “y desapareceremos todos (que estiman actualmente según sus propias estadísticas en unos 150 mil, que dan empleo a más de 150 mil personas), si no cambia el modelo económico” del país.
Estimó que Zacatecas se encuentra entre el 12 y 14 sitio entre las entidades productoras de leche, y consideró que es uno de los más afectados a nivel nacional.
“Ahorita pasarían cosas graves para el sector lechero mexicano sobre todo los pequeños y medianos productores que son los más afectados”, pues están sujetos “a ver cómo nos quieren pagar”, a diferencia de empresas como Alpura o Lala.
Se importan productos que por litro tienen un valor de 3.00 a 3.20 pesos, “la traen en polvo pero aquí la rehidratan y eso cuesta”.
Los precios están soportados por subsidios que si da el gobierno norteamericano a sus productores lecheros, mientras que a los nacionales se les compra el producto en entre 5.50 y 6 pesos, cuando su valor de producción, esto es, sin que implique obtener una ganancia, es de 7 pesos.
En este momento el 75 por ciento de las importaciones las acaparan los Estados Unidos. Acotó que refieren productos como sueros y polvos de leches, que se hacen pasar ésta, pues según la Norma Oficial Mexicana se le define como “la secreción de las glándulas mamarias de las vacas”, por lo que las modificaciones que se le hagan, como el caso de su descremación, implicarían que pierda esta cualidad.
“México importa 300 mil toneladas anuales, esto hace que los 5 mil millones de litros que nosotros estimamos son lácteos están acabando a la actividad lechera”.
Expuso como otro factor que afecta a los productores lecheros del país, las compras que hace la empresa estatal Liconsa, que ha ido reduciendo. A la entrada de Enrique Peña Nieto a la presidencia hablaron con él sobre el tema y parecía que iba a haber una mejoría, pues se logró llegar al pico en 2014 de la adquisición de 870 millones de litros, pero “hoy la política es de no rebasar los 600 de litros y el argumento es que no tienen dinero”.
Liconsa vende “leche que no es leche”, es descremada, y se dirige fundamentalmente a la población en situaciones económicas desventajosas del país.
Por eso dijo, “si el Gobierno de México no se solidariza con México, nosotros vamos a desaparecer y va a condenar a la gente a seguir tomando porquerías”.
