■ Historia y Poder
Los valores de justicia social y solidaridad jamás mencionaron el fin de la servidumbre que como forma de vida campea aun en todos los estratos de la vida popular zacatecana.
La clase obrera de este estado mexicano querido por dios y por los connacionales quiso ser protagonista de la historia patria y solo encontró en las olas de inmigración los ideales de una patria libre de pecados, de explotados y explotadores, de amos y de la sujeción pero se quedó en eso, un ideal a seguir, no a cumplir.
El régimen racista del imperio español en tierras zacatecanas impuso el trabajo forzado, la esclavitud, la encomienda y la servidumbre y que clasificó cobardemente a la población en castas, razas o cruzas y que por supuesto la raza blanca tuvo toda la supremacía sobre vidas y bienes, mientras miles de indígenas zacatecanos y cientos de la raza negra debieron estar subordinados a sus caprichos y malentendidos, a castigos y ahorcamientos que derivaron en guerras de resistencia y de levantamientos heroicos indígenas durante la tenebrosa colonia.
Luego de la penosa y memorable lucha por la independencia en donde miles de mártires proclamaron nuevos reglamentos de tierras, la abolición de la esclavitud y de la servidumbre, se produjo entre el pueblo zacatecano excepcionales casos de “poesía social de una clase desheredada” y que constituyeron verdaderos manifiestos de denuncia de la gran injusticia social y que ha persistido en la memoria popular mexicana.
Que los más infelices sean los más privilegiados. Así de sencillo.
Ellos mismos se ayudaron y fundaron sociedades de socorros mutuos o mutualidades para auxiliarse mancomunadamente frente a las desgracias como la enfermedad y la muerte.
Pero la servidumbre sigue y en todas las clases como forma de vida. ■
