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viernes, 21 marzo, 2025
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■ Historia y poder

Uruguay como nunca antes lo imaginé

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Por: MIGUEL ÁNGEL AGUILAR •

Ya casi para salir del Uruguay rumbo a la Argentina, me llevaba La triste impresión de que el pueblo uruguayo es más que selectivo y que de alguna u otra forma, detesta al pueblo argentino y trata siempre de diferenciarse de él y que su trato no es tan amable y pero nada más lejos de la realidad, Porque a punto de abordar un transbordador desde la población de Carmelo, Qué es la tierra nativa del gran expresidente José Mujica, el más popular de esta nación hermana, tuve un encuentro con un marino quizá aparecido por la mano de Dios y el destino y de repente, cambió toda mi percepción acorralada.

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Fue la segunda ocasión en la que estuve en esta República Oriental del Uruguay y la serie de acontecimientos que vivió mi curiosidad, inmediatamente se apropió de la temperancia, la pasión y la voluntad y lo atractivo que tiene este país para el prójimo, pero en lo inmediato detestan hacer comercio con dinero argentino, quizás por la volatibilidad inflacionaria, por lo que prefieren siempre que cualquier turista, haga proceder sus dólares y no la labia argenta por intercambiar servicios de cualquier índole.

Mi hermano mayor Carlos me había avisado de las peculiaridades de esta tierra, y ya porque él, al haberse casado con una ciudadana Argentina,  tener familia, lo llevó en varias ocasiones a pasar por este país rumbo al Gran Buenos Aires y de las grandes facilidades que tiene la juventud para fumar marihuana en las calles sin que sean condenados, ni reprendidos y mucho menos detenidos, cosa que yo vi en 2008 entre el pueblo argentino, Ya que en cualquier lugar era visible, que tanto mujeres como hombres ,estuviesen fumando esa hierba en cualquier lugar y no solamente en los parques públicos, sino hasta en las paradas de camiones y de trenes.

Años antes estuve en el Uruguay en la zona de Colonia y una espectacular tormenta nos recibió, pero acaso tan solo duró un par de horas y tuve la oportunidad más delante de conocer a chamanas uruguayas que se quedaron admiradas por mis supuestos conocimientos y yo de ellas por su belleza inaudita.

 Al llegar al Uruguay, cualquier Buen Samaritano inmediatamente pregunta de dónde viene uno y se remiten en lo inmediato a Real de Catorce y a Moctezuma y a López Obrador, pero también a cualquier indiferencia en un encuentro entre sus calles de Carmelo, gente muy adulta y de pocas palabras y además muchas casas de asilos de ancianos y perros no muy amistosos. Pues todos sabemos que los canes están acostumbrados a ciertos olores con su potente olfato y al ver algo extravagante como un mexicano bien bañado y bien perfumado, les dirige sus ánimos de lobo.

Esta ciudad y puerto de Carmelo es por demás solitaria y a pesar de sus grandes proporciones ve uno a personas deambular de vez en cuando, y los parques vacíos y solo en la playa es donde se encuentra el alboroto y la alegría de los niños y no la malicia, ni la discordia, ni los afectos nocivos, sino la prosperidad por la vía legal y el atractivo y el fuego Ardiente de las fogatas frente al mar y una cierta decencia y buen comportamiento, a quien deja de antemano los dólares por cervezas o unas buenas empanadas, que en honor a lo cierto, no se parecen nada a las argentinas que están bien hechas y menos secas.

A punto de abordar el transbordador y después de varios días de hacer un censo pormenorizado de Carmelo y de muchas entrevistas entre sus habitantes, ya me llevaba esa impresión, cuando fui a una tienda por unas bebidas y al regresar por la misma calle, me di cuenta que un hombre sacó una silla y una mesita y de inmediato hicimos plática y él me contó haber sido capitán de un barco durante más de 30 años y que estaba jubilado y en medio de sus pláticas, se le salió el llanto al recordar a su señor padre y entonces, les reaparecí mis puntos de vista respecto a esa diferenciación tan marcada que tienen entre argentinos y uruguayos y él lo negó rotundamente y dijo que ambos pueblos son hermanos y se han apoyado mutuamente durante muchos siglos.

Entonces que me callo y me quedé absorto y mientras le grababa toda la conversación, el ex capitán, me empezó a decir una serie de sucesos históricos y también de eventos catastróficos y pero siempre con una veracidad y un trato muy cálido,  su mujer me observaba con grandes ojos mientras ambos consumían el mate y si acaso me hicieron algunas preguntas sobre México,  su tema principal se concentraba en cómo estaba la estación fluvial de Puerto de frutos  tigre, en la zona Argentina, donde yo minutos más tarde iba a embarcar  y luego de 3 horas de un intenso viaje, en una de las tardes más hermosas que se puedan contemplar en esta parte del mundo.

Recuerdo con mucha memoria cómo hace unos tres años, el entonces presidente de la derecha invitó al pueblo argentino a radicar al Uruguay y escogiendo vastos territorios para la siembra y la pesca y la inversión privada y entiendo que hubo buenas respuestas, pero no totalmente satisfactorias, pues hemos de recordar que el pueblo uruguayo, apenas alcanza la cifra de 3 millones y medio de habitantes y aunque tenga uno de los equipos de fútbol más potentes del mundo, sigue siendo poca su población, pero muy significativa y entrañable.

Y recuerdo con mucho afecto que no solamente el exilio argentino y español fue quien me educó en la Ciudad de México y en algunas partes del país, sino también el exilio uruguayo,  muy fraternalmente caracterizado por gente de teatro como Atahualpa del Chioopo y como Blas Braidot,  quienes fueron integrantes del triunfante y espectacular grupo teatral El Galpón y también tuve la oportunidad de platicar en su tiempo con el guitarrista Alfredo Zitarrosa y su guitarra negra, así como en alguna ocasión, platicar extensamente con el poeta más insólito de todos los tiempos, el gran Mario Benedetti ,cosa que me ganó fama con mis amigos de la Ciudad de México.

He de agradecerle también al Gran Eduardo Galeano, que al leer su libro las Venas abiertas de América Latina, me llevó a la idea de hermanar las ciudades de Potosí Bolivia con la de Potosí México, y que hasta la fecha sean ciudades hermanas muy significativas, pues ya que ambas ciudades y Minas revolucionaron la economía del mundo y junto al pueblo Flamenco, crearon las primeras casas de bolsas con los famosos tulipanes y además los primeros bancos, por la gran cantidad de oro y plata y esmeraldas y turquesas y brillantes saqueados con el sudor y la vida de miles de Mineros.

Dejar Carmelo con muchas entrevistas  – a gente que conoció y trata aun a dos de los sobrevivientes de los andes y a un cubano enamorado de una mujer que de volada vimos era una transgénero y que supuestamente se iba a casar en Guadalajara- y muchas fotografías y muchos audios y también promesas certeras de regresar,  me ha dejado con una profunda actitud de nunca fatigarse, y que por propia voluntad y amigos poderosos y mujeres bondadosas, vencer los obstáculos, la disputa por afectos y nunca tener las situaciones inciertas, ni dejarme dominar por déspotas ni Tiranos naturales, sino tener al alcance de la mano, la amistad en su mejor apoyo,  la imaginación y la abnegación y la inteligencia de saber que este país, es parte de una bienaventuranza y una inspiración y una recompensa en donde todo se torna a ser amigos y vecinos y muy agradecidos.

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