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jueves, 28 marzo, 2024
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Drive my car, de Ryusuke Hamaguchi

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Por: ADOLFO NÚÑEZ J. •

La Gualdra 522 / Cine 

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Yusuke (Hidetoshi Nishijima), un prestigioso actor y director de teatro, viaja a Hiroshima para montar su adaptación de Tío Vania, de Antón Chéjov. Lo novedoso de su versión es que elige a actores de distintas nacionalidades y hace que cada uno hable en su idioma, utilizando subtítulos en el fondo del escenario. Para ensayar su papel como Vania todos los días, Yusuke escucha en su auto la voz grabada de su esposa Oto (Reika Kirishima), quien falleció dos años atrás víctima de un derrame. 

Tiempo después, la compañía de teatro para la que trabaja le asigna a una persona para llevarlo de un destino a otro, sin que él tenga que conducir su auto. La elegida para este trabajo es Misaki (Toko Miura), una conductora joven, reservada y muy profesional. Al pasar el tiempo, Yusuke volverá a recitar sus diálogos en el vehículo, mientras la chica conduce. Entre ambos personajes se desarrollará una interesante relación, en la que, al correr de los días, irán compartiendo historias y encontrando similitudes en sus pasados.

Esta es la premisa de Drive my car (2021), la extraordinaria película del japonés Ryusuke Hamaguchi (Asako I & II, 2018), adaptada de un relato corto de Haruki Murakami y ganadora del premio a mejor guion en la edición más reciente del Festival de Cine de Cannes. A lo largo de tres horas de duración, el realizador construye un relato fascinante y sobrecogedor, que se desenvuelve a ritmo pausado pero preciso.

La cinta va detallando las situaciones y emociones que experimentan Yusuke y Misaki, dos seres con un pasado trágico que no han logrado dejar atrás y que, como almas en pena, se encuentran deambulando sin objetivos ni un rumbo definido. En ese sentido, Hamaguchi apuesta por un magnífico ejercicio intertextual, en donde, muchos de los diálogos y escenas de la obra de Chéjov son un paralelo de aquello que experimentan de manera interna sus protagonistas.

A su vez, el realizador se centra en breves subtramas de personajes secundarios que, además de ser sumamente entrañables, también le otorgan más dimensión al intertexto de la cinta. Hamaguchi también le dedica una especial atención al espacio donde se desarrolla la narración. La ciudad de Hiroshima es mostrada como una urbe industrializada, así como el remanente de una terrible tragedia. De tal modo, se hace un interesante contraste que termina fundiendo el dolor individual con el colectivo.

Drive my car es una maravillosa exploración sobre el amor, el duelo y la pérdida que, sin manipulaciones ni sentimentalismos, logra conmover de manera profunda. Es un desafiante y trascendental relato centrado en cómo el arte es capaz de compensar las enormes decepciones de la vida, al mismo tiempo que puede volver de espacios tan diversos como un escenario o el interior de un automóvil, lugares de una intensa conexión humana.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la-gualdra-522

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