Acapulco, Gro. El titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), José Antonio González Anaya aseguró que la economía mexicana está bien preparada para el 2018 porque México ha hecho su tarea en materia económica y financiera.
Pero reconoció que esto no ha sido gratis. “Las políticas fiscales y monetarias, prudentes y conservadoras, han implicado sacrificios y esfuerzos por parte de todos, pero a la vez, le han dado al país una base macroeconómica sólida”.
Antes de la inauguración de la 81 Convención Bancaria y ante la presencia del presidente Enrique Peña Nieto, González Anaya destacó que los resultados de las reformas estructurales hoy son palpables.
Señaló que las fuentes de crecimiento de la economía se diversifican día con día y permiten un crecimiento más balanceado que nos prepara para enfrentar los retos de la revolución tecnológica.
Pero advirtió: “no debemos dar nada por sentado ni debemos bajar la guardia”. Recordó: “Nuestro pasado y las experiencias internacionales nos demuestran que los desequilibrios financieros pueden llegar de manera repentina y con gran rapidez y la confianza que ha costado tanto trabajo construir se puede perder”.
Ante unos 700 convencionistas, el titular de la SHCP destacó que es necesario mantener el rumbo, la disciplina fiscal, financiera y monetaria.
Exhortó: “Hay que continuar con la implementación de las reformas estructurales y embarcar en nuevas que le den a México nuevos horizontes de crecimiento”.
Indicó que siempre hay incertidumbres, “por lo que seguiremos pendientes para asegurarnos que la economía mexicana pueda hacer frente de forma adecuada a los retos que pudieran presentarse durante el año como el proceso electoral de 2018; la renegociación del TLCAN; y la reforma fiscal de Estados Unidos.
José Antonio González Anaya indicó que México tomó decisiones difíciles, aunque no siempre populares, pero sí necesarias. Explicó que los cimientos de todo esto fueron políticas fiscales prudentes y conservadoras. “No ha habido ningún país que crezca de manera sostenida sin finanzas públicas sanas.
Mencionó que México, al igual que otros países del G-20 y de Latinoamérica, se comprometieron a mejorar su balance público. “Hoy vemos que México si cumplió. Mientras que en promedio el balance de los países del G-20 y de América Latina siguió deteriorándose, México tuvo un superávit primario en el 2017”. Derivado de esto, agregó, en México se está reduciendo la deuda como porcentaje del PIB.
En los últimos años, dijo, México enfrentó un entorno económico adverso y enfrentamos vientos en contra. El primer viento en contra fue la caída de la plataforma y del precio del petróleo.
El segundo viento en contra fue la debilidad del sector industrial en Estados Unidos que se tradujo en una reducción de nuestras exportaciones y el tercer viento en contra fue la volatilidad en los mercados financieros internacionales asociada al proceso de normalización de la política monetaria en Estados Unidos.
La gran historia fue que durante 2014 – 2016, cuando el precio del petróleo cayó más de un 70 por ciento y el sector industrial en Estados Unidos se desaceleró, a la economía mexicana le fue bien, creció 2.7 por ciento y el empleo formal creció a una velocidad récord de 7 por ciento.
Lo anterior se debió a que México tomó decisiones difíciles. No siempre populares, pero sí necesarias. “Los cimientos de todo esto fueron políticas fiscales prudentes y conservadoras. No ha habido ningún país que crezca de manera sostenida sin finanzas públicas sanas, refirió.