Se trataron los temas de violencia sexual y la igualdad de oportunidades y reconocimientos en el cine
La Fundación Cinema Positif, con el apoyo del Centro Nacional de Cinematografía de Francia, organiza durante el Festival de Cannes un serie de eventos y proyecciones para promover el cine comprometido con la actualidad, y este año no podría ser de otro tema que el de las femmes,contra la violencia sexual y a favor de la igualdad de oportunidades y reconocimientos en la industria del cine.
Entre los eventos montados este miércoles 9 de mayo se organizó una serie de cuatro mesas redondas con el título “Las mujeres y el cine”, en las que se esbozaron varias preguntas que partieron de premisas evidentes: A pesar de la evidente evolución del lugar de las mujeres en el sector audiovisual es notable que aún son mayoría los hombres. Se supone que el sexo no importa, pero fue sólo en 1993 cuando se entregó la primera Palma de Oro a una mujer, Jane Campion, por La lecon de piano,y hubo que esperar a 2010 para que hubiera la primera directora premiada con un Oscar, Kathryn Bigelow por The Hurt Locker. El debate surgió gracias a las aseveraciones hechas por el actor y productor francés Dominique Besnehard al señalar en repetidas ocasiones que él desde hace años ve a mujeres producir, montar, actuar y dirigir en Francia sin ningún problema; que una chica de 20 años no va encontrar, ni muchos menos, problemas para realizar su actividad, al contrario, podrá encontrar ciertas líneas del debata mundial actual desfasadas.
Vérane Frediani, productora y directora del filme A la recherche des femmes chefs, repondió e insistió en matizar que el contexto francés no es todo el mundo y que aún es evidente ver mayoría de hombres en la dirección haciendo cine de mujeres, mientras que en otros puestos de organización sí que son mayoría. Y esto, insistió, repite los modelos y clichés, de la mujer cuidadosa y dedicada pero al hombre es los lugares de poder.
El debate se alargó, pero podemos sacar dos conclusiones: 1. Es inútil hablar de cine de mujeres porque se tendría que hablar de cine de hombres, y entonces se le vuelven asignar valores naturales a los géneros y sexos. Provoca este tipo de prácticas que existan festivales de cine de mujeres y secciones “Cine de mujeres”, como si prohibieran la entrada de hombres a ellos. 2. Las cuotas y paridades decretadas son también peligrosas, porque entonces se cuestiona el valor del talento y la creación de los beneficiados: “una mujer fue seleccionada por cumplir la cuota o por su talento”, afirmó Jean-Pierre Lavoignat. La paridad en las comisiones sí, porque permite un observatorio diverso. Lo que se debe promover es desde la educación eliminar las asignaciones naturales del género. Seguiremos de cerca estos debates, porque, una vez más, da la impresión que acabamos de descubrir que hay un ser vivo llamado mujer.
