■ Como “una persecución de principio a fin”, describe la obra su realizador, George Miller
■ Películas de acción como un tipo de música visual, expresa el cineasta australiano
CANNES, FRANCIA. El creador de un universo post-apocalíptico único, George Miller, estrena Mad Max: Fury Road en la segunda jornada del 68 Festival de Cannes dentro de la Selección Oficial fuera de competición. Ésta es la cuarta entrega de la mítica saga protagonizada por Mel Gibson (Mad Max, 1979; Mad Max. Road Warrior, 1981; Mad Max Beyond Thunderdome, 1985), héroe solitario en un mundo despojado tras el colapso de la sociedad y aterrorizado por pandillas sicóticas en medio de la carretera.
Perseguido por los demonios de su pasado Max Rockatansky (Tom Hardy) se limita a sobrevivir en solitario contemplando desde la distancia las continuas carreras y luchas entre los habitantes de la región de Plains of Silence. En un mundo post-apocalíptico, sin ley, ni esperanza y con los recursos naturales agotados, el control de la escasa agua y petróleo es una lucha constante entre tribus. Citadel es una fortaleza asentada sobre un sistema de cuevas donde el agua se extrae del único acuífero que hay en kilómetros a la redonda y constituye el arma para que el déspota gobernador Immortan Joe (Hugh Keays-Byrne) aterrorice a sus súbditos. En el camino Max es apresado por el ejército de War Boys de Immortan Joe que ha abandonado su reino para recuperar su más valioso tesoro arrebatado por Imperator Furiosa (Charlize Theron).
La filosofía de Max tropieza con la de Furiosa, emperatriz sublevada contra el gobernador de Citadel, convencida de la existencia de esperanza en un mundo dominado por la violencia y que esclaviza a las mujeres. El plan de Furiosa es llegar a la tierra prometida de donde fue raptada de niña y convertirse en la redentora de un mundo reinado por el caos, el polvo y la velocidad. La asociación entre Max y Furiosa en un principio se debe a la necesidad de ambos por escapar del control de Immortan Joe pero termina por ofrecer un tándem de Guerreros del Camino. Max, como ya hizo en la segunda entrega de la saga, se aliará con las víctimas en el trayecto hacia su libertad para después continuar su camino en solitario.
Justo cuando van a cumplirse los treinta años de la tercera entrega de la saga, el septuagenario Miller vuelve a deleitar a sus fieles seguidores ofreciendo una road movie repleta de acción en sus dos horas de duración, se trata de “una persecución de principio a fin”, en palabras del realizador australiano.
El guión de Mad Max: Fury Road lo firman Brendan McCarthy, Nico Lathorius y Miller. El director de fotografía es John Seale -ganador del Oscar por The English Patient– y la directora de vestuario es Jenny Beavan -ganadora del Oscar por A Room with a View-. El reparto lo completan Nicholas Hoult, como Nux; Nathan Jones, como Rictus; y Rosie Huntington-Whiteley, Riley Keough, Zoe Kravitz, Abbey Lee y Courtney Eaton, como las esposas.
Tras diez años de producción, Miller re-imagina la belleza y el caos del mundo post-apocalíptico y el mítico guerrero de la carretera que deambula en él. Basada en la acción constante, el realizador concibe “las películas de acción como un tipo de música visual, y Fury Road está a la mitad entre un concierto de rock salvaje y una ópera”.
